Johann Friedrich Herbart

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filósofo, psicólogo y fundador de la pedagogía como disciplina académica

Johann Friedrich Herbart (alemán: [ˈhɛʁbaʁt]; 4 de mayo de 1776 - 14 de agosto de 1841) fue un filósofo, psicólogo y fundador alemán de la pedagogía como disciplina académica.

Herbart ahora es recordado entre los filósofos post-kantianos principalmente como el mayor contraste con Hegel, en particular en relación con la estética. Su filosofía educativa se conoce como herbartianismo.

Vida

Herbart nació el 4 de mayo de 1776 en Oldenburg. Al crecer como un niño frágil debido a un desafortunado accidente, Herbart fue instruido por su madre en casa hasta la edad de 12 años. Continuó sus estudios en el Gymnasium durante seis años y mostró interés en la filosofía, La lógica y la obra de Kant implican la naturaleza del conocimiento obtenido a partir de la experiencia con la realidad. Su educación luego continuó en Jena, después de lo cual estudió filosofía y llegó a estar en desacuerdo con su maestro Fichte precisamente porque Fichte le había enseñado a pensar de manera lógica. Compuso algunos ensayos, que le había dado a Fichte durante sus años en Jena, criticando las obras de Schelling y defendiendo su postura a favor del idealismo alemán promovido por otros como Kant en ese momento.

Dejó Jena después de tres años y fue tutor de los hijos de Herr von Steiger, quien era el gobernador de Interlaken. Durante estos tres años, su trabajo como tutor despertó su interés por la reforma educativa. Mientras daba clases particulares en Suiza, Herbart conoció y llegó a conocer a Pestalozzi, el educador suizo involucrado en temas de reforma en las escuelas. Tras renunciar a su puesto de tutor, Herbart pasó a estudiar griego y matemáticas en Bremen durante tres años y, finalmente, pasó a asistir a Göttingen de 1801 a 1809. Mientras estuvo allí, recibió un profesor privado por sus esfuerzos en estudios educativos después de recibir su doctorado. Dio sus primeras conferencias filosóficas en Göttingen alrededor de 1805, de donde se retiró en 1809 para ocupar la cátedra que anteriormente ocupaba Kant en Königsberg. Aquí también estableció y dirigió un seminario de pedagogía hasta 1833, cuando regresó una vez más a Göttingen y permaneció allí como profesor de filosofía hasta su muerte. Herbart dio su última conferencia en perfecto estado de salud y luego murió inesperadamente dos días después de una apoplejía. Está enterrado en el cementerio de Albanifriedhof en Göttingen.

Herbart estaba muy concentrado en sus estudios y "apenas veía el mundo fuera de su estudio y las aulas" haciendo de "su mundo el mundo de los libros y sólo de los libros". Independientemente de su incansable estudio, conoció a una chica inglesa de dieciocho años llamada Mary Drake una noche mientras jugaba un juego de charadas. La conoció y le pidió su mano en matrimonio. Vivieron una vida feliz con Mary apoyando todas las actividades y contribuciones de su esposo en los campos de la pedagogía y la psicología.

Filosofía

La filosofía, según Herbart, comienza con la reflexión sobre nuestras concepciones empíricas, y consiste en la reforma y elaboración de éstas, estando determinadas sus tres divisiones primarias por otras tantas formas distintas de elaboración. La lógica, que ocupa el primer lugar, tiene que hacer que nuestros conceptos y los juicios y razonamientos que surgen de ellos sean claros y distintos. Pero algunas concepciones son tales que cuanto más distintas se hacen, más contradictorios se vuelven sus elementos; de modo que cambiarlos y complementarlos hasta hacerlos finalmente pensables es el problema de la segunda parte de la filosofía, o metafísica. Todavía hay una clase de concepciones que requieren más que un tratamiento lógico, pero que difieren de la última en que no implican contradicciones latentes y en que son independientes de la realidad de sus objetos, las concepciones que encarnan nuestros juicios de aprobación y desaprobación; el tratamiento filosófico de estas concepciones cae dentro de la estética.

Lógica

En los escritos de Herbart, la lógica recibe relativamente poca atención; insistió fuertemente en su carácter puramente formal y se expresó en lo principal como uno con kantianos como Fries y Krug.

Metafísica

Como metafísico, parte de lo que denomina el escepticismo superior de la esfera del pensamiento humeano-kantiana, cuyos comienzos discierne en la perplejidad de Locke acerca de la idea de sustancia. Incluso la validez de las formas de la experiencia se cuestiona debido a las contradicciones que implican. Y, sin embargo, que estas formas nos son dadas, tan verdaderamente como lo son las sensaciones, se sigue fuera de toda duda cuando consideramos que somos tan poco capaces de controlar una como la otra. Intentar en esta etapa una investigación psicológica sobre el origen de estas concepciones sería doblemente un error; porque tendríamos que usar estas concepciones ilegítimas en el curso de ella, y la tarea de aclarar sus contradicciones aún quedaría, ya sea que tengamos éxito en nuestra investigación o no.

Pero, ¿cómo vamos a emprender esta tarea? Nos hemos dado una concepción A que une entre sus marcas constitutivas dos que resultan ser contradictorias, digamos M y N; y no podemos negar la unidad ni rechazar uno de los miembros contradictorios. Pues hacer cualquiera de las dos cosas está prohibido por la experiencia; y sin embargo no hacer nada está prohibido por la lógica. Nos vemos así conducidos a la suposición de que la concepción es contradictoria porque es incompleta; pero ¿cómo vamos a complementarlo? Lo que tenemos debe señalar el camino hacia lo que queremos, o nuestro procedimiento será arbitrario. La experiencia afirma que M es lo mismo (es decir, una marca del mismo concepto) que N, mientras que la lógica lo niega; y así, siendo imposible que uno y el mismo M sostenga estas posiciones contradictorias, no hay más que un camino abierto para nosotros; debemos postular varios Ms. Pero incluso ahora no podemos decir que uno de estos Ms es igual a N, otro no lo es; pues todo M debe ser a la vez pensable y válido. Sin embargo, podemos tomar los Ms no solos sino juntos; y de nuevo, no estando abierto otro camino para nosotros, esto es lo que debemos hacer; debemos suponer que N resulta de una combinación de Ms. Este es el método de relaciones de Herbart, la contrapartida en su sistema de la dialéctica hegeliana.

En ontología, este método se emplea para determinar lo que en realidad corresponde a las concepciones empíricas de sustancia y causa, o más bien de inherencia y cambio. Pero primero debemos analizar esta noción de realidad misma, a la que ya nos había llevado nuestro escepticismo, pues, aunque pudiéramos dudar de que lo dado sea lo que parece, no podemos dudar de que sea algo; la concepción de lo real consiste así en las dos concepciones de ser y cualidad. Lo que nos vemos obligados a postular, lo que no puede ser superado, es lo que es, y en el reconocimiento de esto radica la simple concepción del ser. Pero ¿cuándo una cosa es así puesta? Cuando se postula como solemos postular las cosas que vemos, saboreamos y manejamos. Si fuéramos sin sensaciones, es decir, nunca estuviéramos obligados contra nuestra voluntad a soportar la persistencia de una presentación, nunca sabríamos qué es el ser.

Manteniéndose firme en esta idea de posición absoluta, Herbart nos conduce junto a la cualidad de lo real:

  1. Esto debe excluir todo lo negativo; para sublates no-A en lugar de positing, y no es absoluto, sino relativo a A.
  2. El verdadero debe ser absolutamente simple; porque si contiene dos determinaciones, A y B, entonces o éstas son reducibles a uno, que es la verdadera calidad, o no lo son, cuando cada uno está condicionado por el otro y su posición ya no es absoluta.
  3. Todas las concepciones cuantitativas están excluidas, ya que la cantidad implica partes, y éstas son incompatibles con la simplicidad.
  4. Pero puede haber una pluralidad de realidades, aunque la mera concepción del ser no puede decirnos nada de esto.

La doctrina aquí desarrollada es el primer punto cardinal del sistema de Herbart, y Otto Pfleiderer le ha propuesto el nombre de realismo pluralista.

Las contradicciones que encuentra en la concepción de inherencia del sentido común, o de una cosa con varios atributos, ahora se harán evidentes. Tome algo, digamos A, que tiene atributos n, a, b, c...: somos forzado a postular cada uno de estos porque cada uno se presenta en la intuición. Pero al concebir A hacemos, no posiciones n, menos aún posiciones n+1, sino simplemente una posición; pues el sentido común sustrae la posición absoluta de su fuente original, la sensación. Entonces, cuando preguntamos, ¿cuál es el postulado? se nos dice el poseedor de a, b, c o en otras palabras, su asiento o sustancia. Pero si es así, entonces A, como real, siendo simple, debe ser igual a a; del mismo modo debe ser b; etcétera.

Ahora esto sería posible si a, b, c... fueran solo aspectos contingentes de A, como por ejemplo 23, 64, 4+3 +1 son aspectos contingentes de 8. Este, por supuesto, no es el caso, por lo que tenemos tantas contradicciones como atributos; pues debemos decir que A es a, no es a, es b, no es b, etc. debe entonces, según el método de las relaciones, ser varios As. Para a supongamos A1+A1+A1...; para b, A2+A2+A2...; y así sucesivamente para el resto. Pero ahora, ¿qué relación puede haber entre estos varios A, que nos restituirá la unidad de nuestro A original o sustancia? Solo hay uno; debemos suponer que la primera A de cada serie es idéntica, así como el centro es el mismo punto en cada radio.

A modo de ilustración concreta, Herbart cita "la observación común de que las propiedades de las cosas existen solo bajo condiciones externas. Los cuerpos, decimos, tienen color, pero el color no es nada sin luz, y nada sin ojos. Suenan, pero solo en un medio vibratorio y para oídos sanos. El color y el tono presentan la apariencia de inherencia, pero al mirar más de cerca encontramos que no son realmente inmanentes a las cosas sino que presuponen una comunión entre varias." Entonces, el resultado es brevemente así: en lugar de la única posición absoluta, que de alguna manera impensable el entendimiento común sustituye a las posiciones absolutas de los atributos n, tenemos realmente una serie de dos o más posiciones para cada atributo, cada serie, sin embargo, comenzando con el mismo (por así decirlo, central) real (de ahí la unidad de sustancia en un grupo de atributos), pero siendo continuado cada uno por diferentes reales (de ahí la pluralidad y diferencia de atributos en unidad de sustancia). Donde hay apariencia de inherencia, por lo tanto, hay siempre una pluralidad de reales; ningún correlativo de la sustancia como atributo o accidente puede admitirse en absoluto. La sustancialidad es imposible sin la causalidad, ya ésta como su verdadero correlato nos dirigimos ahora.

La concepción del cambio de sentido común implica en el fondo la misma contradicción de cualidades opuestas en un real. La misma A que era a, b, c... se convierte en a, b, d...; y esto, que la experiencia nos arroja, resulta impensable en la reflexión. El complemento metafísico también es fundamentalmente como antes. Como c dependía de una serie de reales A3+A3+A3... en relación con Se puede decir que A y d dependen de una serie A4+A4+A4..., entonces el cambio de c a d significa, no que el real central A o cualquier real ha cambiado, sino que A ahora está en conexión con A 4, etc., y ya no en relación con A3, etc.

Pero pensar un número de reales en conexión (Zusammensein) no será suficiente como explicación de los fenómenos; una cosa u otra debe suceder cuando están en conexión; ¿qué es? La respuesta a esta pregunta es el segundo punto de articulación de la filosofía teórica de Herbart.

Lo que en realidad sucede a diferencia de todo lo que parece suceder, cuando dos reales A y B están juntos es que, asumiendo que difieren en cualidad, tienden a perturbarse mutuamente en la medida de esa diferencia, al mismo tiempo que cada uno se conserva intacto resistiendo, por así decirlo, la perturbación de los demás. Y así, al acuñarse en conexión con diferentes reales, las autoconservaciones de A variarán en consecuencia, permaneciendo A igual en todo; así como, a modo de ilustración, el hidrógeno permanece igual en el agua y en el amoníaco, o como la misma línea puede ser ahora normal y ahora tangente. Pero para indicar esta oposición en las cualidades de los reales A+B, debemos sustituir estos símbolos por otros que, aunque sólo son aspectos contingentes de A y B, es decir, representan sus relaciones, no ellos mismos, pero como dispositivos similares en matemáticas permiten el pensamiento. para avanzar. Así podemos poner A = α+β-γ, B = m+n+γ; γ entonces representa el carácter del autopreservaciones en este caso, y α+β+m+n representa todo lo que podría ser observado por un espectador que no conocía las cualidades simples, pero que estaba él mismo involucrado en las relaciones de A con B; y tal es exactamente nuestra posición.

Habiendo así determinado lo que realmente es y lo que realmente sucede, nuestro filósofo procede a continuación a explicar sintéticamente la apariencia objetiva (der Schein objetivo) que resulta de éstos. Pero para que esta construcción sea realmente objetiva, es decir, válida para todas las inteligencias, la ontología debe darnos una clave. Esto lo tenemos en las formas de Espacio, Tiempo y Movimiento que están involucrados cada vez que pensamos que los reales están en conexión o entrando en conexión y lo contrario. Estas formas, entonces, no pueden ser simplemente los productos de nuestro mecanismo psicológico, aunque pueden resultar coincidir con estos. Mientras tanto, llamémoslas inteligibles, como válidas para todos los que comprenden lo real y actual por el pensamiento, aunque tales formas no son predicables de lo real y actual en sí mismas.

La relación espacial elemental que Herbart concibe como "la contigüidad (Aneinander) de dos puntos," para que cada "línea pura e independiente" es discreto Pero una investigación de líneas dependientes que a menudo son inconmensurables nos obliga a adoptar la ficción contradictoria de puntos parcialmente superpuestos, es decir, divisibles, o en otras palabras, la concepción de Continuidad. Pero la contradicción aquí es una que no podemos eliminar por el método de las relaciones, porque no implica nada real; y de hecho, como resultado necesario de una forma inteligible, la ficción de la continuidad es válida para la apariencia objetiva. Con su ayuda, podemos comprender lo que realmente sucede entre los reales para producir la apariencia del agua. Cuando tres o más reales están juntos, cada perturbación y autoconservación serán (en general) imperfectos, es decir, de menor intensidad que cuando solo dos reales están juntos. Pero la apariencia objetiva corresponde a la realidad; las relaciones espaciales o externas de los reales en este caso deben, por lo tanto, concordar con sus estados internos o actuales. Si las autoconservaciones hubieran sido perfectas, la coincidencia en el espacio habría sido completa, y el grupo de reales habría sido inextenso; o si los varios reales hubieran sido simplemente contiguos, es decir, sin conexión, entonces, como en realidad nada hubiera sucedido, nada aparecería. Tal como es, encontraremos una molécula continua que manifiesta fuerzas atractivas y repulsivas; atracción correspondiente a la tendencia de las autoconservaciones a perfeccionarse, repulsión a la frustración de éstas. El movimiento, incluso más evidentemente que el espacio, implica la concepción contradictoria de la continuidad y no puede, por tanto, ser un predicado real, aunque válido como forma inteligible y necesario para la comprensión de la apariencia objetiva. Porque tenemos que pensar en los reales como absolutamente independientes y sin embargo entrando en conexiones. Esto sólo podemos hacerlo si los concebimos como moviéndose originalmente a través del espacio inteligible en trayectorias rectilíneas y con velocidades uniformes. Para tal movimiento no es necesario suponer ninguna causa; el movimiento, de hecho, no es más un estado de lo real en movimiento que el reposo, siendo ambos igualmente relaciones, con las cuales, por lo tanto, lo real no tiene nada que ver. Los cambios en este movimiento, sin embargo, para los cuales deberíamos exigir una causa, serían la apariencia objetiva de las autoconservaciones que realmente ocurren cuando los reales se encuentran. Además, por medio de tal movimiento, estos acontecimientos reales, que son en sí mismos atemporales, caen para un observador en un tiempo definido, un tiempo que se vuelve continuo a través de la coincidencia parcial de eventos.

Pero en todo esto se ha asumido que somos espectadores de la apariencia objetiva; queda por hacer buena esta suposición, o, en otras palabras, por mostrar la posibilidad del conocimiento; éste es el problema de lo que Herbart denomina eidología y forma la transición de la metafísica a la psicología. Aquí, nuevamente, una concepción contradictoria bloquea el camino, a saber. del Ego como identidad del saber y del ser, y como tal baluarte del idealismo. La contradicción se hace más evidente cuando el yo se define como un sujeto (y por tanto un real) que es su propio objeto. Como real y no meramente formal, esta concepción del yo es susceptible al método de las relaciones. La solución que proporciona este método es, en resumen, que hay varios objetos que se modifican mutuamente y constituyen así ese ego que tomamos por el real presentado. Pero explicar esta modificación es tarea de la psicología; basta ahora ver que el sujeto como todos los reales es necesariamente desconocido y que, por lo tanto, la teoría del conocimiento del idealista es poco sólida. Pero aunque la cualidad simple del sujeto o alma está más allá del conocimiento, sabemos lo que realmente sucede cuando está en conexión con otros reales, porque sus autoconservaciones son entonces lo que llamamos sensaciones. Y estas sensaciones son el único material de nuestro conocimiento; pero no se nos dan como un caos, sino en grupos y series definidos, de donde llegamos a conocer las relaciones de esos reales que, aunque ellos mismos desconocidos, nuestras sensaciones nos obligan a postular absolutamente.

Principios de la educación

La pedagogía de Herbart enfatizó la conexión entre el desarrollo individual y la contribución social resultante. En la tradición platónica, Herbart defendió que solo al convertirse en ciudadanos productivos las personas podrían cumplir su verdadero propósito: "Él creía que cada niño nace con un potencial único, su Individualidad, pero que este potencial permanecía insatisfecho hasta que se analizaba y transformaba". por la educación de acuerdo con lo que él consideraba como los valores acumulados de la civilización". Él creía que solo la educación formal y rigurosa podía proporcionar el marco para el desarrollo moral e intelectual. Las cinco ideas clave que componían su concepto de maduración individual eran Libertad Interior, Perfección, Benevolencia, Justicia y Equidad o Recompensa.

Según Herbart, las habilidades no eran innatas sino que se podían inculcar, por lo que una educación completa podía proporcionar el marco para el desarrollo moral e intelectual. Para desarrollar un paradigma educativo que proporcione una base intelectual que conduzca a una conciencia de responsabilidad social, Herbart abogó por que los maestros utilicen una metodología con cinco pasos formales: "Usando esta estructura, un maestro preparó un tema de interés a los niños, presentó ese tema, y los cuestionó inductivamente, para que alcanzaran nuevos conocimientos basados en lo que ya sabían, miró hacia atrás y deductivamente resumió los logros de la lección, luego los relacionó con preceptos morales para el día a día. vivir".

Para atraer a los estudiantes' Herbart abogó por el uso de la literatura y las historias históricas en lugar de los lectores básicos más secos que eran populares en ese momento. Mientras que los cuentos moralistas de muchos de los manuales y lectores de la época eran predecibles y alegóricos, Herbart sintió que los niños apreciarían los matices psicológicos y literarios de las obras maestras del canon.

Aunque murió en 1841, su pedagogía disfrutó de una especie de renacimiento a mediados del siglo XIX; mientras que Alemania fue su centro intelectual, encontró un eco fácil en aquellos países como el Reino Unido, Francia y los Estados Unidos en los que el desarrollo de la Individualidad en el Carácter parecía particularmente bien sintonizado con las condiciones económicas, políticas y económicas prevalecientes. circunstancias sociales." Entre quienes defendieron y defendieron sus ideas en el Reino Unido se encontraba Catherine Isabella Dodd. La combinación de potencialidad individual y responsabilidad cívica parecía reflejar ideales democráticos.

Aunque el énfasis en la construcción del carácter a través de la apreciación literaria disminuyó un poco después del movimiento hacia el utilitarismo que siguió a la Primera Guerra Mundial, la pedagogía de Herbart continúa influyendo en el campo al plantear preguntas importantes sobre el papel del pensamiento crítico y la apreciación literaria. En educación.

Estética y ética

La estética elabora las ideas involucradas en la expresión suscitada por aquellas relaciones de objeto que adquieren para ellas la atribución de belleza o viceversa. Lo bello debe distinguirse cuidadosamente de las concepciones afines de lo útil o lo placentero, que varían con el tiempo, el lugar y la persona; mientras que la belleza es predicada absoluta e involuntariamente por todos los que han alcanzado el punto de vista correcto. La ética, que no es más que una rama de la estética, aunque la principal, se ocupa de las relaciones entre voliciones (Willensverhältnisse) que agradan o desagradan incondicionalmente. Herbart encuentra que estas relaciones son reducibles a cinco, que admiten una mayor simplificación; y les corresponden tantas ideas morales (Musterbegriffe), como sigue:

  1. Libertad Interna, la relación subyacente es la de la voluntad del individuo a su juicio de ella
  2. Perfección, la relación es la de sus varias voliciones en cuanto a intensidad, variedad y concentración
  3. Benevolencia, la relación es que entre su propia voluntad y el pensamiento de la otra
  4. Cierto, en caso de conflicto real con otro
  5. Retribución o equidad, para el bien o el mal deseado

Las ideas de una sociedad final, un sistema de premios y castigos, un sistema de administración, un sistema de cultura y una sociedad animada, correspondientes a las ideas de ley, equidad, benevolencia, perfección y libertad interna respectivamente, resultan cuando tomamos en cuenta una serie de individuos. La virtud es la perfecta conformidad de la voluntad con las ideas morales; de esto las virtudes individuales no son más que expresiones especiales. La concepción del deber surge de la existencia de obstáculos para el logro de la virtud. Es posible un esquema general de principios de conducta, pero la sublimación de casos especiales bajo estos debe seguir siendo un hecho. La aplicación de la ética a las cosas tal como son con miras a la realización de las ideas morales es la tecnología moral (Tugendlehre), cuyas divisiones principales son Pedagogía y Política.

Teología

En teología, Herbart sostuvo que el argumento del diseño era tan válido para la actividad divina como para la humana, y para justificar la creencia en un real suprasensible, sobre el cual, sin embargo, el conocimiento exacto no es defendible ni deseable en términos prácticos.

Psicología

El concepto de Herbart de lo Real

Basándose en los métodos de enseñanza de Pestalozzi, Herbart aportó a la pedagogía una base psicológica para ayudar a facilitar un mejor aprendizaje y asegurar el desarrollo del carácter de los niños. Fue el primero en señalar la importancia del papel que juega la psicología en la educación. Al desarrollar sus ideas sobre la psicología, Herbart llegó a estar en desacuerdo con Kant acerca de cómo se obtiene el verdadero conocimiento. Kant creía que adquirimos conocimientos a través del estudio de las categorías innatas del pensamiento, mientras que Herbart creía que uno aprende solo al estudiar los objetos externos y reales del mundo, así como las ideas que surgen al observarlos. Al examinar la diferencia entre la existencia real de un objeto y su apariencia, Herbart concluyó que "el mundo es un mundo de cosas en sí mismas [y] las cosas en sí mismas son perceptibles". La apariencia de todo indica que existe. Consideró todos los objetos externos existentes en el mundo como reales, lo que puede compararse con el concepto de mónadas de Leibniz.

Suscribiéndose al punto de vista empirista de Locke que involucra la tabula rasa, Herbart creía que el alma no tenía ideas innatas ni categorías de pensamiento kantianas ya preestablecidas. Se pensó que el alma, considerada como real, era completamente pasiva inicialmente, así como muy resistente a los cambios que los factores externos ejercen y fuerzan sobre ella. Aunque los reales son interrumpidos por otras fuerzas que parecen causar un cambio en los propios reales, se cree que son inmutables. Los reales tienden a chocar y luchar entre sí tanto que cada real lucha por su propia conservación (Selbsterhaltung). La forma en que el alma ayuda a preservarse de su destrucción percibida externamente es a través del concepto de Herbart de Vorstellungen, o ideas o representaciones mentales. Estas ideas fueron consideradas como fuerzas dinámicas que Herbart intentó explicar por medio de fórmulas matemáticas. La influencia de Newton se puede ver en las creencias de Herbart sobre cómo las fuerzas interactúan mecánicamente entre sí en el mundo para afectar las percepciones de la realidad. La mecánica de las ideas involucraba su capacidad para moverse de diferentes maneras, ya sea ascendiendo hacia el consciente o profundizando en el inconsciente. Diferentes ideas entran en contacto entre sí y dan como resultado ideas más complejas a través de procesos de mezcla, fusión, desvanecimiento y combinación en una multitud de enfoques. Es evidente que Herbart pensaba que las ideas no eran imitaciones precisas de los elementos existentes en el mundo sino que eran la consecuencia directa de las interacciones de los individuos. experiencias con el medio exterior. Un individuo puede obtener todos los hechos y su verdad asociada solo al comprender cómo se combinan sus representaciones mentales y potencialmente se inhiben o contribuyen entre sí.

Apercepción

Herbart creía que las ideas cruzaban un limen de la conciencia, o un límite entre lo consciente y lo inconsciente, a medida que se volvían más claras y lo suficientemente fuertes como para preservarse de su lucha con otras fuerzas. Las ideas lo suficientemente poderosas como para irrumpir en la conciencia formaron la masa aperceptora, o una congregación de ideas similares y relacionadas que dominaban la conciencia en un momento dado. Exponiendo el concepto de Leibniz de pequeñas percepciones y la idea de apercepción, Herbart creía que la masa aperceptora era crucial para seleccionar ideas similares desde el inconsciente para unir sus fuerzas en el consciente. Aunque el individuo está enfocando toda su atención en esas ideas complejas que forman parte de la masa aperceptora en el consciente, es posible que las ideas en el inconsciente se combinen con otras ideas relacionadas con ellas y luchen por atravesar el limen hacia el consciente, desbaratando las ideas presentes como parte de la masa aperceptora. La apercepción jugó un papel clave en la teoría educativa de Herbart. Consideró que la apercepción es más fundamental en el aula que la percepción sensorial, porque centrarse en la masa de apercepción de un niño en relación con el material que se enseña puede informar a los maestros sobre cómo implementar el material de tal manera que dirija al niño. #39;s ideas y pensamientos para atender cierta información.

Biografías

Hay una vida de Herbart en la introducción de Hartenstein a su Kleinere philosophische Schriften und Abhandlungen (1842–1843) y por F. H. T. Allihn en Zeitschrift für exacte Philosophie (Leipzig, 1861), el órgano de Herbart y su escuela, que dejó de existir en 1873. En América se fundó la National Society for the Scientific Study of Education como National Herbart Society.