Joaquín Vara de Rey y Rubio
Joaquín Vara de Rey y Rubio (14 de agosto de 1841 – 1 de julio de 1898) fue un militar español. Es mejor conocido por liderar la tenaz defensa de El Caney contra una fuerza estadounidense enormemente superior durante la Guerra Hispanoamericana.
Carrera militar
Vara de Rey nació en la isla balear de Ibiza el 14 de agosto de 1841. Se licenció como subteniente en el Colegio General, ascendiendo al grado de primer teniente en 1862. Durante la década de 1870 luchó contra los levantamientos cantonales en Cartagena y Valencia y contra los carlistas en la Tercera Guerra Carlista. Solicitó su traslado a Filipinas en 1884 y permaneció allí hasta 1890, ejerciendo como gobernador político militar de las Islas Marianas y de Zamboanga. En 1891 fue ascendido a coronel y regresó a España, donde se le asignó el mando de la guarnición de Ávila.
En 1895, Vara de Rey se ofreció como voluntario para servir en Cuba. Estuvo al mando de las fuerzas españolas de Bayamo y llevó a su regimiento a la victoria en la Batalla de Loma del Gato en la que los españoles mataron al general revolucionario José Maceo Grajales, hermano de Antonio Maceo Grajales.

El 1 de julio de 1898, durante la Guerra Hispanoamericana, Vara de Rey, entonces general de brigada, con sólo 550 hombres y dos cañones de montaña de 80 mm bajo su mando, defendió heroicamente el pueblo de El Caney durante diez horas contra los Casi siete mil efectivos de la 2.ª División del Ejército de los Estados Unidos al mando del general de brigada Henry Ware Lawton. Sus defensas bien ubicadas se centraban en pequeños fortines bien cubiertos, dispuestos de modo que un ataque enemigo a un fortín individual atraería fuego de apoyo de varios otros. Vara de Rey perdió a un hermano y a un sobrino en la batalla y él mismo resultó herido de muerte en el combate; sólo 84 soldados españoles sobrevivieron y se retiraron a Santiago de Cuba.
Impresionados por su mando, las tropas estadounidenses enterraron a Vara de Rey con todos los honores militares. Los relatos estadounidenses de la campaña elogiaron el "magnífico coraje" de de los soldados de Vara de Rey y describió al hombre como "un líder incomparable; un alma heroica." Los restos de Vara de Rey fueron repatriados a España en noviembre de 1898 con la cooperación estadounidense. Recibió póstumamente la Cruz Laureada de San Fernando, la máxima condecoración militar de España.