Impuesto Spahn
Un impuesto Spahn es un tipo de impuesto a las transacciones de divisas destinado a controlar la volatilidad del tipo de cambio. Esta idea fue propuesta por Paul Bernd Spahn en 1995.
Historia temprana
La idea inicial de un impuesto a las transacciones de divisas se atribuye a James Tobin en 1972, un concepto que ahora se conoce como impuesto Tobin. El 16 de junio de 1995, Spahn, en su análisis de la idea original, concluyó que el concepto no era viable y sugirió una solución alternativa al problema del manejo de la volatilidad del tipo de cambio.
Concepto
Según Spahn, "el análisis ha demostrado que el impuesto Tobin, tal como se propuso originalmente, no es viable y debe dejarse de lado para siempre". Además, cree que "es prácticamente imposible distinguir entre el comercio de liquidez normal y el comercio de 'ruido' especulativo. Si el impuesto se aplica generalmente a tasas altas, perjudicará gravemente las operaciones financieras y creará problemas de liquidez internacional, especialmente si se gravan los derivados". también. Una tasa impositiva más baja reduciría el impacto negativo en los mercados financieros, pero no mitigaría la especulación donde las expectativas de un cambio en el tipo de cambio exceden el margen fiscal".
En 1995, Spahn sugirió una alternativa, que involucraba "una estructura de tasas de dos niveles que consistía en un impuesto a las transacciones financieras de tasa baja, más un recargo cambiario a tasas prohibitivas como complemento. Este último estaría inactivo en tiempos de actividades financieras normales, y se activaría únicamente en caso de ataques especulativos. El mecanismo que permitiera la identificación de transacciones anormales en los mercados financieros mundiales haría referencia a un 'crawling peg' con una banda de tipo de cambio adecuada. El tipo de cambio se movería libremente dentro de esta banda sin que se interrumpieran las transacciones. Sólo las transacciones realizadas a tipos de cambio fuera del rango permisible estarían sujetas a impuestos. Esto induciría automáticamente un comportamiento estabilizador por parte de los participantes del mercado".
Propuestas
El 15 de junio de 2004, el Parlamento belga aprobó un proyecto de ley que implementa un impuesto Spahn. De acuerdo con la legislación, Bélgica introducirá el impuesto Spahn una vez que todos los países de la eurozona introduzcan una ley similar.
En noviembre de 2004, Bélgica presentó esta ley para una opinión al Banco Central Europeo, que proporcionó una evaluación tanto económica como legal. Su resumen decía:
"...el BCE concluye que la utilidad económica y monetaria de un impuesto, tal como lo prevé el proyecto de ley, es muy cuestionable, dada la incertidumbre de los beneficios que reclama y los probables costes sociales derivados de las distorsiones en el funcionamiento de los mercados financieros Esta apreciación se ve reforzada por las dificultades esperadas con respecto a su implementación”.
Continuó:
"... el BCE opina que la introducción por parte de un Estado miembro de la zona del euro de un impuesto, como el previsto en el proyecto de ley, es incompatible con el Tratado".
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