Huēhuecoyōtl
En la mitología azteca, Huēhuehcoyōtl ([weːweʔˈkojoːt͡ɬ]) (de huēhueh [ˈweːweʔ] "muy viejo" (literalmente, "viejo viejo") y coyōtl [ˈkojoːt͡ɬ] "coyote" en náhuatl) es el auspicioso precolombino dios de la música, la danza, las travesuras y el canto. Es el patrón de la sexualidad desinhibida y gobierna el signo del día en el calendario azteca llamado cuetzpallin (lagarto) y la cuarta trecena Xochitl ("flor" en náhuatl).
Historia
Las historias derivadas del Códice Telleriano-Remensis caracterizaban a Huehuecóyotl como un bromista benigno, cuyas bromas a menudo se jugaban a otros dioses o incluso a humanos, pero tendían a ser contraproducentes y causar más problemas a él mismo que a las víctimas previstas. Gran fiestero, también se decía que creaba guerras entre humanos para aliviar su aburrimiento. Era parte de la familia de dioses mexicas Tezcatlipoca (Espejo ahumado) y heredó sus poderes para cambiar de forma.
Aquellos que tenían indicios de destinos malvados de otros dioses a veces apelaban a Huehuecóyotl para mitigar o revertir sus destinos. Huehuecóyotl comparte muchas características con el embaucador Coyote de las tribus norteamericanas, incluida la narración de cuentos y el canto coral.
Como todas las deidades aztecas, Huehuecóyotl era dualista en su ejercicio del bien y del mal y era percibido como un dios equilibrado. Las representaciones de su lado oscuro incluyen una apariencia de coyote (no humano) con plumas negras o amarillas, a diferencia de las habituales plumas verdes.
También es el dios del engaño.
Acerca de

Huehuecóyotl (o Uueecoyotl) es una deidad de la mitología mexicana. En el Códice Borbónico se le representa como un coyote bailando con manos y pies humanos, acompañado por un tamborilero humano. El nombre "coyote muy viejo" transmitió significados positivos a los aztecas; Los coyotes eran un símbolo de astucia, sabiduría mundana, pragmatismo, belleza masculina y juventud. El prefijo "huehue", que en náhuatl significa "muy viejo", se adjuntaba a dioses en la mitología azteca que eran venerados por su vejez, sabiduría, conocimientos filosóficos y conexiones con lo divino. . Aunque Huehuecóyotl a menudo aparece en las historias como un hombre, puede cambiar de género como lo hacen muchos de los descendientes de Tezcatlipoca. También se le puede asociar con la indulgencia, la sexualidad masculina, la buena suerte y la narración de historias. Una de sus amantes femeninas destacadas fue Temazcalteci (también Temaxcaltechi), la diosa de los baños y baños de sudor (temazcalli), también conocida como sauna mexicana. Otra era Xochiquetzal, la diosa del amor, la belleza, la sexualidad femenina, las prostitutas, las flores y las madres jóvenes.
En la mayoría de las representaciones de Huehuecóyotl, lo sigue un tamborilero humano o grupos de humanos que parecen ser amigables con él (en lugar de adorarlo), lo cual es excepcional en la cultura mesoamericana.
El cuarto día del ciclo del calendario de veinte días pertenecía a Huehuecóyotl.
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