Hominización

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La hominización, también llamada antropogénesis, se refiere al proceso de convertirse en humano y se usa en contextos algo diferentes en los campos de la paleontología y la paleoantropología, la arqueología, la filosofía y la teología.

Paleontología

A partir de 2013, los paleoantropólogos tienden a considerar la búsqueda de un punto preciso de hominización como algo irrelevante, viendo el proceso como gradual. Los humanos anatómicamente modernos (AMH o AMHS) se desarrollaron dentro de la especie Homo sapiens hace unos 200.000 años.

Muchos pensadores han intentado explicar la hominización, desde la época clásica hasta Hobbes, Rousseau, Hegel y Engels, que escribieron un ensayo sobre El papel desempeñado por el trabajo en la transición del mono al hombre. El estudio contemporáneo de la hominización en la arqueología a menudo busca signos que distingan las habitaciones humanas de las formas prehumanas: por ejemplo, el uso de ajuares funerarios.

Filosofía y teología

En la filosofía antigua, la "hominización" se refería a la revitalización del feto humano. Cuando se dice que el alma entra en el feto en algún momento posterior a la concepción, esto a veces se denomina "hominización tardía", como en la creencia aristotélica de la infundición del alma 40 días después de la concepción.

En el contexto de la evolución teísta moderna, la "hominización" se refiere a la teoría de que hubo un punto en el que una población de homínidos que había (o pudo haber) evolucionado mediante un proceso de evolución adquirió almas y así (con sus descendientes) se volvió completamente humano en términos teológicos. Este grupo podría estar restringido a Adán y Eva, o incluso a la Eva mitocondrial, aunque las versiones de la teoría permiten poblaciones más grandes. El punto en el que esto ocurrió debería ser esencialmente el mismo que en la paleoantropología y la arqueología, pero la discusión teológica del asunto tiende a concentrarse en lo teórico. El término "transformismo especial" se refiere a las teorías de una intervención divina de algún tipo, logrando la hominización.

El proceso y los medios por los cuales ocurre la hominización es un problema clave en el pensamiento evolutivo teísta, al menos para las religiones abrahámicas, para las cuales la creencia de que los animales no tienen alma pero los humanos sí es una enseñanza central. Las explicaciones científicas sobre el origen del universo, el origen de la vida y la subsiguiente evolución de las formas de vida prehumanas pueden no causar ninguna dificultad (ayudada por la reticencia de la propia ciencia a decir algo sobre lo que precedió al Big Bang), pero la necesidad de reconciliar las creencias religiosas y las opiniones científicas sobre la hominización y la explicación de la adición de un alma a los humanos sigue siendo un problema. Varios teólogos del siglo XIX intentaron soluciones específicas, incluidos los católicos John Augustine Zahm y St. George Jackson Mivart, pero tendieron a ser atacados tanto desde el campo teológico como desde el biológico.El pensamiento del siglo XX ha tendido a evitar proponer mecanismos precisos.

Literatura

Este término se utiliza para describir la tendencia a atribuir características humanas a entidades que no son humanas. Ejemplo; “La ansiedad por separación de mi perro”, etc.