Hilarión Daza

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Hilarión Daza (nacido como Hilarión Grosolí Daza; 14 de enero de 1840 – 27 de febrero de 1894) fue un oficial militar boliviano que se desempeñó como el 19.º presidente de Bolivia entre 1876 y 1879. Durante su presidencia, comenzó la infame Guerra del Pacífico, un conflicto que resultó devastador para Bolivia.

La vida ante la Presidencia

Vida temprana y familia

Daza nació en la ciudad de Sucre el 14 de enero de 1840. Su padre, Marcos Groselle, era originario del Piamonte, Italia —su apellido era Grosoli, posteriormente transformado en Groselle—, mientras que su madre, Juana Daza, de origen mestizo. Daza cambió su apellido por el de su madre para adaptarse mejor a la sociedad boliviana.

Daza entró en la carrera militar a una edad muy temprana en la década de 1850, donde tuvo un desempeño notable. Estaba dotado de una fuerza de voluntad y una habilidad excepcionales.

Carrera militar y política

Inicialmente, Daza fue partidario del presidente Mariano Melgarejo (1864-1871). Sin embargo, en 1870, comenzó su carrera política al rebelarse contra su protector, Melgarejo, traicionándolo por 10.000 pesos. Saltó a la fama bajo el gobierno de Agustín Morales, bajo cuyo gobierno (1871-1872) asumió el mando del famoso Batallón Colorados. Los Colorados eran una unidad que se suponía que debía proteger físicamente al presidente de Bolivia, sirviendo esencialmente como guardaespaldas. Sin embargo, eran soldados entrenados y temidos, ya que estaban muy bien entrenados y eran hábiles en el combate. A partir de entonces, los Colorados permanecieron leales a Daza y lo ayudaron a llegar al poder.

Tras el asesinato del presidente Morales en noviembre de 1872, asumió temporalmente el poder, traspasándolo posteriormente a Tomás Frías, quien fue el sucesor legal ya que era presidente del Consejo de Estado. Posteriormente, apoyó al gobierno de Adolfo Ballivián (1873-1874) y cuando éste falleció, apoyó a Frías quien asumió la presidencia tras la repentina muerte de su antecesor. Fue bajo el mando de Frías que Daza ejerció el cargo de Ministro de Guerra.

Presidencia

Coup contra Frías y luchas

Daza retratada por Le Monde illustré, una revista francesa del mundo, durante la Guerra del Pacífico.

Una vez ascendido al grado de general del ejército, en 1876, Daza se rebeló contra el presidente Frías, a quien derrocó, y luego asumió dictatorialmente el poder. Fue confirmado como presidente provisional por la Asamblea Constituyente de 1878, aprobando por ley los actos de su gobierno provisional. Con el apoyo de su Batallón Colorados, impuso su autoridad, reprimiendo severamente la más mínima oposición a su gobierno. Daza esperaba reunir el apoyo de los bolivianos nacionalistas para fortalecer su posición interna a partir de insurrecciones, una manifestación masiva de artesanos en Sucre y una oposición generalizada.

Tensión con los chilenos

La costa del desierto de Atacama, el territorio disputado que provocó la Guerra del Pacífico en 1879.

En gran medida, Daza Groselle entró en el Palacio Quemado con el deseo de crear un control boliviano sobre la remota y escasamente poblada provincia marítima de Litoral. A fines de la década de 1870, esta última ya estaba poblada en su mayoría por chilenos, quienes encontraron el acceso a la región mucho más fácil que los bolivianos de las tierras altas. Como era de esperar, un corolario de esta creciente presencia física y económica chilena en la región fue su reclamo irredentista por parte de Santiago, especialmente cuando se descubrieron ricos depósitos de guano cerca del puerto boliviano de Mejillones. En 1878, hubo un terremoto muy fuerte en Bolivia seguido de una sequía severa que provocó una hambruna.

El conflicto con Chile tuvo su génesis en la influencia chilena en el territorio de la costa boliviana, cuyo atractivo estaba en el guano y el salitre. La Compañía de Salitre y Ferrocarril de Antofagasta, empresa de capital chileno, tenía muchos accionistas políticos destacados de ese país. Daza, una vez en el poder, inició una política completamente antichilena. Los chilenos residentes en Antofagasta se quejaron de malos tratos por parte de las autoridades bolivianas.

El tratado con él Compañía de Salitres y Ferrocarril de Antofagasta

En 1873, el gobierno boliviano firmó un acuerdo con el representante de la Compañía de Salitre y Ferrocarril de Antofagasta, acuerdo que a principios de 1878 aún no estaba vigente, pues, según la constitución boliviana, los contratos sobre recursos naturales debían ser aprobados por el congreso. Así lo hizo la Asamblea Nacional Constituyente boliviana mediante ley, el 14 de febrero de 1878, con la condición de que se pagara un impuesto de 10 centavos por cada quintal de salitre exportado por la compañía.

Para Chile, la recaudación del impuesto de 10 centavos por quintal exportado violaba explícitamente el artículo IV del Tratado de 1874 entre Bolivia y Chile, que prohibía recaudar impuestos durante veinticinco años a las «personas, industrias y capitales chilenos que trabajaran entre los paralelos 23º y 24º» y a los residentes en esa zona. Bolivia contraargumentó que la empresa no era una «ciudadana chilena» ni residente sino una entidad comercial, que se constituía, según las leyes de Bolivia, en sujeto, por tanto, de su ius imperium. Los dueños chilenos de la empresa afectada se negaron rotundamente a pagar dicho impuesto, por considerarlo abusivo, y solicitaron ayuda al gobierno de Chile. Santiago prometió su apoyo a la causa de la empresa, pese a que se trataba de una disputa entre una empresa privada y el Estado boliviano.

El gobierno chileno consideró que se trataba de un caso bilateral y avaló el carácter sui generis del conflicto. Así, comenzó el conflicto diplomático entre Bolivia y Chile que escaló rápidamente en magnitud dada la falta de tacto diplomático del gobierno de Daza. Perú participó como mediador en la crisis resultante, decidiendo enviar un Embajador Especial y Plenipotenciario a Santiago para tratar de evitar una posible guerra mediante la negociación. El tratado indicaba que las controversias que dieran lugar a “la inteligencia y ejecución del Tratado” debían ser sometidas a arbitraje.

La ocupación de Antofagasta

El 17 de noviembre de 1878, el gobierno de La Paz ordenó al prefecto del departamento de Cobija, Severino Zapata, hacer cumplir el impuesto de 10 centavos establecido por la Ley del 14 de febrero de 1878 en un intento de contrarrestar la grave crisis económica que atravesaba Bolivia, originándose así el casus belli. Posteriormente, el 1 de febrero de 1879, el gobierno de Bolivia rescindió unilateralmente el contrato, suspendiendo los efectos de la ley del 14 de febrero de 1878, y decidió reclamar las salitreras ocupadas por la Compañía de Salitre y Ferrocarriles de Antofagasta. Procedieron a rematar los bienes de la compañía con el fin de cobrar los impuestos impagos, empleando en el proceso la fuerza armada. El remate fue programado para el 14 de febrero de 1879. Daza ignoró la probabilidad de una represalia chilena. Chile ocupó Antofagasta ese mismo 14 de febrero de 1879, frustrando el remate. Daza, alegando la invasión como casus belli, declaró la guerra a Chile. Tratado secreto entre Perú y Bolivia firmado en 1873 en el que el primero se comprometía a apoyar militarmente al segundo en caso de conflicto con Chile. Chile declaró la guerra a Bolivia el 5 de marzo de 1879 y procedió a ocupar la costa boliviana, haciendo valer antiguas reivindicaciones territoriales no resueltas respecto de la costa entre esos paralelos.

La Guerra del Pacífico

Primera fase: La ocupación indiscutible de la Litoral Boliviana

Cantando de la Esmeralda durante la batalla de Iquique.

Toda la costa boliviana fue ocupada por tropas chilenas, sin que el Ejército boliviano interviniera en absoluto. Una versión muy difundida sobre los hechos del estallido de la guerra afirma que Daza festejó su cumpleaños cuando Chile invadió Antofagasta. Coincidiendo con el carnaval, se dice que Daza ocultó la noticia de la invasión chilena para no interrumpir los festejos. Sin embargo, esto nunca ha sido confirmado.

Finalmente, el 28 de febrero se conoció en Bolivia la noticia de la invasión chilena. El 1 de marzo, Daza declaró la ruptura de las comunicaciones con Chile y la confiscación de las propiedades de los ciudadanos chilenos con el uso de la fuerza. Al mismo tiempo, reclamó el apoyo del Perú, en cumplimiento del Tratado de Alianza Defensiva firmado en 1873.

Segunda fase: Declaración boliviana de guerra y entrada del Perú

El gobierno peruano envió urgentemente un enviado diplomático a Santiago para mediar en el conflicto chileno-boliviano. La misión estuvo encabezada por José Antonio de Lavalle y llegó a Valparaíso el 4 de marzo. Sin embargo, mientras se desarrollaban estas negociaciones de paz, Daza, en un evidente intento de hacer fracasar las negociaciones y obligar al Perú a sumarse al conflicto, declaró la guerra a Chile el 14 de marzo.

El 23 de marzo, las fuerzas bolivianas y chilenas se enfrentaron en la Batalla de Calama, obteniendo la victoria las chilenas. Finalmente, el 5 de abril, Chile declaró la guerra a Perú, luego de que este país se negara a permanecer neutral en el conflicto. A medida que avanzaba la guerra, los chilenos fueron empujando lentamente a las fuerzas aliadas hacia la derrota. Por esta razón, en medio de la guerra, Daza negoció en secreto con agentes chilenos para separar a Bolivia del conflicto y dejar a Perú a su suerte; a cambio, Bolivia recibiría una compensación por la pérdida de su costa; la entrega de Tacna y Arica. Estas negociaciones nunca se materializaron debido a la desaprobación del congreso de Bolivia.

Tercera fase: Comandante Supremo del Ejército y caída

Narcisco Campero unió a los militares y políticos de Bolivia contra Daza.

Daza se retiró del cargo de jefe de Estado por decreto supremo el 17 de abril de 1879, para asumir personalmente el mando del ejército y marchar a la cabeza de las fuerzas bolivianas. Las condujo hasta Tacna y, tras el desembarco chileno en Pisagua, marchó hacia el sur para apoyar al ejército peruano estacionado en Iquique. Tras permanecer brevemente en Arica, continuó marchando. Sin embargo, tras tres días de marcha por la quebrada de Camarones, anunció al presidente peruano Mariano Ignacio Prado que sus tropas se negaban a continuar debido a las duras condiciones del desierto, optando por regresar a Arica. El telegrama de Daza a Prado del 16 de noviembre decía textualmente: "El desierto abruma, el ejército se niega a avanzar". Esta decisión afectó significativamente el rumbo de la guerra, dejando al Perú prácticamente solo en el conflicto.

Mientras tanto, el ejército peruano estacionado en el puerto de Iquique bajo el mando del general Juan Buendía, decidió avanzar hacia el interior. Buendía confiaba en la llegada de las fuerzas de Daza para romper las líneas chilenas. Pero la noticia de la retirada de Daza tuvo un tremendo efecto desmoralizador en las tropas peruanas, que sufrieron una grave derrota en San Francisco el 19 de noviembre. Daza regresó a Arica, donde se enteró de su destitución como presidente de Bolivia el 28 de diciembre tras un golpe de Estado dado por los militares en medio de un enorme descontento de la población por el rumbo de la guerra. Luego se trasladó a Arequipa, donde esperó a que su familia se uniera a él; hecho esto, partió hacia Europa. Armado de considerables recursos financieros, habiendo salido con una parte del tesoro de Bolivia, se instaló en París, Francia. En Bolivia, el general Narciso Campero reemplazó a Daza después de jugar un papel crucial en el derrocamiento de este último. Se constituyó entonces una Junta bajo la presidencia de Uladislao Silva, que gobernó el país hasta la elección de Campero como presidente provisional.

Más tarde vida y muerte

Regreso a Bolivia y asesinato

Después de quince años en Francia, en 1893, Daza solicitó permiso al entonces presidente boliviano, Mariano Baptista, para regresar a su país con el fin de defenderse de las acusaciones que le hacían sus enemigos en el Congreso Legislativo. En 1894, Daza llegó al puerto de Antofagasta (antiguo territorio boliviano) desde donde se dirigió a Uyuni con la esperanza de llegar a la ciudad de La Paz. Sin embargo, fue asesinado por sus guardias a su llegada a la estación de ferrocarril de Uyuni.

Un legado de especulaciones

Desde principios del siglo XXI, ha habido un creciente movimiento reivindicativo de Daza, que busca explicar su asesinato con todo tipo de especulaciones sobre las revelaciones (contra Narciso Campero y otros) que supuestamente debía hacer en el Congreso boliviano. Autores como José Mesa, Teresa Gisbert y Carlos Mesa Gisbert consideran que Narciso Campero no ordenó la entrada en acción de sus fuerzas en Atacama en la segunda mitad de 1879 porque estaba en connivencia con los empresarios mineros encabezados por Aniceto Arce, quienes tenían intereses comerciales en sociedad con inversionistas chilenos en la costa del Pacífico, ocupada por Chile tras las acciones militares de marzo de 1879. Sin embargo, nunca se ha podido probar nada.

Vida personal

Se casó en La Paz, el 12 de octubre de 1872, con la distinguida dama doña Benita Gutiérrez. Actuaron como testigos del matrimonio Agustín Morales y Casimiro Corral, quien fuera entonces Ministro de Relaciones Exteriores de Bolivia. De este matrimonio nació doña Raquel Daza y Gutiérrez.

Véase también

  • Guerra del Pacífico

Referencias

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Bibliografía

  • Mesa José de; Gisbert, Teresa; y Carlos D. Mesa, "Historia de Bolivia", 3a edición.
  • Obras de Hilar Daza o sobre el Archivo de Internet
Oficinas políticas
Precedido por
Mariano Ballivián
Ministro de Guerra
1874–1876
Succedido por
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Precedido por
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1876–1879
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