Hénosis
Henósis o Hénosis (griego antiguo: ἕνωσις) es la palabra griega clásica para mística "unidad", "unión" o "unidad". En el platonismo, y especialmente en el neoplatonismo, el objetivo de la henosis es la unión con lo que es fundamental en la realidad: el Uno (Τὸ Ἕν), la Fuente o Mónada. El concepto neoplatónico tiene precedentes en las religiones mistéricas griegas, así como paralelos en la filosofía oriental. Se desarrolla más en el Corpus Hermeticum, en la teología cristiana, el alevismo, la soteriología y la mística, y es un factor importante en el desarrollo histórico del monoteísmo durante la Antigüedad tardía.
Etimología
El término es relativamente común en los textos clásicos y tiene el significado de "unión" o "unidad".
Proceso de unificación
Henosis, o unidad primordial, es racional y determinista, emanando del indeterminismo una causa sin causa. Cada individuo como microcosmos refleja el ordenamiento gradual del universo denominado macrocosmos. Al imitar al demiurgo (mente divina), uno se une con El Uno o Mónada. Así, el proceso de unificación, de "El Ser" y "El Uno", se llama henosis, cuya culminación es la deificación.
Plotino
La henosis para Plotino (204/5-270 EC) se definió en sus obras como una inversión del proceso ontológico de la conciencia a través de la meditación (en la mente occidental para no contemplar) hacia ningún pensamiento (nous o demiurgo) y ninguna división (díada) dentro el individuo (ser). Como se especifica en los escritos de Plotino sobre Henología, uno puede llegar a una tabula rasa, un estado en blanco donde el individuo puede captar o fusionarse con El Uno. Esta simplicidad absoluta significa que el nous o la persona se disuelve, completamente absorbida de nuevo en la Mónada.
Dentro de las Enéadas de Plotino, la Mónada puede denominarse el Bien por encima del demiurgo.La Mónada o dynamis (fuerza) es de una sola expresión (la voluntad o el uno es el bien), todo está contenido en la Mónada y la Mónada es todo y en todo (panenteísmo). Toda división se reconcilia en el uno, etapa final antes de llegar a la singularidad, y lo que se llama dualidad (díada) se reconcilia completamente en la Mónada, Fuente o Uno (ver monismo). Como la única fuente o sustancia de todas las cosas, la Mónada lo abarca todo. Como infinito e indeterminado, todo se reconcilia en la dynamis o uno. Es el demiurgo o segunda emanación que es el nous en Plotino. Es el demiurgo (creador, acción, energía) o nous que "percibe", y por lo tanto hace que la fuerza (potencial o Uno) se manifieste como energía, o la díada llamada mundo material. Nous como ser, el ser y la percepción (intelecto) manifiestan lo que se llama alma (World Soul).
Plotino expresa sus enseñanzas para reconciliar no solo a Platón con Aristóteles, sino también a varias religiones del mundo con las que tuvo contacto personal durante sus diversos viajes. Las obras de Plotino tienen un carácter ascético en el sentido de que rechazan la materia como una ilusión (inexistente). La materia se trataba estrictamente como inmanente, con la materia como esencial a su ser, sin carácter verdadero o trascendental o esencia, sustancia u ousia. Este enfoque se llama idealismo filosófico.
Etapas
Fases de Plotino de la "unión mística con el Uno" tal como las da Mazur (2021):
- Fase 1, Catarsis: autopurificación (afairesis) de cualquier contaminación con multiplicidad (de cualquier pensamiento, conocimiento o actividad mental); "eliminando" el Ser mismo (Enéadas III.8.10)
- Fase 2, Mística autorreversión: "El intelecto... debe 'retroceder' y entregarse a lo que hay detrás" (Enéadas III.8.9)
- Fase 3, Autofanía: visión luminosa del propio yo
- Fase 3.2, Autounificación: para "convertirse en uno de muchos" (Enéadas VI.9.3)
- Fase 4, Aniquilación: discutida en las Enéadas VI.9
- Fase 5, Unión con el Uno
- Fase 5.2, Desubjetivación
Los pasajes de las Enéadas que describen las diferentes etapas de la unión mística con el Uno se pueden encontrar en I.6, IV.8, VI.9, III.8, V.3, V.5, V.8 y VI.7. -8.
Jámblico de Calcis
Dentro de las obras de Jámblico de Calcis (c. 245 - c. 325 d. C.), El Uno y la reconciliación de la división se pueden obtener a través del proceso de teúrgia. Al imitar al demiurgo, el individuo regresa al cosmos para implementar la voluntad de la mente divina. Se pasa por una serie de teúrgias o rituales que unen al iniciado a la Mónada. Estos rituales imitan la ordenación del caos del Universo en el mundo material o cosmos. También imitan las acciones del demiurgo como creador del mundo material. Iamblichus usó los rituales de las religiones de misterio para realizar rituales en el individuo para unir su persona exterior e interior. Así uno sin conflicto (ya sea interno o externo) está unido (henosis) y es El Uno (hen).
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