Hans Fritzche

August Franz Anton Hans Fritzsche (21 de abril de 1900 - 27 de septiembre de 1953) fue el Ministerialdirektor en el Propagandaministerium (Ministerio de Ilustración Pública y Propaganda del Reich) de la Alemania nazi. Fue el locutor alemán preeminente de su tiempo, como parte de los esfuerzos por presentar un lado más popular y entretenido del régimen nazi, y su voz fue reconocida por la mayoría de los alemanes.

Fritzsche estuvo presente en el Führerbunker de Berlín durante los últimos días de Adolf Hitler. Tras la muerte de Hitler, se pasó a las líneas soviéticas en Berlín para ofrecer la rendición de la ciudad al Ejército Rojo el 1 de mayo de 1945. Fue hecho prisionero.

Biografía

Fritzsche nació en Bochum (una ciudad en la región del Ruhr) de un empleado postal prusiano. Se ofreció como voluntario en el ejército alemán en 1917 como soldado raso y sirvió en Flandes. Después de la guerra, estudió en las universidades de Greifswald y Berlín, pero no se graduó. Se convirtió en periodista en 1923 para Hugenberg Press, que promovía opiniones nacionalistas no muy diferentes a las de los nazis. En septiembre de 1932, comenzó su carrera en la radiodifusión como jefe de Drahtloser Dienst (el servicio de noticias inalámbrico, una agencia gubernamental) y comenzó su primera transmisión, un programa diario llamado "Hans Fritzsche speaks& #34; (Es spricht Hans Fritzsche).

En 1929 o mayo de 1933 se unió al Partido Nazi, y más tarde a la Sturmabteilung (SA). También fue miembro de la Academia de Derecho Alemán.

El 1 de mayo de 1933, el servicio de noticias inalámbricas se incorporó a Joseph Goebbels' Ministerio de Propaganda. En 1938, Fritzsche se convirtió en jefe de la División de Prensa. En noviembre de 1942, se convirtió en jefe de la División de Radio. Fritzsche no participó en la creación de políticas. Durante la guerra, Fritzsche fue el comentarista de radio más destacado de Alemania.

En abril de 1945 estuvo presente en el Führerbunker de Berlín durante los últimos días de Adolf Hitler y Goebbels. Después del suicidio de Hitler el 30 de abril de 1945, Goebbels asumió el papel de Hitler como canciller. El 1 de mayo, Goebbels completó su único acto oficial como canciller. Dictó una carta al general del ejército soviético Vasily Chuikov, solicitando un alto el fuego temporal y ordenó al general alemán Hans Krebs que la entregara. Chuikov comandó las fuerzas soviéticas en el centro de Berlín. Después de que esto fuera rechazado, Goebbels decidió que los esfuerzos posteriores eran inútiles. Goebbels luego lanzó una diatriba reprendiendo a los generales, recordándoles que Hitler les prohibió rendirse. Fritzsche salió de la habitación para tratar de tomar el asunto en sus propias manos. Fue a su oficina cercana en Wilhelmplatz y escribió una carta de rendición dirigida al mariscal soviético Georgy Zhukov. Un general enojado y borracho Wilhelm Burgdorf siguió a Fritzsche a su oficina. Allí le preguntó a Fritzsche si tenía la intención de entregar Berlín. Fritzsche respondió que iba a hacer precisamente eso. Burgdorf gritó que Hitler había prohibido rendirse y que, como civil, no tenía autoridad para hacerlo. Burgdorf luego sacó su pistola para dispararle a Fritzsche, pero un técnico de radio golpeó el arma y la bala disparada golpeó el techo. Luego, varios hombres sacaron a Burgdorf de la oficina y él regresó al búnker. Fritzsche luego salió de su oficina y se acercó a las líneas soviéticas y se ofreció a entregar la ciudad.

Tribunal militar

Fritzsche fue hecho prisionero por soldados del Ejército Rojo soviético. Al principio lo mantuvieron prisionero en un sótano y luego lo enviaron a Moscú para interrogarlo en la prisión de Lubyanka donde, según su propio relato, le arrancaron tres dientes de oro de la boca al llegar. Lo confinaron a un 'ataúd de pie', una celda de 0,28 m² (3 pies cuadrados) donde era imposible dormir, y lo sometieron a una dieta de pan y agua caliente.. Finalmente firmó una confesión. Más tarde, escribió su relato de la prisión soviética durante el juicio en Nuremberg, que se publicó en Suiza.

Fritzsche fue enviado a Nuremberg y juzgado ante el Tribunal Militar Internacional. Fue acusado de concierto para delinquir para delinquir contra la paz, crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad. En sus posiciones en el aparato de propaganda del Estado nazi, Fritzsche desempeñó un papel para promover la conspiración para cometer atrocidades y lanzar la guerra de agresión. Según el periodista y autor William L. Shirer, a los asistentes no les quedó claro por qué se le acusó. Shirer comentó que "nadie en la sala del tribunal, incluido Fritzsche, parecía saber por qué estaba allí, era demasiado pequeño, a menos que fuera como un fantasma para Goebbels". Según la fiscalía del IMT, "incitó y alentó la comisión de crímenes de guerra falsificando deliberadamente noticias para despertar en el pueblo alemán las pasiones que lo llevaron a cometer atrocidades". Fritzsche fue absuelto porque el tribunal "no estaba preparado para sostener que [sus transmisiones] tenían la intención de incitar al pueblo alemán a cometer atrocidades contra los pueblos conquistados". Fue uno de los tres únicos acusados que fueron absueltos en Nuremberg (junto con Hjalmar Schacht y Franz von Papen).

El fiscal de Nuremberg, Alexander Hardy, dijo más tarde que las pruebas que no estaban disponibles para la fiscalía en ese momento demostraban que Fritzsche no solo sabía del exterminio de los judíos europeos, sino que también "desempeñó un papel importante en provocar [los crímenes nazis]". 34; y habría resultado en su condena. Fritzsche fue posteriormente clasificado como Grupo I (Delincuentes mayores) por un tribunal de desnazificación que le impuso la pena máxima, nueve años de trabajos forzados en un campo de trabajo. Fue indultado en septiembre de 1950. Se casó con su segunda esposa, Hildegard Springer, en 1950. Murió de cáncer en 1953. Su esposa murió el mismo año.

Fritzsche junto con Speer y Schirach finalmente fueron comulgados por el pastor luterano Henry F. Gerecke y se les administró la Eucaristía.

Publicaciones

• Fritzsche, Hans (1953). como se le dijo a Hildegard Springer-Fritzsche (ed.). La espada en los cueros. Traducido por Diana Pyke, Heinrich Fraenkel. Allan Wingate. Cuenta de los juicios de Nuremberg.