Guerra Chiquita

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La Guerra Chiquita fue el segundo de tres conflictos entre los rebeldes cubanos y España. Comenzó el 26 de agosto de 1879 y después de algunos éxitos menores terminó con la derrota de los rebeldes en septiembre de 1880. Siguió a la Guerra de los Diez Años de 1868–78 y precedió a la guerra final de 1895–98, que resultó en la intervención estadounidense y la independencia de Cuba.

Orígenes

La guerra tuvo los mismos orígenes que la Guerra de los Diez Años y, en muchos sentidos, fue una continuación de la misma. Tras su liberación tras el Pacto del Zanjón, Calixto García viajó a la ciudad de Nueva York y organizó el Comité Revolucionario Cubano con otros revolucionarios. En 1878, emitió un manifiesto contra el dominio español de Cuba. Esto encontró la aprobación de otros líderes revolucionarios y la guerra comenzó el 26 de agosto de 1879.

La guerra

La revolución fue encabezada por Calixto García, habiendo sido uno de los pocos líderes revolucionarios que no firmó el Pacto del Zanjón. Entre los otros líderes destacados estaban José Maceo (el hermano de Antonio Maceo), Guillermo Moncada, Emilio Núñez. Los revolucionarios enfrentaron muchos problemas que fueron difíciles de superar. Carecían de líderes experimentados además de García, y tenían una grave escasez de armas y municiones. Además, no tenían aliados extranjeros que los ayudaran, y la población estaba exhausta por la Guerra de los Diez Años y carecía de fe en la posibilidad de la victoria, deseando en cambio la paz.En el oeste de la isla, la mayoría de los líderes revolucionarios fueron arrestados. El resto de los líderes se vieron obligados a capitular a lo largo de 1879 y 1880, y en septiembre de 1880 los rebeldes habían sido completamente derrotados.

Secuelas

Aunque los españoles habían hecho promesas de reforma, fueron ineficaces. La Constitución española de 1876 se aplicó a Cuba en 1881, pero esto cambió poco. Aunque Cuba pudo enviar representantes a las Cortes Generales, el parlamento español, en la práctica los representantes se encontraban entre los más conservadores de Cuba y, por lo tanto, poco cambió.

La falta de una verdadera reforma resultó en otro levantamiento 15 años después, la Guerra de Independencia de Cuba, que se conoció como la Guerra del 95. La experiencia adquirida por los generales revolucionarios en la Guerra Pequeña fue de gran ayuda para ellos, y después de la Guerra del 95 y la Guerra Hispanoamericana, Cuba se independizó de España.