Gran Pajatén
Gran Pajatén es un sitio arqueológico ubicado en los bosques nubosos andinos del Perú, en el límite de la región La Libertad y la región San Martín, entre los ríos Marañón y Huallaga. El sitio arqueológico se encuentra en el Parque Nacional Río Abiseo, que fue establecido en 1983. El parque fue designado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1990 y Sitio Cultural en 1992. Para proteger las frágiles ruinas y el medio ambiente en peligro de extinción, el sitio arqueológico y el parque nacional actualmente no están abiertos a visitantes sin permisos del Ministerio de Agricultura y del Instituto Nacional de Cultura del Perú.
El sitio relacionado de Los Pinchudos se encuentra muy cerca de Gran Pajaten.
Descripción
El Gran Pajatén se encuentra en la cima de una colina sobre el valle del río Montecristo y consta de una serie de al menos 26 estructuras circulares de piedra encima de numerosas terrazas y escaleras. Las ruinas ocupan una superficie de unos 20.000 m2. Los edificios principales están decorados con mosaicos de pizarra que muestran motivos humanos, de aves y geométricos. El análisis de muestras de cerámica y fechas de radiocarbono muestran que el área fue ocupada ya en el año 200 a. C., pero las ruinas visibles del edificio en el sitio actual fueron construidas durante la época inca. Basado principalmente en evidencia arquitectónica, el asentamiento se atribuye a la cultura Chachapoyas.
Descubrimiento


Se atribuye erróneamente al explorador Gene Savoy haber encontrado las ruinas en 1965. Se rumorea que el sitio fue descubierto alrededor de 1940 por Eduardo Peña Meza, residente de Juanjui, mientras exploraba el área para un posible proyecto vial. Sin embargo, no hay evidencia de que las ruinas que encontró fueran las del Gran Pajatén o las ruinas de otro asentamiento prehispánico abandonado. Por tanto, el "descubrimiento" del Gran Pajatén se atribuye a los aldeanos del pueblo de Pataz en 1963. Después de que los aldeanos de Pataz lo guiaran al sitio en 1965, Savoy se atribuyó el mérito al publicar el descubrimiento en la prensa mundial como si fuera suyo. Una expedición oficial del gobierno peruano visitó el sitio y comenzó a limpiar la vegetación a fines de 1965. Para 1966, el gobierno peruano había instalado una plataforma para helicópteros y había limpiado gran parte de la vegetación protectora que rodeaba el sitio. Muchos años después, estas acciones generaron críticas debido a la delicada naturaleza del sitio arqueológico. Sin la protección de una densa vegetación, las ruinas de piedra comenzaron a deteriorarse rápidamente.
Preservación
En 1985, un equipo dirigido por el departamento de antropología de la Universidad de Colorado inició un importante proyecto de investigación en Gran Pajatén y los sitios arqueológicos circundantes en el parque. La expedición fue ampliamente publicitada y esta segunda investigación a gran escala dio lugar a nuevas discusiones sobre la apertura del sitio al turismo. En 1990, una expedición televisada por el Perú volvió a limpiar la vegetación protectora del lugar y dañó aún más las ruinas. Actualmente, existen planes para la construcción de varias carreteras e infraestructura turística en la región. Ninguna de las dos se ha implementado debido a la naturaleza frágil de las ruinas y el alto costo de conservar el sitio y al mismo tiempo minimizar los impactos turísticos en su integridad arqueológica y contexto ambiental.
En la actualidad (2023), el World Monument Fund está financiando trabajos de conservación en el Gran Pajatén, así como renovadas investigaciones arqueológicas.