Gradiva

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El relieve romano original sobre el cual Gradiva fue basado (Vatican City).

Gradiva, o "La que avanza", es una figura mítica creada por Wilhelm Jensen como elemento central personaje de su novela Gradiva (1902). El personaje se inspiró en un relieve romano existente. Más tarde se convirtió en un tema destacado del arte surrealista después de que Sigmund Freud publicara un ensayo sobre la obra de Jensen.

Orígenes

El personaje apareció por primera vez en la novela homónima de Wilhelm Jensen Gradiva. En la novela, la protagonista queda fascinada por una figura femenina en un relieve antiguo y la llama Gradiva, que en latín significa "la que camina". También se cree que el nombre es un homenaje a Mars Gradivus, el dios romano de la guerra.

Poco después de la publicación de Gradiva', el psicoanalista Carl Jung recomendó la novela a su colega Sigmund Freud. Freud encontró la narrativa convincente y publicó su influyente ensayo titulado Delusion and Dream in Jensen's Gradiva (en alemán: "Der Wahn und die Träume in W. Jensen' ;s Gradiva") en 1907. Posteriormente, intercambió algunas cartas con Jensen, quien se sintió "halagado por el análisis de Freud de su historia".

Descripción

El relieve es un relieve romano neoatlántico, que es probable una copia de un original griego del siglo IV a.C. El alivio completo tiene tres figuras femeninas identificadas como las llamadas Horae y Agraulids: Herse, Pandrosus y Aglaulos. El relieve fue reconstruido por el arqueólogo Friedrich Hauser de fragmentos encontrados en múltiples colecciones de museos separados.

El fragmento de Gradiva se encuentra en la colección del Museo Vaticano Chiaramonti, Roma. El resto del relieve se exhibe en el Museo de los Uffizi de Florencia.

Alusiones en la cultura popular

Salvador Dalí apodó a su esposa, Gala Dalí, "Gradiva". Utilizó la figura de Gradiva como inspiración en varias de sus pinturas, para las cuales su esposa sirvió a menudo de modelo. Estas pinturas incluyeron Gradiva (1931), Gradiva encuentra las ruinas de Antropomorphos (1931), William Tell y Gradiva (1931).

Gradiva también inspiró otras pinturas surrealistas. Un ejemplo de ello, Gradiva (1939) de André Masson, explora la iconografía sexual del personaje.

En 1937, el autor surrealista André Breton, al que se le atribuye ser un líder del movimiento, abrió una galería de arte en la Rive Gauche llamada Gradiva. El estudio fue diseñado por Marcel Duchamp, quien creó la icónica puerta con la forma de Gradiva acompañada de una figura masculina.

El cortometraje artístico Gradiva Sketch 1 (1978, cámara: Bruno Nuytten) del cineasta francés Raymonde Carasco fue descrito como “una construcción poética sobre la fetichización del deseo, que parece ir en contra Lectura de Freud: el gracioso movimiento del pie de la doncella se considera el objeto mismo, no un mero referente, del deseo masculino”.

En 1986, el escritor y etnógrafo surrealista francés Michel Leiris, junto con Jean Jamin, fundaron Gradhiva, una revista académica que cubre temas de antropología. Desde 2005 lo publica el Musée du quai Branly de París.

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