Franz Tamayo

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intelectual, escritor y político boliviano

Franz Tamayo Solares (La Paz, 28 de febrero de 1879 – 29 de julio de 1956) fue un intelectual, escritor y político boliviano. La provincia Franz Tamayo lleva su nombre. Era conocido por su oratoria. Destacado poeta y filósofo boliviano, escribió varios tratados educativos y también ejerció el derecho, el periodismo y la diplomacia. Tamayo era de origen mestizo; tenía ascendencia aymara y española.

Carrera e influencia

Los conceptos raciales de Tamayo fueron y siguen siendo muy influyentes en el pensamiento, la vida y la cultura boliviana. Consideró a los indios (pueblos indígenas u originarios) capacitados sólo en las facultades del trabajo físico, como el trabajo agrícola o el servicio militar, pero deficientes en las facultades mentales en las que sobresalían los blancos (criollos o de ascendencia europea). ascendencia) consideraba competentes tanto en el ámbito del trabajo físico como mental y por tanto capaces de desenvolverse como ciudadanos de la República Boliviana, asumiendo la aculturación a la cultura europea. Esta comprensión racializada del mestizo (o cholo) y del ciudadano moderno influiría y subrayaría en gran medida la política y la identidad nacional de Bolivia después de la revolución de 1952.

En política, Tamayo originalmente apoyó al Partido Liberal, pero cambió al opositor Partido Republicano alrededor de 1920. En 1931, el presidente Daniel Salamanca lo nombró Ministro de Relaciones Exteriores. De hecho, ganó las elecciones presidenciales de 1934, pero éstas fueron anuladas por los líderes del golpe militar que derrocó a Salamanca del poder.

Esta es una vieja anécdota sobre Franz Tamayo que es ilustrativa de su carácter:

Tamayo vivía en La Paz, y todas las mañanas se levantaba temprano y pasaba 15 minutos contemplando desde su balcón el imponente Illimani, la más alta de las montañas que rodean la ciudad.

Después de un tiempo, un hombre vino a vivir al mismo edificio que Tamayo, y una mañana lo vio en su "ritual". "Franz", gritó, porque Tamayo era muy conocido en la ciudad. "¡Francés!". Después de unos minutos de gritar y no recibir respuesta, perdió los estribos y gritó: "Por el amor de Dios, Franz, ¿cuál es tu problema?". Estoy tratando de decir 'buenos días' a ti" Tamayo se dio vuelta, con los ojos en llamas, y gritó. "¡Silencio! Dos cumbres se contemplan" ("¡Silencio!, dos gigantes se miran.)

Otra anécdota es:

Tamayo servía en la Cámara de Representantes de Bolivia cuando pronunció uno de sus famosos y apasionados discursos ante ese augusto organismo. Inevitablemente, alguien se opuso a su forma de pensar y abucheó al gran poeta y orador, arrojándole (entre todas las cosas) una herradura para mostrar su disgusto. Tamayo tranquilamente recogió la herradura y dijo en voz alta "por cierto, ¿el señor que ha perdido su zapato podría pasar al frente a reclamarlo?"

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