Francisco Espoz y Mina

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líder guerrillero español y general

Francisco Espoz y Mina Ilundáin (1781-1836) fue un líder y general guerrillero español.

Espoz y Mina es considerado el guerrillero más importante de la Guerra de la Independencia por tres motivos: al posicionarse tan cerca de las fuerzas francesas y sus líneas de comunicación podía hostigarlas continuamente; el resultado directo de su campo de operaciones, que limitó los recursos que el ejército francés podía desplegar en otros lugares; y porque, a diferencia de muchos otros guerrilleros, no recurrió al saqueo de los pueblos de su dominio. Más bien, creó una administración civil con la que pudo financiar, armar y alimentar a sus considerables fuerzas, además de utilizar el botín que obtuvo de los convoyes franceses que capturó. Incluso exigió un impuesto sobre las mercancías francesas que entraban en el país y la aduana francesa de Irún pagó a sus delegados 100 onzas de oro al mes.

El mariscal Drouet, conde de Erlon desplegó toda una división de su IX Cuerpo para cazarlo durante el otoño de 1810, lo que provocó la no aparición del cuerpo en Ciudad Rodrigo y Salamanca, cuando el mariscal Masséna estaba ansiosamente esperando su llegada. En total, durante los meses de septiembre, octubre y noviembre, las acciones de Espoz y Mina impidieron a 38.000 hombres al mando de Drouet, Roguet, Dumoustier y Reille hacer algo para ayudar a Masséna.

Biografía

Francisco Espoz y Mina

Nació en Idocín en Navarra. Su padre, Juan Esteban Espoz y Mina, y su madre, María Teresa Hundain y Ardaiz, eran hacendados, pequeños propietarios rurales, y Francisco Espoz trabajó en la pequeña finca familiar hasta 1808.

Espoz se alistó en el regimiento de Doyle en Jaca en febrero de 1809, y cuando Jaca fue tomada al mes siguiente, logró escapar y se unió al grupo guerrillero comandado por su sobrino Francisco Javier Mina. Cuando este último fue capturado el 21 de marzo de 1810, seis o siete hombres del grupo optaron por seguir a Francisco Espoz, y el 1 de abril de 1810 la Junta de Aragón le dio el mando de los guerrilleros de Navarra.

En julio siguiente, en Estella, capturó y fusiló a Echevarría, quien, bajo el pretexto de ser un guerrillero, era en realidad un bandido. Los 600 pies y 200 caballos de Echevarría se unieron luego a los hombres de Espoz.

A pesar de la petición de Espoz a la Regencia para que se le diera el mando oficial de la guerrilla navarra, se eligió en su lugar a Francisco Javier de Irujo, prior de Ujué, además de recibir un millón de reales para tal fin. Cuando Irujo se presentó con su autorización en mayo de 1810, Espoz la aceptó. Sin embargo, cuando el prior abandonó el campo de combate de Estella, Espoz y Mina pudo recuperar el mando y en septiembre la Regencia le había ascendido al grado de coronel y comandante general de todos los Guerrilleros de Navarra, en aquel momento nombrado formado por tres batallones de infantería y un escuadrón de húsares.

Aunque algunos sostienen que no estuvo en su mejor momento como líder en la batalla, como estratega Espoz y Mina tuvo mucho éxito y mostró una gran capacidad organizativa. Las autoridades francesas se vieron obligadas a permitirle cobrar derechos de aduana sobre todas las mercancías importadas a España, excepto el contrabando de guerra, que no permitiría pasar sin luchar. El dinero así obtenido se utilizó para pagar a sus bandas un salario regular. Pudo evitar imponer contribuciones excesivas al país y mantener la disciplina entre sus hombres, a quienes había llevado a un estado respetable de eficiencia en 1812. Espoz y Mina afirmó que había inmovilizado 26.000 tropas francesas que, de no ser por él, He servido con el mariscal Marmont en Salamanca. En la campaña de 1813 y 1814 sirvió con distinción bajo el mando del mariscal de campo Wellesley, futuro duque de Wellington.

En el intervalo afirmó que había librado 143 acciones grandes y pequeñas, había sido herido repetidamente por balas, espadas y lanzas, había tomado 13 puestos fortificados y 14.000 prisioneros, y nunca había sido sorprendido por los franceses.

Aparte de los intentos de la división de Drouet durante el otoño de 1810, posteriormente, y simultáneamente, seis generales franceses, con 18.000 hombres, participaron activamente en intentar poner fin a las operaciones de Espoz: Dorsenne, el gobernador de Burgos; el mariscal Reille en Navarra; Caffarelli y su división de Reserva del Ejército de España, por D'Agoult, el gobernador de Pamplona; Roguet y Paris, uno de los brigadistas de Suchet del Ejército de Aragón.

Después de la restauración de Fernando VII cayó en desgracia. Los días 25 y 26 de septiembre intentó provocar un levantamiento en Pamplona a favor del Partido Liberal, pero fracasó y se exilió. Sus opiniones políticas eran democráticas y radicales, y como terrateniente no le agradaban los hidalgos (nobles de bajo rango). La Revolución de 1820 le trajo de vuelta y sirvió en el Partido Liberal durante el Trienio Liberal en Galicia, León y Cataluña. En esta última región realizó la única resistencia vigorosa a la intervención francesa a favor de Fernando VII. El 1 de noviembre de 1823 capituló y los franceses le permitieron escapar a Inglaterra por mar. En 1830 participó en un fallido levantamiento contra Fernando.

En 1825 Espoz y Mina publicó Breve extracto de la vida del general Mina, en español e inglés, en Londres. Se hace mención de él en todas las historias de los asuntos de España durante el primer tercio del siglo XIX.

A la muerte del rey fue llamado a España, y el gobierno de la regente Cristina le dio el mando contra los carlistas en 1835, aunque temían su radicalismo. Para entonces, los años, la exposición y las heridas habían minado su salud. También se opuso a Tomás de Zumalacárregui, antiguo oficial suyo en la Guerra de la Independencia, y mayor maestro aún de la guerra irregular de montaña. Su salud le obligó a dimitir en abril de 1835, y su mando posterior en Cataluña sólo fue memorable por el papel que desempeñó al obligar al regente a otorgar una constitución en agosto de 1836. Murió en Barcelona el 24 de diciembre de 1836.

Sus Memorias completas fueron publicadas por su viuda en Madrid en 1851-1852.

La Plaza de Mina en Cádiz, España, lleva su nombre.