Filosofía del amor

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La filosofía del amor es el campo de la filosofía social y la ética que intenta explicar la naturaleza del amor.

Teorías actuales

Hay muchas teorías diferentes que intentan explicar qué es el amor y qué función cumple. Sería muy difícil explicar el amor a una persona hipotética que no haya experimentado por sí misma el amor o el ser amado. De hecho, para una persona así, el amor parecería un comportamiento bastante extraño, si no directamente irracional. Entre los tipos predominantes de teorías que intentan dar cuenta de la existencia del amor se encuentran: teorías psicológicas, la gran mayoría de las cuales consideran al amor como un comportamiento muy saludable. Psicólogos como Eric Erikson, por ejemplo, que creían que encontrar intimidad era una parte necesaria del desarrollo humano. Hay teorías evolutivas que sostienen que el amor es parte del proceso de selección natural; hay teorías espirituales que pueden, por ejemplo, considerar el amor como un don de Dios; también hay teorías que consideran el amor como un misterio inexplicable, muy parecido a una experiencia mística.

Tradiciones occidentales

Raíces clásicas

Dejando de lado la visión de Empédocles de Eros como la fuerza que une al mundo, las raíces de la filosofía clásica del amor se remontan al Banquete de Platón. El Simposio de Platón profundiza en la idea del amor y aporta diferentes interpretaciones y puntos de vista para definir el amor. De sus riquezas, tal vez podamos destacar tres hilos principales que continuarían reverberando a lo largo de los siglos que siguieron.

  1. La idea de dos amores, uno celestial, uno terrenal. Como se le informó al tío Toby, más de dos milenios después, "de estos amores, según el comentario de Ficinus sobre Valesius, el uno es racional - el otro es natural - el primero... excita el deseo de la filosofía y la verdad - el segundo, excita al deseo, simplemente".
  2. La concepción de Aristófanes de la humanidad como el producto de la división en dos de un todo original: Freud más tarde se basaría en este mito - "todo acerca de estos hombres primitivos era doble: tenían cuatro manos y cuatro pies, dos caras" - para apoyar su teoría de la compulsión de repetición.
  3. La teoría de la sublimación del amor de Platón - "ascendiendo hacia arriba... de uno a dos, y de dos a todas las formas bellas, y de las formas bellas a las acciones justas, y de las acciones justas a las nociones justas, hasta que de las nociones justas llega a la noción de belleza absoluta".

Aristóteles, por el contrario, puso más énfasis en philia (amistad, afecto) que en eros (amor); y la relación de amistad y amor continuaría desarrollándose durante el Renacimiento, con Cicerón para los latinos señalando que "es el amor (amor) de donde se deriva la palabra 'amistad' (amicitia)". Mientras tanto, Lucrecio, basándose en la obra de Epicuro, había elogiado el papel de Venus como "el poder guía del universo" y criticado a aquellos que se vuelven "enfermos de amor... los mejores años de la vida desperdiciados en la pereza y el libertinaje".

Eros en griego, también conocido como Cupido, era el dios travieso del amor. Fue compañero de la diosa Afrodita. Eros era conocido por encender la llama del amor en dioses y hombres. Es conocido por ser retratado armado con un arco y flechas o una antorcha encendida. También es conocido por ser un hijo desobediente pero leal de Afrodita.

Petrarquismo

Entre sus objetivos enfermos de amor, Catulo, junto con otros como Héloïse, se vería convocado en el s. XII a un juicio de amor. De las filas de tales figuras, y quizás también bajo influencias islámicas, surgiría el concepto de amor cortés; ya partir de ahí, el petrarquismo formaría los fundamentos retóricos/filosóficos del amor romántico para el mundo moderno temprano.

Escepticismo francés

Junto a la pasión por la fusión que marcó el amor romántico, se puede rastrear una tradición francesa más escéptica desde Stendhal en adelante. La teoría de la cristalización de Stendhal implicaba una disposición imaginativa para el amor, que sólo necesitaba un único disparador para que el objeto se imbuyera de todas las perfecciones fantasiosas. Proust fue más allá, señalando la ausencia, la inaccesibilidad o los celos como precipitantes necesarios del amor. Lacan casi parodiaría la tradición cuando dijera que "amar es dar algo que no tienes a alguien que no existe". Una poslacaniana como Luce Irigaray lucharía entonces por encontrar un lugar para el amor en un mundo que "reducirá al otro a lo mismo... enfatizando el erotismo en detrimento del amor, bajo el manto de la liberación sexual".

Filósofos occidentales del amor

Tradiciones orientales