Filosofía de la cultura

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La filosofía de la cultura es una rama de la filosofía que examina la esencia y el significado de la cultura.

Primeros discursos modernos

Romanticismo alemán

El filósofo alemán Immanuel Kant (1724-1804) formuló una definición individualista de "iluminación" similar al concepto de bildung: "La iluminación es el surgimiento del hombre de su inmadurez autoincurrida". Argumentó que esta inmadurez no proviene de la falta de comprensión, sino de la falta de coraje para pensar de forma independiente. Contra esta cobardía intelectual, Kant instó: Sapere aude, "¡Atrévete a ser sabio!" En reacción a Kant, académicos alemanes como Johann Gottfried Herder (1744–1803) argumentaron que la creatividad humana, que necesariamente toma formas impredecibles y muy diversas, es tan importante como la racionalidad humana. Además, Herder propuso una forma colectiva de bildung: "Para Herder, Bildung era la totalidad de experiencias que proporcionan una identidad coherente y un sentido de destino común a un pueblo".

En 1795, el gran lingüista y filósofo Wilhelm von Humboldt (1767–1835) pidió una antropología que sintetizara los intereses de Kant y Herder. Durante la era romántica, los académicos en Alemania, especialmente aquellos preocupados por los movimientos nacionalistas, como la lucha nacionalista para crear una "Alemania" a partir de diversos principados, y las luchas nacionalistas de las minorías étnicas contra el Imperio austrohúngaro, desarrollaron un enfoque más inclusivo. noción de cultura como "cosmovisión" (Weltanschauung). De acuerdo con esta escuela de pensamiento, cada grupo étnico tiene una cosmovisión distinta que es inconmensurable con las cosmovisiones de otros grupos. Aunque más inclusivo que los puntos de vista anteriores, este enfoque de la cultura aún permitía distinciones entre "civilizado" y "

En 1860, Adolf Bastian (1826-1905) abogó por "la unidad psíquica de la humanidad". Propuso que una comparación científica de todas las sociedades humanas revelaría que las distintas visiones del mundo constaban de los mismos elementos básicos. Según Bastian, todas las sociedades humanas comparten un conjunto de "ideas elementales" (Elementargedanken); diferentes culturas, o diferentes "ideas populares" (Völkergedanken), son modificaciones locales de las ideas elementales. Esta visión allanó el camino para la comprensión moderna de la cultura. Franz Boas (1858–1942) se formó en esta tradición y la trajo consigo cuando se fue de Alemania a los Estados Unidos.

Romanticismo inglés

En el siglo XIX, humanistas como el poeta y ensayista inglés Matthew Arnold (1822-1888) utilizaron la palabra "cultura" para referirse a un ideal de refinamiento humano individual, de "lo mejor que se ha pensado y dicho en el mundo". Este concepto de cultura es comparable al concepto alemán de bildung: "...la cultura es la búsqueda de nuestra perfección total mediante el conocimiento, en todos los asuntos que más nos conciernen, de lo mejor que se ha pensado y dicho en el mundo."

En la práctica, la cultura se refería a un ideal de élite y se asociaba a actividades como el arte, la música clásica y la alta cocina. Como estas formas estaban asociadas a la vida urbana, "cultura" se identificaba con "civilización" (del lat. civitas, ciudad). Otra faceta del movimiento romántico fue el interés por el folclore, lo que llevó a identificar una "cultura" entre las personas que no pertenecen a las élites. Esta distinción se caracteriza a menudo como la que existe entre la alta cultura, es decir, la del grupo social dominante, y la baja cultura. En otras palabras, la idea de "cultura" que se desarrolló en Europa durante el siglo XVIII y principios del XIX reflejaba las desigualdades dentro de las sociedades europeas.

Matthew Arnold contrastó "cultura" con anarquía; otros europeos, siguiendo a los filósofos Thomas Hobbes y Jean-Jacques Rousseau, contrastaron "cultura" con "estado de naturaleza". Según Hobbes y Rousseau, los nativos americanos que fueron conquistados por los europeos a partir del siglo XVI vivían en estado de naturaleza; esta oposición se expresó a través del contraste entre "civilizado" e "incivilizado". De acuerdo con esta forma de pensar, uno podría clasificar a algunos países y naciones como más civilizados que otros y a algunas personas como más cultas que otras. Este contraste condujo a la teoría del darwinismo social de Herbert Spencer ya la teoría de la evolución cultural de Lewis Henry Morgan.

Otros críticos del siglo XIX, siguiendo a Rousseau, han aceptado esta diferenciación entre alta y baja cultura, pero han visto el refinamiento y la sofisticación de la alta cultura como desarrollos corruptos y antinaturales que oscurecen y distorsionan la naturaleza esencial de las personas. Estos críticos consideraban que la música folclórica (producida por "el folclore", es decir, los campesinos rurales, analfabetos) expresaba honestamente una forma de vida natural, mientras que la música clásica parecía superficial y decadente. Del mismo modo, esta visión a menudo presentaba a los pueblos indígenas como "salvajes nobles" que vivían vidas auténticas y sin tacha, sin complicaciones y sin la corrupción de los sistemas capitalistas altamente estratificados de Occidente.

En 1870, el antropólogo Edward Tylor (1832-1917) aplicó estas ideas de cultura superior versus cultura inferior para proponer una teoría de la evolución de la religión. Según esta teoría, la religión evoluciona de formas más politeístas a formas más monoteístas. En el proceso, redefinió la cultura como un conjunto diverso de actividades características de todas las sociedades humanas. Esta visión allanó el camino para la comprensión moderna de la cultura.