Falsos commodities

Compartir Imprimir Citar

El concepto de mercancías ficticias o falsos commodities se originó en el libro de Karl Polanyi de 1944 La gran transformación y se refiere a cualquier cosa tratada como mercancía de mercado que no se crea para el mercado, específicamente la tierra, el trabajo y el dinero.

Crítica de la mercantilización

Para Polanyi, el esfuerzo de la economía clásica y neoclásica por someter a la sociedad al libre mercado era un proyecto utópico y, como afirman los académicos de Polanyi Fred Block y Margaret Somers, "Cuando estos bienes públicos y necesidades sociales (lo que Polanyi llama "mercancías ficticias") son tratados como si fueran mercancías producidas para la venta en el mercado, en lugar de derechos protegidos, nuestro mundo social está en peligro y se producirán grandes crisis".

La visión de Polanyi sigue las nociones marxistas de "mercantilización" y "fetichismo de la mercancía". El fetichismo en antropología se refiere a la creencia primitiva de que los poderes divinos pueden ser inherentes a las cosas inanimadas, por ejemplo, a los tótems. Marx utiliza este concepto para describir el "fetichismo de la mercancía". Para Marx, "una mercancía parece a primera vista una cosa extremadamente obvia, trivial. Pero su análisis revela que es una cosa muy extraña, llena de sutilezas metafísicas y sutilezas teológicas". Y lo que es una relación social entre personas, entre "capitalistas" y "trabajadores explotados", asume en cambio "la forma fantástica de una relación entre cosas".

David Bollier escribió que, según Polanyi, "antes del surgimiento del mercado como principio rector de la sociedad, la política, la religión y las normas sociales eran las fuerzas predominantes de gobierno. La tierra, el trabajo y el dinero en sí no se consideraban principalmente como mercancías para ser comprados y vendidos. Estaban incrustados en las relaciones sociales, y sujetos a la consideración moral, las creencias religiosas y la gestión comunitaria".Como señala Polanyi, estos son en realidad "mercancías ficticias" en el sentido de que no son "productos" realmente discretos. La tierra y los seres humanos tienen su propia dinámica soberana aparte de su trato como mercancías de mercado. Tratarlos como "meras mercancías" crea "presiones peligrosas", como cuando se emite demasiado carbono a la atmósfera o las personas pierden sus trabajos porque son "redundantes".