Estilo herreriano

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fachada herreria del monasterio de El Escorial.
Casa consistorial de Toledo en Toledo, Castilla-La Mancha, construida entre 1575 y 1703.
Alcázar de Toledo.
Hospital de San Agustín en El Burgo de Osma, Provincia de Soria, construido entre 1694 y 1699.
Monasterio de Uclés, provincia de Cuenca.
UNESCO Patrimonio de la Humanidad La Catedral de Puebla es un ejemplo de estilo herrerio en México.
El estilo herreriano se desarrolló en España durante el último tercio del siglo XVI, bajo el reinado de Felipe II (1556-1598), y continuó vigente en el siglo XVII, aunque transformado por el estilo barroco de la época. Corresponde a la tercera y última etapa de la arquitectura renacentista española, cuya tendencia dominante había sido la austeridad y la decoración minimalista. El ornamentado estilo plateresco dio paso al purismo clásico en el segundo tercio del siglo XVI. Este, a su vez, dio paso a la simplicidad geométrica del estilo herreriano.Tiene su origen en la construcción del Monasterio de El Escorial (San Lorenzo de El Escorial, Comunidad de Madrid) y, más concretamente, en la reorganización del proyecto realizada por el arquitecto cántabro Juan de Herrera (1530-1597), tras la muerte de Juan Bautista de Toledo (1515-1567), autor del primer diseño.Sus principales representantes son el ya mencionado Herrera, a quien el estilo debe su nombre, y Francisco de Mora (1553-1610), discípulo de Herrera y arquitecto del Palacio Ducal de Lerma y otras obras clave de la arquitectura herreriana.

Características

La arquitectura herreriana, o estilo herreriano, se caracteriza por su rigor geométrico, la relación matemática entre los diversos elementos arquitectónicos, la limpieza de los volúmenes, el predominio del muro sobre la luz y la casi total ausencia de decoración, razón por la cual con el tiempo se denominó estilo desornamentado. También se conoce como estilo Escorial, en referencia al edificio que mejor representa este estilo arquitectónico.Los edificios herrerianos destacan por su marcada horizontalidad, lograda gracias al equilibrio de formas, preferiblemente cúbicas, dispuestas simétricamente en la estructura. Generalmente, presentan cubiertas de madera revestidas exteriormente con pizarra y torres laterales, rematadas por agujas cuadrangulares cónicas o piramidales terminadas en punta, conocidas como agujas madrileñas o simplemente chapiteles madrileños, que introducen un elemento de verticalidad y magnificencia, a la vez que refuerzan la sensación de simetría.En otros casos, no se prioriza tanto la horizontalidad como la voluminosidad, que se logra mediante el diseño geométrico de los diversos elementos arquitectónicos. Este es el caso del modelo empleado en la construcción de iglesias parroquiales, con grandes fachadas, torres cuadrangulares y robustos contrafuertes.Se trata, en la mayoría de los casos, de obras de gran tamaño, imponentes en su entorno e impactantes por su aire austero y monumental.En cuanto a las aplicaciones decorativas, estas reducen el uso de formas geométricas básicas como esferas y pirámides. Desde un punto de vista sociológico, esta sobriedad es una respuesta al protestantismo, en línea con las directrices establecidas por el Concilio de Trento (1545-1563).

Desarrollo histórico

Anteriormente la ciudad de Madrid estaba llena de edificios Herrerian. En la pintura de la Calle de Alcalá en 1750 por Antonio Joli.
El estilo herreriano fue la arquitectura oficial de los Austrias desde el reinado de Felipe II. Su impacto sociopolítico implicó la construcción del Monasterio de El Escorial (1563-1584) y su expansión. A ello contribuyó también el nombramiento de Juan de Herrera en 1579 como Inspector de Monumentos de la Corona.El estilo se extendió inicialmente por las comarcas madrileñas de la Sierra de Guadarrama, ubicadas en la zona de influencia del Monasterio de El Escorial, a través de dos vías: obras financiadas directamente por la Familia Real y aquellas promovidas por los municipios guadarrameños. La primera categoría abarca infraestructuras como el Puente Nuevo, en Galapagar, y edificios de uso privado de Felipe II, como la Casa Veleta, también en la misma localidad, y el Real Aposento de Torrelodones (ambos desaparecidos), construidos para facilitar los desplazamientos del rey de Madrid a El Escorial. En El Escorial, la Corona impulsó el desarrollo de diversas planificaciones urbanísticas y la construcción de la Iglesia de San Bernabé, obra de Francisco de Mora, uno de los colaboradores de Herrera en las obras del Real Monasterio. La Familia Real también aprobó la concesión de subvenciones a dichos municipios para proceder a la renovación de sus principales edificios públicos y religiosos. El resultado de esta medida es el actual aspecto herreriano de las iglesias parroquiales de Valdemorillo y Navalagamella, ambas de origen medieval.El estilo herreriano se extendió rápidamente por España e Hispanoamérica. Algunas obras representativas son la Catedral de Valladolid y el Puente de Segovia (Madrid), ambos diseñados por Juan de Herrera; la iglesia del Monasterio de Uclés (Uclés, Cuenca), de Francisco de Mora; la Iglesia de San Sebastián (Villacastín, Segovia), atribuida a Rodrigo Gil de Hontañón; la Colegiata de San Luis (Villagarcía de Campos, Valladolid), del mismo autor; y el Colegio de Nuestra Señora de la Antigua (Monforte de Lemos, Lugo), de Simón de Monasterio. Cabe destacar el Palacio Ducal de Lerma (Burgos), de Francisco de Mora, cuya construcción comenzó en 1601. Esto propició la adopción del incipiente estilo herreriano por parte de las tendencias arquitectónicas barrocas emergentes de la época y el establecimiento de un modelo de arquitectura palaciega, que se repitió a lo largo del siglo XVII.La mayoría de los edificios civiles erigidos en Madrid durante los reinados de Felipe III y Felipe IV continuaron las directrices arquitectónicas de dicho palacio. Es el caso del Palacio de los Consejos, el Palacio de Santa Cruz y la Casa de la Villa, todos de estilo barroco, pero con notables reminiscencias herrerianas. La influencia del estilo herreriano también es visible en la ampliación que, por separado, contaba con su distintiva aguja piramidal o "aguja madrileña", con tejados de pizarra. Este elemento fue adoptado por muchas construcciones posteriores a los siglos XVI y XVII, principalmente en los campanarios y cúpulas de las iglesias, y en numerosas construcciones civiles.Los siglos XVIII y XIX marcaron el declive de este movimiento arquitectónico. En el siglo XX, durante la dictadura de Francisco Franco, experimentó un auge. La Plaza de la Moncloa, en Madrid, presidida por el Cuartel General del Ejército del Aire, entre las numerosas grandes construcciones de la época, simboliza el resurgimiento de la arquitectura herreriana.

Véase también

  • Royal Alcázar de Madrid, un castillo real Herrerian
  • Inspiración de Madrid
  • El Madrid de los Austrias
  • Ruta Imperial de la Comunidad de Madrid

Notas

  1. ^ a b "Arquitectura Herreriana". www.arteespana.com (en español). Retrieved 2019-01-05.
  2. ^ Clarke, Michael; Clarke, Deborah (2010). "Estilo desornamentado". El Diccionario Conciso Oxford de Términos de Arte (2 ed.). Oxford: Oxford University Press. ISBN 9780191727146. Retrieved 5 de enero 2019.
  3. ^ Curl, James Stevens (2006). "Desornamentado". Diccionario de Arquitectura y Arquitectura Paisajística (2 ed.). Oxfoerd: Oxford University Press. ISBN 9780191726484. Retrieved 5 de enero 2019.
  • Arteespana.com: Arquitectura Renacentista Clásica y Herreriana (en español)
  • Arqhys.com: Arquitectura renacentista. Archivado 2008-05-30 en la máquina Wayback (en español).
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