Época de Oro del cine mexicano
La Época de Oro del Cine Mexicano es un período en la historia del Cine de México entre 1930 y 1969 cuando la industria cinematográfica mexicana alcanzó altos niveles de producción, calidad y éxito económico de sus películas. además de haber ganado reconocimiento a nivel internacional.
Empezó con la película Allá en el Rancho Grande (1936), dirigida por Fernando de Fuentes. En 1939, durante la Segunda Guerra Mundial, la industria cinematográfica en los Estados Unidos y Europa decayó, porque los materiales que antes se destinaban a la producción cinematográfica ahora se destinaban a la nueva industria armamentística. Muchos países comenzaron a enfocarse en hacer películas sobre la guerra, dejando una oportunidad para que México produjera películas comerciales para los mercados mexicano y latinoamericano. Este ambiente cultural favoreció el surgimiento de una nueva generación de directores y actores considerados hasta la fecha íconos en México y en los países hispanohablantes y del público de habla hispana.
Al cine mexicano de la Edad de Oro también se le atribuye el impulso de la música norteña a la cultura popular chilena.
Orígenes
En 1939, Europa y Estados Unidos participaron en la Segunda Guerra Mundial y las industrias cinematográficas de estas regiones se vieron gravemente afectadas. Europa por su ubicación y Estados Unidos porque los materiales que se utilizaban para producir películas (como la celulosa), escaseaban y se racionaban. En 1942, cuando los submarinos alemanes destruyeron un petrolero mexicano, México se unió a los Aliados en la guerra contra Alemania. México ganó el estatus de nación más favorecida. Así, la industria cinematográfica mexicana encontró nuevas fuentes de materiales y equipos y aseguró su posición en la producción de películas de calidad a nivel mundial. Durante la Segunda Guerra Mundial, la industria cinematográfica en Francia, Italia, España, Argentina y Estados Unidos se centró en las películas de guerra, lo que hizo posible que la industria cinematográfica mexicana, con temas mucho más versátiles en sus películas,
Desde los inicios del cine sonoro en México, algunas películas como Santa (1932), dirigida por Antonio Moreno y La mujer del puerto (1934), dirigida por Arcady Boytler, fueron un gran éxito de taquilla que demostró que México contaba con el equipo y el talento necesarios para sostener una industria cinematográfica fuerte.
Uno de los primeros éxitos de taquilla fue la película Allá en el Rancho Grande de Fernando de Fuentes, que se convirtió en el primer clásico del cine mexicano; esta película es referida como la iniciadora de la "industria cinematográfica mexicana". A principios de la década de 1940 comienza el surgimiento de grandes estudios cinematográficos mexicanos asentados en la Ciudad de México, estos comienzan a apoyar la producción masiva de películas. Entre las más importantes se encuentran CLASA Films, FILMEX, Films Mundiales, Cinematográfica Calderón, Películas Rodríguez y Producciones Mier y Brooks, entre otras.
El cine mexicano siguió produciendo obras de excelente calidad y comenzó a explorar otros géneros como la comedia, el romance y el musical. En 1943, la película Flor silvestre, reunió a un equipo integrado por el cineasta Emilio Fernández, el fotógrafo Gabriel Figueroa, el actor Pedro Armendáriz y la actriz Dolores del Río. Las películas María Candelaria (1943) y La Perla (1947), fueron consideradas obras fundamentales por Fernández y su equipo, y le dieron al cine mexicano un enorme prestigio, siendo sus obras exhibidas a nivel mundial en importantes festivales de cine. María Candelaria fue galardonada en 1946 con la Palma de Oro en el Festival de Cine de Cannes. La perlafue galardonada con el Globo de Oro de la industria cinematográfica americana, siendo la primera película española en recibir dicho reconocimiento.
Géneros cinematográficos
Comedia
Muchos otros comediantes lograron consagrarse en el cine mexicano. Desde parejas cómicas de payasadas (al estilo de Laurel y Hardy) hasta actores independientes que lograron un cartel enorme. Muchos de estos comediantes surgieron de las llamadas Carpas o teatros populares mexicanos. Joaquín Pardavé, fue un popular actor que cautivaba con los mismos personajes dramáticos o cómicos. Pardavé también fue compositor y director de cine, y sus inicios en la industria, a partir del cine mudo, lo convirtieron en un “padre simbólico” de todos los comediantes mexicanos desde los años treinta hasta los sesenta.
Antonio Espino y Mora, mejor conocido como Clavillazo fue otro actor mexicano que inició su carrera en las Carpas. Más de 30 películas forman parte de su repertorio y es uno de los artistas más queridos y recordados. Otro artista que se inició en las Carpas y también por su simpatía, destacó por su pintoresca forma de bailar fue Adalberto Martínez “Resortes”, quien tuvo una dilatada trayectoria, luego trabajó durante más de 70 años en cine y televisión.
Gaspar Henaine y Marco Antonio Campos mejor conocidos como "Viruta y Capulina" fueron un dúo cómico que se encontraron en forma de humor blanco para ganarse el cariño de la gente. Viruta y Capulina iniciaron su carrera juntos en 1952, aunque individualmente habían trabajado en otros proyectos. Filmaron más de 25 películas.
Aunque no tienen una gran cantidad de películas juntos, Manuel Palacios "Manolín" y Estanislao Shilinsky Bachanska son recordados por su gran química en los teatros y posteriormente en el cine.
Cine Musical y Rumberas
El género cinematográfico musical en México estuvo fuertemente influenciado por la música folklórica mexicana o música ranchera. Estrellas como Pedro Infante, Jorge Negrete, Luis Aguilar y Antonio Aguilar realizaron decenas de películas musicales de este género que sirvieron de plataforma para promover la música mexicana. Las canciones de importantes compositores como Agustín Lara o José Alfredo Jiménez sirvieron de base para los argumentos de muchas películas. Libertad Lamarque también destacó por sus actuaciones donde la música y el canto fueron los grandes protagonistas.
La música tropical que fue popular en México y América Latina desde la década de 1930, y también se reflejó en el cine mexicano. Numerosas revistas de música se hicieron en las décadas de 1940 y 1950. En estos montajes era habitual ver figuras que iban desde Dámaso Pérez Prado, Toña la Negra, Rita Montaner, María Victoria o Los Panchos. Sin embargo, el cine musical en México estuvo mayoritariamente representado por la llamada película Rumberas, una curiosidad cinematográfica única de México, dedicada a la exaltación fílmica de la figura de la “rumba” (bailarines de ritmos afroantillanos). Las principales figuras de este género fueron las cubanas María Antonieta Pons, Amalia Aguilar, Ninón Sevilla y Rosa Carmina y la mexicana Meche Barba. Entre 1938 y 1965 se realizaron más de cien películas rumberas.
Cine negro
En México, el género del cine negro popular en Hollywood en las décadas de 1930 y 1940 estuvo representado por el actor y director Juan Orol. Inspirándose en la popular película Gangster y en figuras como Humphrey Bogart y Edward G. Robinson, Orol creó un universo fílmico y un estilo particular al mezclar elementos del Cine Noir clásico con el folklore mexicano, ambientes urbanos, cabaret y música tropical. Los ejemplos incluyen la película clásica Gangsters Versus Cowboys (1948).
Películas de terror
Si bien la década de 1960 se considera la Edad de Oro del terror y la ciencia ficción en el cine mexicano, durante la Edad de Oro se encontraron algunas obras notables. Chano Urueta, un prolífico director que se inició en la era del cine mudo, había tenido sus acercamientos con lo sobrenatural en La señal de la muerte (1939), sin embargo sus mayores aportes llegan con La asombrosa bestia (1952), película que introdujo por primera vez a los luchadores en la género. Otras obras del género serían La Bruja (1954), y Ladrón de Cadáveres (1956).
Rechazar
El 15 de abril de 1957 todo el país se enlutó con la noticia de la muerte de Pedro Infante. Su muerte fue uno de los hitos del final de la Edad de Oro del cine mexicano.
Las primeras transmisiones de televisión mexicanas comenzaron en 1950. Para 1956, las antenas de televisión eran comunes en los hogares mexicanos y los nuevos medios crecieron rápidamente en el país fuera de la ciudad capital. A pesar de que las primeras imágenes de televisión en blanco y negro no tenían la claridad y nitidez de las películas cinematográficas, los cineastas sintieron de inmediato la fuerte competencia de este nuevo medio, no solo en México sino en todo el mundo. La competencia obligó a la industria cinematográfica a buscar nuevas formas de mostrar su arte y en el tratamiento de temas y géneros.
Las innovaciones técnicas vinieron de Hollywood. Las pantallas anchas, el cine tridimensional, la mejora del color y el sonido estéreo fueron algunas de las innovaciones introducidas por el cine estadounidense a principios de la década de 1950. En ese momento, el alto costo de estas tecnologías dificultaba la competencia de México; por lo tanto, no fue durante algunos años capaz de producir películas incorporando estas innovaciones.
Una de las naciones donde el cine mexicano fue más popular fue Yugoslavia, donde durante gran parte de la década de 1950, las películas mexicanas constituían la mayoría de las películas que se proyectaban. La película de 1950 Un día de vida, que se estrenó en 1952 en Yugoslavia, fue una de las películas más populares de la década en esa nación. La popularidad de las películas mexicanas condujo a la llamada locura Yu-Mex, ya que la música y las modas mexicanas fueron muy imitadas en Yugoslavia en la década de 1950.
El mundo estaba cambiando y también la forma en que otros países producían películas. La eliminación de la censura en los Estados Unidos permitió un tratamiento más audaz y realista de muchos temas. En Francia, una joven generación de cineastas educados en la crítica cinematográfica inició el movimiento New Wave. En Italia, el Neorrealismo se había cobrado la carrera de varios cineastas. Hizo su aparición la película sueca con Ingmar Bergman, mientras que en Japón apareció Akira Kurosawa.
Mientras tanto, el cine mexicano se había estancado por la burocracia y las dificultades con el gremio. La producción cinematográfica ahora estaba concentrada en unas pocas manos, y la capacidad de ver surgir nuevos cineastas era muy difícil debido a las demandas de los directores por parte de la Unión de Trabajadores de la Producción Cinematográfica (STPC). Tres de los estudios cinematográficos más importantes desaparecieron entre 1957 y 1958: Tepeyac, Clasa Films y Azteca.
También en 1958, la Academia Mexicana de las Artes y las Ciencias Cinematográficas decidió suspender la Ceremonia del Premio Ariel que reconoce las mejores producciones del cine nacional. El Ariel fue instituido en 1946 y destacó el estado próspero de la industria.
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