Entrenamiento autógeno

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El entrenamiento autógeno es una técnica de desensibilización-relajación desarrollada por el psiquiatra alemán Johannes Heinrich Schultz mediante la cual se obtiene una respuesta de relajación determinada psicofisiológicamente. La técnica se publicó por primera vez en 1932. Al estudiar los autoinformes de personas inmersas en un estado hipnótico, JH Schultz notó que los cambios fisiológicos van acompañados de ciertos sentimientos. Abbé Faria y Émile Coué son los precursores de Schultz. La técnica implica repeticiones de un conjunto de visualizaciones que inducen un estado de relajación y se basa en la concentración pasiva de percepciones corporales (p. ej., pesadez y calor en brazos, piernas), que son facilitadas por autosugestiones. La técnica se utiliza para aliviar muchos trastornos psicosomáticos inducidos por el estrés.

Los practicantes de biorretroalimentación integran elementos básicos de imágenes autógenas y tienen versiones simplificadas de técnicas paralelas que se utilizan en combinación con biorretroalimentación. Esto fue hecho en la Fundación Menninger por Elmer Green, Steve Fahrion, Patricia Norris, Joe Sargent, Dale Walters y otros. Incorporaron las imágenes de calentamiento de manos del entrenamiento autógeno y las utilizaron como ayuda para desarrollar biorretroalimentación térmica.

Historia

Las raíces de esta técnica se encuentran en las investigaciones realizadas por Oscar Vogt en el campo del sueño y la hipnosis. Vogt investigó a personas que tenían experiencia en sesiones hipnóticas. Bajo su guía, pudieron entrar en un estado (similar a un estado hipnótico) durante un período de tiempo determinado por ellos mismos. Estos ejercicios mentales a corto plazo parecían reducir el estrés o efectos como la fatiga y la tensión. Mientras tanto, podrían evitarse otros efectos molestos (p. ej., dolores de cabeza). Inspirado por esta investigación y el trabajo de Vogt, Johannes Heinrich Schultz se interesó en el fenómeno de la autosugestión. Quería explorar un enfoque que evitaría las implicaciones indeseables de la hipnoterapia (p. ej., la pasividad del individuo y la dependencia del terapeuta). Cuando estaba investigando alucinaciones en personas sanas, Descubrió que la mayoría de los sujetos informaron haber experimentado dos tipos de sensaciones: pesadez en las extremidades y sensación de calor. Schultz quería entender si simplemente imaginar un estado de pesadez y calor en las extremidades podría inducir un estado similar a la hipnosis. Basado en esta idea desarrolló seis ejercicios básicos.

El entrenamiento autógeno fue popularizado en América del Norte y en el mundo de habla inglesa por Wolfgang Luthe, coautor, con Schultz, de un tomo de varios volúmenes sobre el entrenamiento autógeno. En 1963 Luthe descubrió el significado de las "descargas autógenas", fenómenos paroxísticos de naturaleza motora, sensorial, visual y emocional relacionados con la historia traumática del paciente, y desarrolló el método de la "abreacción autógena". Su discípulo Luis de Rivera, un psiquiatra formado en la Universidad McGill, introdujo conceptos psicodinámicos en el enfoque de Luthe, desarrollando el "análisis autógeno" como un nuevo método para descubrir el inconsciente.

Práctica y efectos

El objetivo principal del entrenamiento autógeno es lograr la autorregulación autonómica eliminando la distracción ambiental, entrenando imágenes que acompañan a la autorregulación autonómica y proporcionando un conjunto facilitador de ejercicios que son fáciles de aprender y recordar.

El entrenamiento autógeno se basa en 3 principios fundamentales:

  • Reducción de la estimulación aferente (tanto exteroceptiva como propioceptiva)
  • Repetición mental de fórmulas verbales.
  • Concentración pasiva

En el contexto del entrenamiento autógeno, la concentración pasiva significa que se instruye al alumno para que se concentre en las sensaciones internas en lugar de los estímulos ambientales. La pasividad se refiere a permitir que sucedan las sensaciones y ser un observador en lugar de un manipulador.

El entrenamiento se puede realizar en diferentes posturas:

  • sentado sencillo
  • Sillón reclinable
  • Postura horizontal

La técnica consta de seis ejercicios estándar según Schultz:

  1. Relajación muscular mediante la repetición de una fórmula verbal, "Mi brazo derecho es pesado", enfatizando la pesadez. Durante las etapas iniciales del entrenamiento, la sensación de pesadez en el brazo entrenado es más expresa y ocurre más rápidamente. La misma sensación se puede experimentar en las otras extremidades al mismo tiempo en el otro brazo. Dentro de una semana, una breve concentración puede desencadenar la sensación de pesadez en los brazos y piernas de un aprendiz.
  2. La concentración pasiva se enfoca en sentir calor, iniciada por la instrucción "Mi brazo derecho está caliente".
  3. Inicio de la actividad cardiaca mediante la fórmula "Mi latido es tranquilo y regular".
  4. Concentración pasiva sobre el mecanismo respiratorio con la fórmula "Me respira".
  5. Concentración en el calor en la región abdominal con la fórmula "Mi plexo solar está caliente".
  6. Concentración pasiva en la frescura en la región craneal con la fórmula "Mi frente es fresca".

Cuando se agrega un nuevo paso de ejercicio en el entrenamiento autogénico, el alumno siempre debe concentrarse inicialmente en los ejercicios ya aprendidos y luego agregar un nuevo ejercicio. Al principio, se agrega un nuevo ejercicio solo por períodos breves.

De acuerdo con las necesidades clínicas específicas, se utilizan diferentes modificaciones de fórmulas. Estas modificaciones se pueden clasificar en 3 tipos principales:

  • Solo se utilizan unas pocas fórmulas (p. ej., las fórmulas de pesadez y calidez)
  • Se enseña el conjunto estándar de fórmulas, pero se modifica una fórmula específica
  • Se utiliza el conjunto estándar y se agrega una fórmula complementaria específica del problema.

Un estudio de Spencer sugiere que el entrenamiento autógeno restaura el equilibrio entre la actividad de las ramas simpática (vuelo o lucha) y parasimpática (descanso y digestión) del sistema nervioso autónomo. El autor plantea la hipótesis de que esto puede tener importantes beneficios para la salud, ya que la actividad parasimpática promueve la digestión y los movimientos intestinales, reduce la presión arterial, ralentiza el ritmo cardíaco y promueve las funciones del sistema inmunológico.

Aspectos neurofisiológicos

Hay una falta de investigaciones neurofisiológicas que aborden este tema; sin embargo, un estudio de EEG de 1963 sugiere que la disminución de la estimulación aferente induce:

  • Una reducción en la actividad reticulocortical.
  • Una disminución en la actividad tálamo-cortical
  • Cambios funcionales en las estructuras conectadas al sistema reticular (hipotálamo, sistema límbico, núcleo rojo, globo pálido)

El mismo estudio sugiere que los patrones de EEG obtenidos de sujetos con diferente nivel de práctica no son similares.

Otro estudio de 1958 plantea la hipótesis de que el estado autógeno se encuentra entre el estado normal de vigilia y el sueño. Sugiere que los patrones de EEG que ocurren durante el entrenamiento autógeno son similares a los cambios electrofisiológicos que ocurren durante las etapas iniciales del sueño.

Contraindicaciones

El entrenamiento autógeno está contraindicado en niños menores de 5 años y en personas cuyos síntomas no pueden controlarse.

Aplicación y evidencia clínica

El entrenamiento autógeno tiene diferentes aplicaciones y se utiliza en una variedad de condiciones fisiopatológicas, como el asma bronquial o la hipertensión, así como en trastornos psicológicos, como la ansiedad y la depresión. El entrenamiento autógeno ha estado sujeto a evaluación clínica desde sus inicios en Alemania y desde principios de la década de 1980 en todo el mundo. En 2002, se publicó un metanálisis de 60 estudios en Applied Psychophysiology and Biofeedback,encontrar efectos positivos significativos del tratamiento en comparación con los normales en una serie de diagnósticos; encontrar estos efectos similares a los de las mejores terapias rivales recomendadas; y encontrar efectos adicionales positivos por parte de los pacientes, como su calidad de vida percibida. El entrenamiento autógeno se recomienda en la Guía de la Sociedad Europea de Cardiología de 2016 para la prevención de enfermedades cardiovasculares en personas que experimentan problemas psicosociales. El International Journal of Dermatology realizó un estudio y descubrió que el entrenamiento autógeno era potencialmente útil para mejorar la piel envejecida en mujeres que experimentan la menopausia.

En Japón, investigadores del Centro de Servicios de Consejería y Psicología de Tokio han formulado una medida para informar la efectividad clínica del entrenamiento autógeno.

Frente a otras técnicas de relajación

El principio de concentración pasiva en el entrenamiento autógeno hace que esta técnica sea diferente de otras técnicas de relajación, como la relajación muscular progresiva y la biorretroalimentación, en las que los alumnos intentan controlar las funciones fisiológicas. Al igual que en la biorretroalimentación, es posible un cambio bidireccional en la actividad fisiológica. El entrenamiento autógeno se clasifica como una técnica autohipnótica. Es diferente de la heterohipnosis, donde el trance es inducido por otro individuo. El entrenamiento autogénico enfatiza la independencia del alumno y le da el control del terapeuta al alumno. Con esto, se elimina la necesidad de dispositivos de retroalimentación fisiológica o de un hipnoterapeuta.

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