Empanda
En la antigua religión romana, Empanda o Panda era una diosa, o posiblemente un epíteto de Juno.
Festo la identifica únicamente como una dea paganorum, "diosa de los rústicos." Varro la asocia con Ceres y observa que hay una puerta romana que lleva su nombre, la Porta Pandana. Una puerta de nombre similar se menciona en las Tablillas Iguvinas de Umbría (VIa 14): pertome Padellar. Varro conecta la palabra con pandere, "abrir," pero también lo explica por panem dare, "dar pan," para que Empanda fuera la diosa del pan o de la comida.
La erudición moderna asocia el latín Empanda con el osco Patanaí (en dativo singular) y el umbrío Padellar (<*Padenla:s < *Patnla:s < *Patnola:s), con latín -nd- regularmente de *-tn -, y la inserción de vocales regulares en osco para romper grupos de consonantes. En última instancia, todos están relacionados no solo con pando/pandere, sino también con el latín pateo "abro" y, en última instancia, de una raíz protoindoeuropea *peth₂- "difundir" visto también en inglés fathom (que originalmente significaba "brazos extendidos").
Empanda tenía un santuario cerca de la puerta que conducía al capitolio y que se llamaba la Porta Pandana en su honor. Su templo era un asilo que siempre estaba abierto. Los suplicantes necesitados que acudían a él recibían alimentos de los recursos del templo. En opinión de Leonhard Schmitz, esta costumbre muestra el significado del nombre Panda o Empanda: se relaciona con pandere, abrir; en consecuencia, es la diosa que está abierta o admite a cualquiera que desee protección. Hartung cree que Empanda y Panda son solo apellidos de Juno.
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