Efecto Westermarck
El efecto Westermarck, también conocido como impronta sexual inversa, es una hipótesis psicológica que afirma que las personas tienden a no sentirse atraídas por los compañeros con los que antes vivían como hermanos. seis años Esta hipótesis fue propuesta por primera vez por el antropólogo finlandés Edvard Westermarck en su libro La historia del matrimonio humano (1891) como una explicación del tabú del incesto.
Investigación desde Westermarck
El efecto Westermarck ha logrado cierto apoyo empírico. Los defensores señalan evidencia del sistema de kibutz israelí, de las costumbres matrimoniales chinas Shim-pua y de familias estrechamente relacionadas.
En el caso de los kibbutzim (granjas colectivas) israelíes, los niños se criaban de forma algo comunal en grupos de pares, en función de la edad, no de las relaciones biológicas. Un estudio de los patrones de matrimonio de estos niños más adelante en la vida reveló que de los casi 3.000 matrimonios que ocurrieron en todo el sistema de kibbutz, solo 14 fueron entre niños del mismo grupo de pares. De esos 14, ninguno había sido criado juntos durante los primeros seis años de vida. Este resultado sugiere que el efecto Westermarck opera durante el período que va desde el nacimiento hasta los seis años.
En los matrimonios Shim-pua, una niña sería adoptada en una familia como la futura esposa de un hijo, a menudo un bebé en ese momento. Estos matrimonios a menudo fracasaron, como cabría esperar según la hipótesis de Westermarck.
Los estudios muestran que el matrimonio entre primos en el Líbano tiene una tasa de éxito más baja si los primos se criaron en condiciones similares a las de los hermanos, las uniones de primos hermanos tienen más éxito en Pakistán si había una diferencia de edad sustancial, así como un menor atractivo marital. para primos que crecieron durmiendo en la misma habitación en Marruecos. La evidencia también indica que los hermanos separados por largos períodos de tiempo desde la infancia tenían más probabilidades de informar haber tenido actividades sexuales entre ellos.
Crítica
Eran Shor y Dalit Simchai revisaron los resultados de los kibbutzim y encontraron atracción sexual donde no se había actuado. Concluyen que cualquier aversión innata necesita ser respaldada por presiones y normas sociales.
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