Ecología social (Bookchin)
La ecología social es una teoría filosófica sobre la relación entre cuestiones ecológicas y sociales. Asociado con el teórico social Murray Bookchin, surgió a mediados de la década de 1960, bajo el surgimiento de los movimientos ambientales globales y de derechos civiles estadounidenses, y desempeñó un papel mucho más visible desde el movimiento ascendente contra la energía nuclear por parte de los finales de la década de 1970. Presenta los problemas ecológicos como derivados principalmente de problemas sociales, en particular de diferentes formas de jerarquía y dominación, y busca resolverlos a través del modelo de una sociedad adaptada al desarrollo humano y la biosfera. Es una teoría de la ecología política radical basada en el comunalismo, que se opone al actual sistema capitalista de producción y consumo.Su objetivo es establecer una sociedad moral, descentralizada, unida, guiada por la razón. Si bien Bookchin se distanció del anarquismo más adelante en su vida, la teoría filosófica de la ecología social a menudo se considera una forma de ecoanarquismo.
Visión de conjunto
La teoría de Bookchin presenta una visión de la evolución humana que combina la naturaleza de la biología y la sociedad en una tercera "naturaleza pensante" más allá de la bioquímica y la fisiología, que según él es de una naturaleza más completa, consciente, ética y racional. La humanidad, según esta línea de pensamiento, es el último desarrollo en la larga historia del desarrollo orgánico en la Tierra. La ecología social de Bookchin propone principios éticos para reemplazar la propensión de una sociedad a la jerarquía y la dominación por la de la democracia y la libertad. Escribió sobre los efectos de la urbanización en la vida humana a principios de la década de 1960 durante su participación en los derechos civiles y movimientos sociales relacionados. Bookchin luego comenzó a buscar la conexión entre los problemas ecológicos y sociales, culminando con su libro más conocido,La ecología de la libertad, que había desarrollado durante una década. Su argumento, que la dominación humana y la destrucción de la naturaleza se derivan de la dominación social entre humanos, fue una posición revolucionaria en el creciente campo de la ecología. Escribe que la vida se desarrolla a partir de la autoorganización y la cooperación evolutiva (simbiosis). Bookchin escribe sobre sociedades prealfabetizadas organizadas en torno a la necesidad mutua, pero finalmente invadidas por instituciones de jerarquía y dominación, como ciudades-estado y economías capitalistas, que atribuye únicamente a sociedades de humanos y no a comunidades de animales. Propone la confederación entre comunidades de humanos a través de la democracia más que a través de la logística administrativa.
El trabajo de Bookchin, comenzando con escritos anarquistas sobre el tema en la década de 1960, ha evolucionado continuamente. Hacia fines de la década de 1990, integró cada vez más el principio del comunalismo, con aspiraciones más inclinadas a la democracia municipal institucionalizada, lo que lo alejó de ciertas evoluciones del anarquismo. El trabajo de Bookchin se inspira en el anarquismo (principalmente Kropotkin) y el comunismo (incluidos los escritos de Marx y Engels). La ecología social rechaza las trampas de una ecología neomalthusiana que borra las relaciones sociales reemplazándolas con "fuerzas naturales", pero también de una ecología tecnocrática que considera que el progreso ambiental debe basarse en avances tecnológicos y que el estado jugará un papel integral en este desarrollo tecnológico. Según Bookchin,
Así, la ecología social se articula a través de varios principios clave:
- Interdependencia y principio de unidad en la diversidad. La ecología social busca oponerse a la estandarización de seres y pensamientos, promoviendo la importancia de la diversidad y las uniones orgánicas entre las diferentes partes de la sociedad. Estas diferencias incluyen una diversidad de talentos, puntos de vista y estilos, lo que permite que la sociedad evolucione y al mismo tiempo mantenga la estabilidad.
- Descentralización. Una sociedad de ecología social tomaría la forma de una confederación de municipios descentralizados vinculados entre sí por lazos comerciales y sociales. Las fuentes de energía renovable dispersas alimentarían a estas comunidades a escala humana y proveerían para cada una de acuerdo con sus necesidades.
- Democracia directa. Estructurada en torno al principio de una forma de comunalismo llamada municipalismo libertario, la ecología social aboga por el desarrollo de asambleas municipales, una versión modernizada del tipo desarrollado por los atenienses en la Antigüedad o implementado durante la Comuna de París para la toma de decisiones políticas. Las decisiones relativas a la vida de la comuna se discuten y votan por mayoría en estas asambleas. Asimismo, en el nivel superior, se nombran representantes con mandatos imperativos, y por tanto revocables, para representar a su municipio en las asambleas regionales y plurirregionales. Es un sistema de democracia popular horizontal, no jerárquico, en el que las decisiones van de abajo hacia arriba y se deciden de manera transparente y presencial.
- Una renovación de la ciudadanía. En la base del sistema de ecología social están el ciudadano y la comunidad. Todas las personas deben volver a aprender a participar en el proceso de toma de decisiones sobre la vida local, específicamente aprendiendo a llegar a estas decisiones a través de un proceso comunitario. Se espera que todos los ciudadanos tengan un nivel básico de responsabilidad cívica que, como mínimo, les permita tomar parte activa en la toma de decisiones que tengan repercusiones directas en su comunidad y en la vida de las personas y la ecología dentro de esa comunidad.
- Una tecnología liberadora. La ecología social no se opone a las tecnologías modernas, sino que está a favor de desarrollarlas únicamente para ser utilizadas al servicio de los seres humanos. La ciencia debe recuperar una base moral y desarrollarse en beneficio de los humanos, no para esclavizarlos. Las máquinas y herramientas modernas deben volverse multifuncionales, duraderas, respetuosas con el medio ambiente y fáciles de usar y mantener. Al estandarizar las habilidades técnicas requeridas para completar las tareas, los ciudadanos podrán liberarse del trabajo extenuante y concentrarse en los aspectos creativos y positivos de las tareas.
- Una visión social del trabajo. El desarrollo de máquinas tiene, en ecología social, el objetivo de liberar al ser humano de gran parte del trabajo manual (trabajo de fábrica) que pueden realizar las máquinas, para dejar al ser humano en un trabajo más creativo y reducir el tiempo de trabajo. El tiempo ahorrado les permitiría participar en la vida política de su distrito y disfrutar más plenamente de la vida social. El modelo se articula así en torno a tiempos parciales diversificados, combinando el mayor trabajo posible dentro y fuera, intelectual y concreto, etc. Las jerarquías en el trabajo serán sustituidas por supervisores cuyo único fin es dar una visión global sobre el trabajo de un proyecto..
- Naturalismo dialéctico. El naturalismo dialéctico es una filosofía dialéctica desarrollada para servir como base ética para una sociedad basada en los principios de la ecología social. Para luchar contra los estragos de las representaciones binarias occidentales, esta filosofía se basa en el pensamiento "desarrollista" para comprender la complejidad de los seres vivos. Así, el naturalismo dialéctico nos invita a no estudiar las especies aislándolas unas de otras, lo cual es “un reflejo del sesgo emprendedor de nuestra cultura”, sino a pensar en sus interrelaciones. Su principio es que “lo que debe ser” debe servir de base ética para “lo que es”, con el fin de la libertad y sincronía con la naturaleza.
Movimientos
Reuniones internacionales
En mayo de 2016, se organizaron en Lyon los primeros “Encuentros Internacionales de Ecología Social”, que reunieron a un centenar de ambientalistas radicales, figuras decrecientes y libertarios, la mayoría de los cuales procedían de Francia, Bélgica, España y Suiza, pero también de los Estados Unidos. Guatemala y Canadá. En el centro de los debates: el municipalismo libertario como alternativa al estado nación y la necesidad de repensar el activismo.
La segunda edición de los encuentros tiene lugar en Bilbao, en octubre de 2017.
Movimiento kurdo
Las reflexiones de Bookchin sobre la ecología social y el municipalismo libertario también inspiraron a Abdullah Öcalan, el líder histórico del movimiento kurdo, para crear el concepto de confederalismo democrático, que pretende reunir a los pueblos de Oriente Medio en una confederación de comunas democráticas, multiculturales y ecológicas.. Adoptado por el Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK) desde 2005, el proyecto de Öcalan representa un cambio ideológico importante que se aleja de su objetivo anterior de establecer un estado marxista-leninista. Además del PKK, el proyecto internacionalista de Öcalan también fue bien recibido por su homólogo sirio, el Partido de la Unión Democrática (PYD), que se convertiría en la primera organización del mundo en fundar una sociedad basada en los principios del confederalismo democrático.El 6 de enero de 2014, los cantones de Rojava, en el Kurdistán sirio, se federaron en municipios autónomos, adoptando un contrato social que establecía una sociedad descentralizada y sin jerarquías, basada en principios de democracia directa, feminismo, ecología, pluralismo cultural, política participativa y cooperativismo económico.
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