Directorio General para la Catequesis
El Directorio General para la Catequesis es un documento redactado por la Congregación para el Clero de la Iglesia Católica, con sede en Roma. Esa Congregación ya no tiene responsabilidad por los temas tratados en este documento. En enero de 2013, su competencia en materia de catequesis fue transferida al Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización.
Tras la publicación del Directorio Catequético General en 1971, la Santa Sede se dio cuenta de la importancia de una gran cantidad de novedades en la vida de la Iglesia y del mundo, por lo que en 1997 se publicó la primera edición del se elaboró el Directorio General para la Catequesis.
El documento analiza en gran medida los aspectos prácticos y teóricos de vincular la catequesis con la evangelización. Está dirigido tanto al clero como a los catequistas laicos. Señala el Catecismo de la Iglesia Católica como fuente de referencia primaria para la enseñanza de la fe, la instrucción religiosa y la nueva evangelización.
El documento es ampliamente citado por el Statuta del Camino Neocatecumenal, en cuanto a aspectos básicos de la catequesis en la Iglesia:
- La iniciación cristiana como básica y fundamental para una parroquia:
- La catequesis iniciatoria es así el vínculo necesario entre la actividad misionera, que llama a la fe y la actividad pastoral, que continuamente nutre a la comunidad cristiana. Esto no es, por tanto, una actividad opcional, sino básica y fundamental... Sin ella, la actividad misionera carece de continuidad y es estéril, mientras que la actividad pastoral carece de raíces y se vuelve superficial y confusa: cualquier desgracia podría causar colapso de todo el edificio. No 64 cf también 91 (Statuta, Art. 6 §2)
- función de un párroco, no 225 (Statuta, Art. 6 §2), y de equipos de catequistas - No 268 (Statuta, Art. 17 §3)
- dimensión comunitaria:
- La Catequesis prepara al cristiano para vivir en comunidad y participar activamente en la vida y misión de la Iglesia - No 86 (Statuta, Art. 17 §1).
- La formación continua en la fe está dirigida no sólo a los cristianos individualmente, para acompañarlos en su camino hacia la santidad, sino también a la comunidad cristiana como tal para que pueda madurar también en su vida interior de amor a Dios y a los hermanos, así como en su apertura al mundo como comunidad misionera El deseo de Jesús y su oración al Padre son un llamamiento incesante: "Que todos sean uno; como tú, Padre, estás en mí, y yo en ti, para que también estén en nosotros, para que el mundo crea que Tú me has enviado" (Jn 17, 21). Acercándose a este ideal, poco a poco, exige de la comunidad una gran fidelidad a la acción del Espíritu Santo, constante nutrición con el Cuerpo y la Sangre del Señor y educación continua en la fe, al escuchar la Palabra. - no 70 (Statuta, Art. 22 §1)
- promoción de vocaciones - No 86 (Statuta, Art. 18 §1)
- transmisión de la fe por los padres a sus hijos - nos 226-225 y 255, cf. CIC c.774 §2; CCEO c. 618.