Cumbemayo

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Cumbemayo o Cumbe Mayo es un sitio arqueológico ubicado a 20 kilómetros al suroeste de la ciudad de Cajamarca en Perú a 3.500 metros de altura. Construido alrededor del año 1500 a. C., comprende acueductos, una gruta y petroglifos; todo dentro de una zona de formaciones rocosas.

Historia

Se cree que el acueducto y los petroglifos de Cumbemayo se construyeron alrededor del 1500 - 1000 a.C., siendo los petroglifos similares a los de la cultura Chavín.

Acueducto

Uno de los principales atractivos de Cumbemayo, o "Río Angosto" en quechua Cajamarca, es el acueducto. Se trata de un canal de aproximadamente 9 km de longitud, cuidadosamente excavado en roca volcánica para desviar el agua de los cerros hacia campos de cultivo y un gran embalse; que presumiblemente se encuentra originalmente al pie del Cerro de Santa Apolonia.

Dirigiéndose hacia el acueducto se pueden observar unas escaleras esculpidas en piedra, y una piedra tallada que había sido utilizada como altar ceremonial. Destaca también el Santuario un enorme acantilado que asemeja la cabeza de un hombre, cuya boca sería una gruta, donde se han encontrado interesantes pero indescifrables petroglifos. Las cuevas y refugios de la zona evidencian otros grabados en piedra, donde los visitantes afirman ver imágenes antropomorfas.

Los Frailones, formaciones rocosas en Cumbemayo.

El acueducto desciende por las colinas hacia la ciudad de Cajamarca y se extiende a lo largo de aproximadamente cinco millas (8,0 km) de longitud. Los canales llevaban agua desde las tierras altas a los valles inferiores, lo que era especialmente valioso en épocas de escasez de agua. También hay varios petroglifos esparcidos alrededor del acueducto y en las cuevas circundantes. Estos símbolos proporcionan información adicional sobre las personas que construyeron los canales.

Los Frailones

Cumbe Mayo petroglifos

Los Frailones son enormes pilares volcánicos, algunos de los cuales se extienden hasta 60 pies (18 metros). Los bosques de piedras aparecen repentinamente en el paisaje, contrastando marcadamente con las llanuras cubiertas de pasto que rodean Cajamarca. Las fuerzas erosivas del viento y la lluvia probablemente tallaron los pilares.

Muchos de los pilares, tallados por el viento y la lluvia, han adquirido nuevas formas, asemejándose a manos e incluso animales, y permitiendo que la mente divague en el prístino entorno peruano. Sus impresionantes y raras formaciones geológicas, donde algunos identificarán las formas de los monjes que forman parte de la procesión (de ahí el nombre frailones).

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