Cueva de la Pasiega
La Cueva de La Pasiega, situada en el municipio español de Puente Viesgo, es uno de los monumentos más importantes del arte paleolítico en Cantabria. Está incluida en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO desde julio de 2008, dentro de la inscripción Cueva de Altamira y Arte Rupestre Paleolítico del Norte de España.
La cueva está situada en el corazón de la comunidad uniprovincial, en pleno valle del río Pas, en torno a la cueva de Hornos de la Peña y Monte Castillo, en el mismo conjunto de cuevas que Las Monedas, Las Chimeneas y la cueva del Castillo. Las cuevas de Monte Castillo forman un conjunto sorprendentemente completo, tanto en lo que se refiere a la cultura material de la Edad de Piedra Antigua como desde el punto de vista artístico. La Pasiega es básicamente una enorme galería, su extensión conocida supera los 120 metros, que discurre más o menos paralela a la ladera del monte, abriéndose a la superficie por seis lugares diferentes: seis pequeñas bocas, la mayoría obstruidas, de las que se puede acceder a dos para su inspección. La galería principal tiene aproximadamente 70 metros y se abre a galerías secundarias más profundas, tortuosas y laberínticas, que en algunos lugares se ensanchan formando grandes cámaras. Así se habla de la “sala II-VIII”, de la llamada “Galería B”, o bien de la “sala 11” de la “Galería C”, todas ellas con decoraciones paleolíticas.
Los restos registrados pertenecen principalmente al Solutrense superior y al Magdaleniense inferior, aunque también se han encontrado objetos más antiguos. En 2018, la datación con uranio-torio reveló un símbolo escalariforme (en forma de escalera) con más de 64.000 años de antigüedad y, por tanto, realizado por neandertales. A lo largo de la cueva hay muchas "paredes" con pinturas y con imágenes grabadas o incisas. Hay representaciones de equinos (caballos), cérvidos (ciervos, machos y hembras) y bovinos (ganado vacuno). También hay muchos símbolos abstractos (idiomorfos), lo que sugiere patrones de caracteres repetidos.
Discovery
El descubrimiento científico de La Pasiega se debe a Werner y Hugo Obermaier. Mientras excavaban la cueva de El Castillo en 1911, recibieron noticias de que los trabajadores conocían otra cavidad cercana, que los lugareños llamaban "La Pasiega". Los investigadores pronto confirmaron que la cueva contenía pinturas rupestres. Más tarde, Henri Breuil, Hugo Obermaier y Hermilio Alcalde del Río comenzaron su estudio sistemático de la cueva. Sin embargo, el estudio no pudo finalizarse debido al trabajo en curso de Henri Breuil en su obra magna. Fue necesaria una monografía independiente, que se publicó en 1913. El estudio fue crucial para el avance de la ciencia prehistórica en España.
"En la próxima década, Alcalde del Río fue para ayudar plenamente en el proyecto internacional que el Institut de paléontologie humaine en París patrocinó, en el que Abbé Breuil y H. Obermaier eran prominentes. Ese es el período en que se descubrió la cueva de La Pasiega. Este es el momento más importante en el estudio del arte rock Cantabrian. Los frutos de este trabajo se debían presentar en las monumentales publicaciones conjuntas sobre las cuevas de la región, publicadas en Mónaco, en la obra general (Alcalde del Río, Breuil y Sierra, 1911), y específicamente en La Pasiega (Breuil, Obermaier y Alcalde del Río, 1913)" — Joaquín González Echegaray
En 1903, Alcalde del Río descubrió la cueva de El Castillo y, como se ha señalado, Obermaier realizó excavaciones entre 1910 y 1914. Las excavaciones fueron continuadas en diferentes momentos, de forma intermitente, hasta nuestros días, por especialistas cualificados. Finalmente, la investigación fue retomada por los arqueólogos Rodrigo de Balbín Behrmann y César González Sainz. Tras el descubrimiento de La Pasiega y las primeras campañas, la zona fue poco visitada, debido principalmente a las difíciles circunstancias históricas de la España de los años 30. Después de esto, en 1952, mientras se realizaba una plantación de eucaliptos, se encontró otra cueva con un pequeño tesoro monetario del siglo XVII: de ahí que la nueva cueva se llamara Las Monedas; en ella, sin embargo, se encontró un santuario rupestre con importantes pinturas y dibujos. A la luz de esto, el ingeniero Alfredo García Lorenzo concluyó que Monte Castillo guardaba más secretos. Por ello se puso en marcha una prospección geológica que dio como resultado al año siguiente el descubrimiento de otra cueva con pinturas rupestres, 'Las Chimeneas', y también otras covachas de menor importancia como 'La Flecha', 'Castañera', 'Lago', etc.
Otros arqueólogos
La cueva, al contener restos de las épocas Solutrense y Magdaleniense cantábrica primaria, sirvió de base para una serie cronológica de las pinturas murarias. Las excavaciones eran antiguas, la última de ellas realizada por el Dr. Jesús Carballo en 1951. Existía un nivel de base con artefactos ambiguos que, por sus características, parecían relacionados con una posible fase Musteriense. Por encima de éste se encontraba un nivel Solutrense comparativamente rico con útiles muy característicos como 'feuilles de laurier' (puntas de hoja) y puntas entalladas con el mejor trabajo producido por una ligera presión con lascas, como puntas de jabalina ligeras. Este nivel podría atribuirse con precisión al Solutrense Superior. El estrato más reciente también era relativamente rico, con varios buriles, punzones y objetos perforados de hueso y que podrían pertenecer al Magdaleniense Inferior. Ciertamente, comparada con la importancia estratigráfica de El Castillo, La Pasiega es una secuencia arqueológica de menor organización en lo que se refiere a los materiales hallados hasta el momento, pero no por ello deben ser menos valorados.
Cave pinturas
Sobre el plano propuesto por André Leroi-Gourhan, La Pasiega puede tomarse como un buen ejemplo de la «Cueva como Santuario», o para ser más precisos como un conjunto de santuarios de diferentes épocas, ordenados según unos modelos determinados. De hecho, esta idea se desarrolló en el pensamiento del insigne prehistoriador francés precisamente cuando visitó las cuevas cantábricas, mientras participaba en un grupo de investigadores extranjeros que excavaban en la cueva de El Pendo durante los años cincuenta del siglo XX. «Puedo afirmar con certeza que el estudio del arte rupestre del norte de España fue decisivo en las ideas del maestro, que desde entonces se han hecho famosas a través de sus numerosas publicaciones». Para Leroi-Gourhan, este tipo de cueva presenta una jerarquía espacial o topográfica bastante compleja en la que es posible discernir grupos principales de animales (bos frente a equus, formando una dualidad), que ocupan las zonas más conspicuas o preferentes, complementados por animales secundarios (ciervo, cabra, etc.) y otras especies más ocasionales que cumplen sin embargo su función subsidiaria: por otra parte, es habitual que los símbolos idiomorfos aparezcan en zonas periféricas o marginales, o de difícil acceso:
Los animales y los símbolos corresponden, por lo tanto, a la misma fórmula básica, lógicamente binaria e incluso defendida por el hecho de que los animales de la misma especie aparecen frecuentemente en parejas, hombres y mujeres, aunque el dispositivo es tan complejo que no debemos suponer una explicación basada puramente en el simbolismo de la fertilidad; el primer elemento es la presencia de dos especies A-B (horse-bison); confrontado con dos tipos de signos, masculino y femenino, un intento de atribuir al caballo y el bisonte el mismo valor simbólico o, al menos, una bivalencia del mismo tipo que la de los símbolos de las dos categorías (S1 y S2)
Se supone que hay excepciones a esta regla, muchas variantes que dependen de regiones y épocas, cuyo significado no está del todo claro en sus líneas generales, pero que conviene explicar de forma particular, también en La Pasiega.

Joaquín González Echegaray y posteriormente sus colaboradores han realizado diversos recuentos de las especies animales representadas, uno de los cuales cifró en más de 700 las formas pintadas en esta cueva, entre otras: 97 ciervos (69 hembras y 28 machos), 80 caballos, 32 cabras montesas, 31 bovinos (17 bisontes y 14 uros), dos renos, un animal carnívoro, un rebeco, un megaloceros, un ave y un pez; también podría haber un mamut y unos 40 cuadrúpedos no claramente identificados; también los idiomorfos, como los tejados y otros símbolos sorprendentemente variados (más de 130), y muy a menudo incluyendo diversos antropomorfos y centenares de marcas y huellas parcialmente borradas.
Galería A, Primer Santuario

Para acceder a la Galería A hay que descender por un pequeño pozo, pero en un principio se podía acceder por otra entrada que, sin embargo, hoy está totalmente bloqueada por estalactitas y derrumbes desde el exterior. La galería se extiende hasta una profundidad de 95 metros (desde la entrada actual), pero se va estrechando y no es posible saber si continúa más allá. Al entrar en la cueva, se pasa por una entrada bloqueada a la derecha y entre 60 y 70 metros de profundidad aparece la conexión con la Galería B, justo antes de la colección de cuadros más interesante.
A poco más de 75 metros parece que empieza el santuario propiamente dicho, con más de 50 ciervos (la mayoría hembras), los caballos aproximadamente la mitad de ese número, y el ganado vacuno (uros y bisontes) menos, colocados estratégicamente dominando los lugares más visibles. En este santuario se han encontrado un antropomorfo, una vulva, símbolos lineales y punteados, un cuadrado y una gran cantidad de tectiformes, aproximadamente tantos como los ciervos.
Los cuadros pueden agruparse en varios grupos, atendiendo sobre todo a criterios de datación, pero también a una secuencia técnica y temática que se va desarrollando como un reloj. Estos grupos parecen esquematizados según las convenciones semióticas zoológicas desentrañadas por Leroi-Gourhan.
El primer gran grupo se encuentra en la pared izquierda de la galería y está formado por figuras dispuestas en un doble friso con numerosos ciervos, en su mayoría hembras, y también numerosos caballos y un bisonte que ocupa el centro de la composición. Entre ellos hay símbolos que subrayan la asociación de la vulva y la vara, la distinción entre macho y hembra. El grupo pone de relieve el tema del bisonte y el caballo, que también puede interpretarse como el mismo tipo de dualismo. El grupo se completa con otro pequeño grupo de caballos, quedando los demás animales en el centro y en la parte superior del friso, donde sólo hay ciervas e idiomorfos.
![]() Disposición de agrupación, Primer Grupo, Galería A | ![]() La oposición bison-horse (con un ciervo gigante), de la Primer Grupo, Galería A |
Las técnicas de ejecución incluyen contornos para ciervas y bisontes, dibujo lineal (entre contorno y modelado) y, sólo en dos lugares, se utiliza tinta plana parcial (para las cabezas de ciertas ciervas). El color dominante, sin duda, es el rojo, pero también aparecen en menor medida el amarillo y el rojo violáceo. En este grupo no se utiliza el grabado.
A continuación se encuentran una serie de agrupaciones de menor organización, más o menos relacionadas con éstas, en la pared izquierda de la galería: en ellas aparecen todo tipo de figuras que, sin duda, complementan al grupo siguiente. Están claramente dominadas por ciervos en asociación con algunos idiomorfos y algunos bovinos (posiblemente uros), que parecen situarse en relación con los caballos en el grupo que aparece a continuación a la vuelta de la esquina.
El Segundo Gran Grupo comienza en un recodo a la izquierda, en la zona final de la galería, donde ésta se estrecha: reúne figuras a un lado y al otro. Esta vez los caballos y los ciervos son casi iguales en número, como es habitual en La Pasiega, y menos, pero no menos importantes, son los bovinos, dos de ellos bisontes. También hay un posible antropomorfo femenino y una treintena de símbolos tectiformes rectangulares, colocados de la forma que parece ser habitual en este tipo de santuarios rupestres:
"Los símbolos, en general, ocupan un espacio separado de los animales, ya sea en las fronteras de los paneles, o corriendo en un nicho o hueco, o un cría más o menos cerca. Aún así, hay razones para pensar que los signos se colocan en relación con los mismos animales."
El ganado se concentra en el lado derecho, junto con tres de los caballos, formando el núcleo de la disposición dialéctica binaria de este segundo grupo, y además, también se incluye con ellos el antropomorfo, todo ello rodeado de los animales periféricos típicos (ciervos) e idiomorfos. En la pared izquierda, junto con más ciervos, los otros cinco caballos que aparentemente se encuentran en relación binaria con el ganado pintado antes de la curva, que se ha mencionado en la descripción anterior. Al final de la galería, que comienza a convertirse en un estrecho desfiladero, hay carteles rectangulares a ambos lados.
![]() | ![]() Segundo Grupo, Galería A |
Cerca de allí, en un pequeño recoveco, se encuentra un tercer grupo de menor extensión. En él se encuentran cinco ciervos, una cabra montés y un bóvido, todos ellos complementados por siete signos cuadrangulares, uno de ellos con forma de gajo de naranja. La disposición parece clara en principio: los cuadros de las dos paredes forman dos enfrentamientos, por un lado el bóvido con algunos ciervos y signos idiomorfos; éste se enfrenta a los caballos que, de esta manera, se alinean con el bisonte, y el resto de los ciervos, los signos y la cabra.
Todo este gran complejo de pinturas está realizado predominantemente en dibujos modelados en rojo.
El Tercer Gran Grupo se sitúa sobre una formación de estalagmitas que cuelga de la bóveda (de ahí el nombre espeleológico de bandera), entre el primer grupo ya descrito y el último, que se describirá a continuación. Los dos grupos, aunque están próximos entre sí, están realizados con una técnica diferente, lo que hace sospechar que fueron realizados en épocas distintas. Hay unas diez ciervas, también varios caballos (aunque no tantos), dos bueyes y un símbolo cuadrado. Viniendo desde la dirección de la entrada, se ven primero la mayoría de las ciervas, seguidas por la asociación de los caballos, debajo de los cuales se encuentran el símbolo y las ciervas restantes.
![]() Tercer Grupo, Galería A | ![]() Tercer Grupo, Galería A | ![]() 4o Grupo, Galería A |
La técnica predominante, por su calidez y por su frecuencia de uso, es la tinta plana, ya sea combinada con líneas negras formando un contorno en una especie de bicolor (como ocurre en uno de los caballos), o enfatizada con líneas grabadas que definen detalles (esto se puede ver en varias ciervas), o bien encerrada, con raspados en la roca para añadir texturas de claroscuro, como sucede con una cierva pintada en rojo. Tres de los caballos y la cabeza de otro son negros, el signo cuadrado es amarillo y el resto de las figuras son rojas.
El Cuarto (y último) Gran Grupo, situado frente al grupo que acabamos de describir, se encuentra en una relación muy estrecha con él, al contener un número similar de ciervos y caballos, junto con una pareja de bisontes. Entre los diversos símbolos destaca un idiomorfo en forma de mano, que recuerda a los de Santián, y un signo rojo que bien podría corresponder a una grotesca cabeza de bisonte. En posición central aparecen un caballo y un bisonte, formando la típica combinación binaria, en un extremo otro bisonte y en el extremo opuesto los restantes caballos. No hay tinta plana, ni grabado, ni obra bicolor: por el contrario, se trata predominantemente de obra de contorno (más o menos modelada) en rojo.
Galería B, 2o Santuario

Entrando por la Galería A, a unos 60 ó 70 metros, a través de un túnel a la derecha, se encuentra la primera gran sala de la Galería B. Bastante alejada de la entrada que se utiliza actualmente hay varias antiguas salidas al exterior que han quedado bloqueadas con el paso del tiempo. Una de ellas se ha convertido en hueco, pero no se sabe si en la época en la que se decoró esta zona alguna de ellas era utilizable, lo que ayudaría a entender el punto de vista que habrían adoptado los artistas prehistóricos a la hora de conceptualizar la disposición zonal y los niveles de la decoración de la sala.
La densidad pictórica de esta sala es menor que la de la Galería A, con la que se asocia parcialmente. Entre sus representaciones hay un número aproximadamente igual de ciervos y caballos, con un número menor de ganado, siguiendo el patrón habitual de esta cueva. Pero destaca por la originalidad de algunas de sus otras figuras, entre ellas un pez, un gran íbice e idiomorfos como varas, formas de llave y un pequeño grupo de símbolos sin precedentes conocido popularmente como "La Inscripción".
- Panel 53
- Paneles 54 y 55
- Panel 57
Hasta donde ha sido posible observar, la disposición de todas estas figuras equivale a un cuidadoso esquema de introducción a los paneles principales de la Galería A, suponiendo que ésta pudiera haber sido la entrada principal. En la entrada (de la Galería A) hay una pequeña cierva grabada, y más tarde, signos del tipo llamado alfa por Leroi-Gourhan (es decir, masculino), que aparecen a ambos lados de la galería. Siguiendo la entrada construida, a la derecha aparece un pez, seguido de un gran ciervo macho (ciervo) junto con una pequeña cierva (ambos en negro). Inmediatamente antes de llegar al centro de la gran sala aparecen signos a ambos lados, pero esta vez son del tipo beta (femenino), de color rojo. El elemento culminante de este santuario consiste en tres grupos o paneles que repiten el esquema de ganado-caballo complementado por animales secundarios o sin ellos. Hay otros tres paneles en los que sólo aparecen caballos, varios de ellos en las mismas columnas de estalagmitas, otros en las paredes. En este núcleo se destaca una mano en positivo, no mutilada, sino con seis dedos!: un símbolo en forma de parrilla, algún animal no identificado grabado en líneas estriadas y el único macho de cabra montés de la sala.
- Cerveza pintada en rojo,
Panel 59 - Caballo grabado,
Panel 50 - Caballo pintado en negro,
Panel 51 - Ibex masculino pintado en negro, panel 47
Las técnicas empleadas por los pintores recuerdan, en parte, las de la Galería A (por lo que se las ha llegado a considerar salas relacionadas): pintura roja, entre modelado y contorno, coloración en bloque roja (tinta plana), con algún modelado interno logrado mediante raspado sobre la roca subyacente y mediante la adición de líneas del mismo color pero en tonos más intensos. La diferencia más importante es el uso abundante del grabado, tanto simple como estriado, aplicado especialmente a los caballos.
Galería C (oficina XI), 3o Santuario

El acceso a la Galería C se encuentra, tras entrar en la cueva, por un paso a la izquierda que atraviesa la Galería D. Por allí se abre la "Sala XI" de la Galería C. Ésta, al igual que la Galería B, tiene comunicación directa con el exterior, a pesar de que está obstruida por escombros y rocas que seguramente han sido introducidas. Una vez más, la percepción de la disposición de los cuadros se ve alterada para el observador por el problema de los accesos bloqueados, como hemos podido comprobar en el segundo Santuario.
Leroi-Gourhan diferencia dos partes claras de este santuario, situadas en lugares separados dentro de la misma sala, y con temática, técnica y cronología diferentes. Además hay dos cabras montesas en la monografía original indicadas con el número 67, realizadas en bloque parcial de color mediante una especie de modelado y de color negro, un método que no se encuentra en ninguna de las figuras restantes de la sala.
El Primer Gran Grupo de la Sala XI es el que se encuentra principalmente en torno a la presunta entrada original, hoy obstruida. Contiene principalmente ciervas, algunos ciervos, varios bovinos y una pareja de caballos, y también hay una cabra. Hay otros símbolos difíciles de identificar, algunos parecen animales, otros antropomorfos, y hay una impresión positiva de mano coloreada de negro, signos punteados, signos de vara y otros idiomorfos, entre los que destaca la llamada 'Trampa' (una especie de columna que encierra, tras un símbolo, un bisonte y una cierva (de la que se hablará más adelante). La disposición de este grupo parece corresponder a una estructura triple o ternaria con variaciones: bos-equus-cervus con varios signos o bos-equus-antropomorfo con signos. Lo cierto es que la complejidad de este panel es grande, dada la concentración de figuras muy variadas.
- Ibex masculino pintado en negro con líneas modeladas en la Galería C
- Esquema de las representaciones murales en el panel 74-75 de la Galería C
- Esquema de las representaciones murales del panel 79 de la Galería C
Es evidente que la técnica dominante es el dibujo de contorno rojo, pero en uno de los paneles se encuentra también, para unos ciervos, un grabado estriado de muy buena ejecución: también hay varias figuras en negro. Además, hay un trabajo bicolor en uno de los bovinos, en el que se combinan pintura en bloque roja y líneas negras, esta vez un repinte de distinta fecha. El presunto antropomorfo parece contener hasta tres colores, cosa no muy habitual en el arte paleolítico (rojo, negro y amarillo). Hay algunas figuras amarillas.
El Segundo Gran Grupo se sitúa en torno a la zona de acceso a la Zona D, es decir, en el lado opuesto de la sala. Las especies representadas son predominantemente caballos, seguidas de vacas, y en menor número, pero con una presencia segura, ciervos y cabras montesas (cuyos símbolos son complementarios al grupo anterior). Los símbolos son de número indeterminado y de tipo distinto, entre ellos los de forma de llave y pluma, así como los barrados y punteados. La reducción del número de ciervos no se produce en ninguna otra parte de la cueva, donde son mayoría, mientras que la proporción de caballos aumenta.
- Esquema de las representaciones murales del panel 86 de la Galería C
- Superposición de pintura y grabado,
Galería C - Esquema de representaciones murales del panel 81-83 de la Galería C
- Veneno en coloración oscura del panel 83,
Galería
Aquí la disposición también es compleja. Todos los idiomorfos se encuentran en la zona más próxima a la boca de la cueva y las superposiciones muestran repintes, tal vez en periodos distintos. Hay tres posibles subgrupos de caballos sin ganado (sólo dos de las composiciones son las típicas A-B que se han observado hasta ahora). Sin embargo, hay muchas figuras aisladas, sobre todo alrededor de la entrada a la sala desde la Zona D.
Las técnicas dominantes son el grabado de líneas múltiples, como estriadas, y la pintura negra: los amarillos, rojos y ocres son menos utilizados. Sin embargo, hay un ejemplo de obra bicolor, en una misma representación, aunque no es muy destacada. Como hemos visto, la técnica también es distinta a la del grupo anterior y confirma la separación de las dos zonas dentro de la sala.
Zona D
Se trata de una parte intermedia de la cueva, que probablemente sea una prolongación del santuario de la Galería C, como una 'zona gris', con muchas menos imágenes y más esporádicas entre las que hay poca coherencia, salvo un par de pequeños grupos que siguen repitiendo el tema del dualismo ganado y caballo.
Diferencias entre los santuarios
En conjunto, se pueden apreciar claras diferencias entre los distintos "santuarios". El de la Galería A, que es el más sustancial, no presenta obra grabada salvo algunas imágenes en las que se combina con pintura en bloque; en cambio, es muy importante el método del tamponado, combinado con otras técnicas de pintura básicamente en rojo; la cabra montés es muy escasa, pero los ciervos son casi el doble en número que los caballos y cinco veces más frecuentes que los bovinos. Hay muchos idiomorfos tectiformes rectangulares.
En la Sala B, con menos imágenes, se advierte la ausencia del tamponado, mientras que el grabado (simple o estriado) cobra importancia. Los ciervos son menos numerosos, salvo en la sala encontrada en los años 60; y los idiomorfos son completamente diferentes, destacando por su singularidad la llamada 'inscripción'.
La Galería C tiene, por así decirlo, dos santuarios independientes, ambos con grabado estriado, pero mientras que el primero presenta imágenes predominantemente rojas, en el segundo son predominantemente negras; aquí las cabras alcanzan una importancia no vista en el resto de la cueva, y los idiomorfos son bastante inusuales, particularmente los pintados en rojo.
Aunque tanto la Galería A como la Galería C tienen trabajos en dos colores, los métodos son diferentes en cada caso.
Los idiomorfos de La Pasiega
Los idiomorfos –y posibles antropomorfos– de La Pasiega se enumeran y clasifican en:
- Signos puntuados: Estos son los símbolos más simples de la cueva. Generalmente aparecen en dos formas, una de las cuales tiene muchos puntos, generalmente no asociados con animales, sino con otros idiomorfos a los que son complementarios. Son más comunes en las Galerías B y C, en este último los grupos de muchos puntos parecen relacionados con ciervos, pero los símbolos se pintan y los animales grabados, de los cuales es posible deducir que son de diferentes períodos.
- Gran grupo de puntos
- Pequeño grupo de puntos
- Cabeza de caballo asociada a dos grandes grupos de puntos
- Cabeza de caballo asociada a un pequeño grupo de puntos
En el segundo tipo, los puntos pueden aparecer agrupados de forma mucho más laxa, por lo que es posible asociarlos con animales sin demasiada incertidumbre. Los pequeños grupos de puntos aparecen siempre una o dos veces en cada sala combinados con ganado. Pero hay dos casos muy distintos en la Galería A en los que los caballos tienen una aureola de puntos, y estos están enfrentados entre sí, como en la entrada de la sala mencionada. Las formas punteadas son más comunes durante el período solutrense.
- Signos lineales: Estos son más variados y complejos tanto en su morfología como en sus asociaciones (hay ejemplos en forma de flechas, ramas, plumas, líneas simples llamadas varillas (bastoncillos), etc.). A veces están asociados con hinds. Por ejemplo, uno de los paneles más importantes de la galería A tiene este tipo de idiomorfos asociados con una vulva y una hind. En el segundo grupo de la Galería C hay un bisonte (panel 83) que puede tener un signo lineal asociado (se parece una javelina, pero esa idea es muy controvertida), así como algún otro símbolo. En el lado hay un símbolo en forma de plumas agrupado con otros (claviformes) de forma clave (discutidos abajo) que no fueron identificados en la monografía original (pero se conoció a través de un artículo de Leroi-Gourhan).
- Rodes
- Bar y letreros
- Signo en forma de flecha
- Signo en forma de bomba
Por último, hay una serie de señales que incluyen varillas y que aparecen en las entradas de las galerías B y C. Breuil interpretó este tipo de señales en relación con los cambios topográficos dentro del santuario, lo que es posible: podrían ser marcas que los iniciados seguían o que les advertían de posibles peligros como las grietas. Sin duda, las zonas difíciles de la cueva durante la visita se pueden recorrer con mayor facilidad de esta manera. Para Leroi-Gourhan, son símbolos masculinos en relación binaria con la cueva misma, que representa el principio femenino (que se analiza más adelante).
- Claviform signs: Los signos llamados 'claviform' (en forma de tecla) son bastante abundantes, especialmente en la galería B y en la habitación XI, pero son dudosos si no existen en la galería A. Los de la Sala XI son los más característicos y pueden estar asociados con caballos. Una de ellas se puede considerar como lo que Leroi-Gourhan llama un "signo coupled", hecho uniendo en el mismo idiomorfo una línea o barra (masculina) con una forma clave (feminina). La tipología y la cronología de estos signos es muy amplia.
- Claviform símbolos
- Pinzas acopladas
- Signo triangular
- Signos poligonales
- Los signos poligonales son un grupo variado, una categoría general que incluye signos rectangulares, pentagonales y hexagonales. Hay uno en cada habitación y, aunque son pocos, uno puede dibujar comparaciones con ejemplos en otras cuevas. por ejemplo hay un signo en forma de parrilla en la Galería B que se puede comparar con otros en la cueva de Aguas de Novales y de Marsoulas. En la Galería A hay un signo rectangular comparable a uno que se encuentra en uno de los recesos de Lascaux. Por último, hay un signo formado por un pentágono y un hexágono lado a lado que, a juicio del especialista Pilar Casado, debe clasificarse como una variante de los signos ovalados.
- Signos tectiformes: Estos son sin duda los signos más abundantes de esta cueva. Tienen una forma más o menos rectangular, con y sin adiciones, con y sin divisiones internas. A pesar de su frecuencia, estos signos están ausentes de la Galería B. Breuil estableció una cronología y desarrollo a través de todos ellos; según Leroi-Gourhan pertenecen al Estilo III y tienen paralelos en muchas cuevas de España y Francia, la más cercana es la cueva de El Castillo. En La Pasiega se encuentran en la zona final y el estrecho perfil de la Galería A, y en el primer gran grupo de la Sala XI.

- Signos únicos:

- La Trampa: Mencionando a este extraño grupo pictórico en su descripción de la Galería C, Breuil fue el primero en apreciar que realmente es el resultado de pintar un símbolo como un signo tectiform negro rectangular, de tipo muy evolucionado, superpuesto sobre dos figuras rojas antiguas. Leroi-Gourhan aceptó que era el resultado de combinar pinturas de diferentes fechas, pero no pensó que debía ser pensado como un signo tectiform desarrollado: pero pensó que el repinting era intencional y se refería al efecto de encerrar a los animales (los cuartos traseros de un bisonte y las partes delanteras, la cabeza y las falsificaciones de un ciervo) dentro de la combinación de tres símbolos idiomorf. Jordá Cerdá y Casado López no admiten una simbología femenina en "La Trampa", que se refieren, más bien, a otras representaciones de recintos sellados que se producen en Las Chimeneas y La Pileta.
- La 'Inscripción' de la Galería B es aún más complejo y único que estos signos; tal que Breuil lo interpretó como una inscripción auténtica que contenía un mensaje codificado para iniciados. Leroi-Gourhan va a algunas longitudes para explicar que, siendo deconstruido, la figura está compuesta de símbolos femeninos. Jordá ve en él un signo típico en la forma de un "sack" relacionado con los recintos sellados mencionados anteriormente, y a formas serpentinas que aparecen al final de su ciclo medio. Casado López encuentra paralelos en Marsoulas y Font de Gaume. Amelkin propone una manera de leer la inscripción usando los símbolos de los aborígenes australianos, así como los pictogramas Proto-Afroasiáticos.

- Representaciones humanas: Esto incluye imágenes humanas, más o menos realistas, ya sea de una parte o de toda la anatomía humana. Lo más importante de las representaciones parciales es la vulva: se pueden identificar tres de oval, otro rectangular y uno triangular, muy cerca de 'La Trampa'. También en este grupo están las manos pintadas de diferentes maneras en la Pasiega: una de ellas es esquemática, que se llama maniform, relacionada, como se ha dicho anteriormente, a las de Santian. También hay una mano roja en positivo (con seis dedos y en relación con un signo de parrilla rectangular). Finalmente hay otra mano positiva, pero en negro, con líneas continuas que pueden estar destinadas a representar un brazo. Después de esto vienen las presuntas representaciones humanas completas o antropomorfos.
- Los antropomorfos se pueden contar como tres (cuatro si contamos las líneas que parecen completar la mano negra ya mencionada), y todos ellos son muy debatibles. Lo más dudoso de todo es en la Galería A, que podría ser una representación femenina asociada con animales fragmentarios que son difíciles de identificar. También debatable es otro, que se ejecuta en rojo tinta plana, con una forma globular, situada en la Sala XI. Muy cerca está el antropomorfo aceptado como tal por todos los investigadores, es decir, una figura de colores variados: el cuerpo se describe en rojo, con una boca grande; por contraste la piel es negra, y se añaden algunos cuernos, también negro (en opinión de los especialistas estos son re-pinturas de diferentes fechas): abajo la figura tiene un idiomorfo lineal en ocre amarillo que Breuil interpretó como un phallus. En relación con esta forma humana hay dos símbolos rojos externos.
- Vulva
- Símbolo en forma de mano
- Impresión de mano y idiomor
- Antropomorfo
Intentos de cronología
La cueva de La Pasiega ofrece numerosos ejemplos de sobrepinturas y repintes, que permiten intentar una cronología relativa; por otra parte, la gran variedad de técnicas y colores empleados hacen pensar en una secuencia cronológica bastante extensa. Los autores de la monografía de 1913 acabaron estableciendo tres fases cronológicas que abarcan prácticamente todo el desarrollo del arte paleolítico: dos fases auriñacienses, una solutrense y un auge de la obra bicolor (muy rara en este tipo de pinturas), que podría ser magdaleniense. Posteriormente, Henri Breuil, uno de los autores de la monografía, aumentó a once las fases decorativas, dentro del mismo marco cronológico.
En 1968 se publicó el análisis de Leroi-Gourhan, que propuso una cronología bastante general, que en líneas generales coincidía con la de González Echegaray. En ambas publicaciones, las decoraciones de toda la Galería A y del primer subsantuario de la Sala XI se sitúan en el comienzo mismo del Estilo III, mientras que el segundo subsantuario de la misma sala debería situarse en el Estilo IV, más antiguo. Leroi-Gourhan argumentó a partir de la comparación de las obras de la Galería A con las de Lascaux, aunque reconociendo que éstas son más arcaicas, sugirió que eran contemporáneas. Recientemente, como resultado de poder aplicar sistemas absolutos de datación a las pinturas, se ha demostrado que la clasificación de estilos propuesta por Leroi-Gourhan, y algunas dataciones relativas de otros investigadores, son inestables.
Jordá se dio a la tarea de revisar la cronología de La Pasiega. Sus últimas publicaciones sitúan la decoración de esta cueva en su "Ciclo Medio: Solutrense-Magdaleniense", aceptando íntegramente las once fases de Breuil, pero sin admitir (o al menos dudar seriamente) de que alguna parte de la decoración pudiera ser realmente auriñaciense. En la fase solutrense del Ciclo Medio incluye las figuras pintadas en rojo, y las de trazo fino o contornos; también algunas de las figuras en método tampanado. Los grabados de este periodo serían, según Jordá, raros y toscos. Un poco más tarde vienen los caballos rojos incompletos, pero de estilo vivo y realista, algunos de los idiomorfos y la llamada inscripción. Durante la segunda parte de su Ciclo Medio, dice, del Magdaleniense Inferior Cantábrico, continúan los contornos grabados arcaizantes, pero aparece también el dibujo lineal múltiple y estriado en los caballos de las Galerías B y C, y en las ciervas de la Galería C. Las figuras pintadas pueden ser rojas, con tamponado, contorno o línea modelada. Pero más importantes son las pinturas rojas de tinta plana tratadas con claroscuros modelados, a veces asociadas a líneas grabadas o negras que las completan: son las que expresan más dinamismo (torsión del cuello, movimiento de las piernas, etc.). Para algunos autores, estas figuras son las más evolucionadas. Los bicromas son raros, y en la mayoría de los casos se trata de correcciones posteriores en un color distinto al original. Sólo un caballo de la galería A, en el grupo final, podría considerarse un bicroma auténtico, comparable a los de El Castillo. Los idiomorfos más abundantes son los cuadrangulares con divisiones internas. Jordá sostiene que, durante el Ciclo Medio, los antropomorfos desaparecen, aunque La Pasiega contiene unos pocos: según los autores más antiguos cuatro, y según los más recientes sólo uno.

González Echegaray y González Sáinz parecen haber compartido la idea general propuesta por Leroi-Gourhan, que acepta que las obras de La Pasiega pertenecen a los Estilos III y IV. De hecho, prácticamente la totalidad de la Galería A y el primer conjunto de la Galería C (sala XI) pertenecen al Estilo III, en el que predomina la pintura roja de trazos sencillos o tamponados rayados, incluyéndose también los colores en bloque y la adición del grabado o el trabajo bicromíado como complemento para modelar los volúmenes. Por su parte el Estilo IV está presente sobre todo en la Galería B y en el segundo grupo de la Galería C: esta fase tiene principalmente el color negro o dibujado con un fino delineado lineal, casi sin modelado, pero con un relleno interno de rayaduras. Las formas grabadas son las más abundantes (simples marcas lineales, o líneas repetidas o estriadas, incluido el scraffito).
Véase también
- Arte del Paleolítico Superior
- Lista de Piedra Arte de edad
Notas
- ^ Ambas publicaciones fueron publicadas en Mónaco porque fue el Príncipe Alberto I de Mónaco quien fue patrono de las investigaciones, desde que visitó el sitio en 1909. Fue un gran amante de la arqueología, apoyó esta excavación y otros grandemente, y uno de los humanos fósiles es nombrado en su honor "Grimaldi Man", uno de muchos nombres dados a Homo sapiens fósiles).
- ^ Esta evaluación lleva la caverna que depende del sistema arcaico de excavación que existía en España en la década de 1950 y antes. De hecho, es un hecho notorio y probado que en los atropellos de esos viejos trabajos realizados en Monte Castillo, se pueden encontrar especímenes descartados que son realmente objetos de importancia arqueológica.
- ^ Leroi-Gourhan, 'Consideraciones sobre la organización espacial de las figuras animales en el arte parietal paleolítico', en Símbolos, Artes y Creencias de la Prehistoria (Editorial Istmo, Madrid 1984), p.: 453) identifica las figuras de animales y signos con la siguiente notación:
- A: Caballo
- B# Cattle
- B1Bison
- B2: Aurochs
- C: Animales periféricos
- C1: Deer
- C2: Mammoth
- C3Ibex
- C4Reindeer
Otros son - P: Pescado
- S: Firma
- S1: Significante masculino
- S2: Firma femenina
- M: Mano o signo en forma de mano
- H: Antropomorfa masculina
- F: Antropomorfo femenino
- ?: Figura o marca (no identificada)
- ^ El artículo se refiere a estos grupos de diferentes métodos para dar peso a la atención, por su proximidad física, a sus diferentes técnicas de ejecución.
- ^ Por encima de esta falta de información, el contenido se limita a la condición actual de la cueva. Un segundo problema se refiere al material disponible que no se ha descrito en la Galería A, siendo en ese caso las figuras mostradas en la monografía (Breuil, Obermaier y Alcalde Del Río, op. cit, 1913) mostradas en hojas no asociadas, fuera de contexto, de manera que no se puede reconstruir cómo obtener una idea realista de la disposición completa de los paneles. El inventario indica el efecto acumulativo pero no las proporciones numéricas de su composición. Este problema se repite en los grupos pictóricos de la Galería C. Tampoco hay un estudio detallado de la estructura de los paneles de la sala de anexos descubierta en 1964 por Joaquín González Echegaray y Eduardo Ripoll Perelló (1964): 'Nuevos grabados y pinturas en las cuevas del Monte Castillo', en Zephyrus, Revista de Prehistoria y Arqueología, vol. XV, No Universidad de Salamanca. ISSN 0514-7336.
- ^ Chauvet y Niaux también fueron incluidos en el Estilo III, pero la cronología absoluta los reubica en el Gravettian (25000 años B.P.), ver Clottes, J. (1995): 'Les peintures de la Grotte Chauvet Pont d ́Arc, á Vallon Pont d ́Arc (Ardèche, Francia): datations directes et indirectes par la methode du radiocarbone', in Comptes-Rendus de la Académie des Sciences de Paris, vol. 320, No serie IIa. Paris, pp. 1113-1140: also Lorbanchet, M. (1995), Les Grottes ornées de la Prehistoire; nouveaux saluda, Ed. Errance, París. Lo contrario parece ocurrir en la cueva de Las Chimeneas, cerca de La Pasiega, que fue agrupada con ella por razones estilísticas(' Los animales que los acompañan son perfectamente de Style III', Leroi Gourhan, versión francesa de 1965, p. 269), pero, desde entonces, las citas con radiocarbonos los han hecho mucho más jóvenes, en el Magdaleniano.
Referencias
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- ^ Leroi-Gourhan, 'Consideraciones sobre la organización espacial de las figuras animales en el arte parietal paleolítico', in Símbolos, Artes y Creencias de la Prehistoria (Editorial Istmo, Madrid 1984). ISBN 84-7090-124-9
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Más lectura
- Pike, A. W. G.; Hoffmann, D. L.; Garcia-Diez, M.; Pettitt, P. B.; Alcolea, J.; De Balbin, R.; Gonzalez-Sainz, C.; de las Heras, C.; Lasheras, J. A.; Montes, R.; Zilhao, J. (14 de junio de 2012). "U-Series Dating of Paleolithic Art in 11 Caves in Spain". Ciencia. 336 (6087): 1409 –1413. Bibcode:2012Sci...336.1409P. doi:10.1126/science.1219957. PMID 22700921. S2CID 7807664.
Enlaces externos
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