Cuerpo del hueso esfenoides

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El cuerpo del hueso esfenoides, de forma más o menos cúbica, está ahuecado en su interior para formar dos grandes cavidades, los senos esfenoidales, que están separados entre sí por un tabique.

Superficie superior

La cara superior del cuerpo [Fig. 1] presenta al frente una espina prominente, la espina etmoidal, para la articulación con la lámina cribiforme del hueso etmoides; detrás de ésta hay una superficie lisa ligeramente elevada en la línea media y ranurada a ambos lados para los lóbulos olfativos del cerebro.

Esta superficie está limitada por detrás por una cresta que forma el borde anterior de un surco transversal estrecho, el surco prequiasmático, por encima y detrás del cual se encuentra el quiasma óptico; el surco termina a ambos lados en el agujero óptico, por donde pasan el nervio óptico y la arteria oftálmica a la cavidad orbitaria.

Detrás del surco quiasmático hay una elevación, el tubérculo de la silla turca; y detrás de éste hay una depresión profunda, la silla turca en forma de silla de montar, cuya parte más profunda, la fosa hipofisaria, aloja la glándula pituitaria.

El límite anterior de la silla turca está formado por dos pequeñas eminencias, una a cada lado, llamadas apófisis clinoides medias, mientras que el límite posterior está formado por una placa ósea de forma cuadrada, el dorso de la silla turca, que termina en sus ángulos superiores en dos tubérculos, las apófisis clinoides posteriores, cuyo tamaño y forma varían considerablemente en diferentes individuos.

Las apófisis clinoides posteriores profundizan la silla turca y dan inserción a la tienda del cerebelo.

A cada lado del dorso de la silla turca hay una muesca para el paso del nervio abducens y, debajo de la muesca, un proceso agudo, el proceso petroso, que se articula con el vértice de la porción petrosa del hueso temporal y forma el límite medial del foramen lacerum.

Detrás del dorso de la silla turca hay una depresión poco profunda, el clivus, que se inclina oblicuamente hacia atrás y se continúa con el surco de la porción basilar del hueso occipital; sostiene la parte superior del puente.

Superficies laterales

Las superficies laterales del cuerpo están unidas con las alas mayores del esfenoides y las placas pterigoideas mediales.

Sobre la inserción de cada ala mayor hay un surco ancho, curvado como la letra f en cursiva; aloja la arteria carótida interna y el seno cavernoso, y se llama surco carotídeo.

A lo largo de la parte posterior del margen lateral de este surco, en el ángulo entre el cuerpo y el ala mayor, hay una cresta ósea llamada língula esfenoidal.

Superficies exteriores

La cara posterior, de forma cuadrilátera [Fig. 3], se une, durante la infancia y la adolescencia, a la parte basilar del hueso occipital mediante una placa de cartílago.

Entre los dieciocho y los veinticinco años, este órgano se osifica, comenzando la osificación por arriba y extendiéndose hacia abajo.

Superficie anterior

La cara anterior del cuerpo [Fig. 2] presenta, en la línea media, una cresta vertical, la cresta esfenoidal, que se articula con la lámina perpendicular del etmoides, y forma parte del tabique nasal.

A cada lado de la cresta hay una abertura irregular que conduce al seno aéreo esfenoidal correspondiente.

Estos senos son dos cavidades grandes e irregulares excavadas en el interior del cuerpo del hueso y separadas entre sí por un tabique óseo, que comúnmente está curvado hacia uno u otro lado.

Varían considerablemente en forma y tamaño, rara vez son simétricos y a menudo están parcialmente subdivididos por láminas óseas irregulares.

En ocasiones, se extienden hasta la parte basilar del hueso occipital casi hasta el foramen magnum. Comienzan a desarrollarse antes del nacimiento y alcanzan un tamaño considerable a los seis años.

Están parcialmente cerrados, por delante y por debajo, por dos láminas delgadas y curvadas de hueso, los cornetes esfenoidales, dejando en el cráneo articulado una abertura redonda en la parte superior de cada seno por la que se comunica con la parte superior y posterior de la cavidad nasal y ocasionalmente con las celdillas etmoidales posteriores.

El margen lateral de la cara anterior es dentado y se articula con la lámina papirácea del etmoides, completando las celdas etmoidales posteriores; el margen inferior se articula con el proceso orbitario del hueso palatino y el superior con la lámina orbitaria del hueso frontal.

Superficie inferior

La cara inferior presenta, en la línea media, una espina triangular, el rostro esfenoidal, que se continúa con la cresta esfenoidal en la cara anterior, y se recibe en una fisura profunda entre las alas del vómer.

A cada lado del rostro se encuentra una lámina saliente, el proceso vaginal, que se dirige medialmente desde la base de la placa pterigoidea medial, con la que se describirá.

Imágenes adicionales

Referencias

  1. ^ Dutton, Jonathan J. (2 de febrero de 2010). Radiología de las vías orbitales y visuales. Elsevier Health Sciences. p. 31. ISBN 9781455710676.
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