Confederación Regional Obrera Mexicana
La Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM) es una federación de sindicatos en México, cuyo poder estuvo en su apogeo entre 1918 y 1928. CROM era una organización paraguas tanto para trabajadores industriales como para trabajadores agrícolas. y campesinos. Los sindicatos industriales de trabajadores ferroviarios, petroleros y textiles eran lo suficientemente fuertes por sí solos como para funcionar sin el apoyo de la CROM.
Fue fundada en Saltillo en 1918 en un congreso de delegados laborales convocado por el presidente mexicano Venustiano Carranza. La federación, de la cual Luis Napoleón Morones Negrete fue un líder importante, marcó un cambio de la postura tradicionalmente anarquista del trabajo mexicano a una posición nacionalista.
Desde sus inicios, la CROM estuvo controlada por un pequeño grupo de líderes sindicales, Grupo Acción ("Grupo de Acción") que apoyó al gobierno mexicano posrevolucionario.
Después de apoyar a Carranza, quien fue derrocado en 1920, la CROM fue una base clave de apoyo para dos de sus sucesores, Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles, dos de los tres generales revolucionarios sonorenses que dominaron México en la década de 1920. El vehículo político de la federación fue el Partido Laborista Mexicano. Bajo Obregón, el movimiento obrero fue cooptado ya que sus líderes fueron designados para puestos dentro del gobierno. Al final del mandato de Obregón, el trabajo había abandonado su objetivo de destruir el capital a favor de establecer un equilibrio entre el capital y el trabajo que beneficiaría a los trabajadores. Los líderes obreros defendieron el derecho del gobierno, establecido en el artículo 123 de la Constitución de 1917, a arbitrar los conflictos laborales, ya que sentían que sus intereses estaban representados en el gobierno.
Elementos radicales del movimiento obrero, horrorizados por la cooptación, formaron su propia federación, la Confederación General de Trabajadores (CGT), en 1921. El resultado de la división fue la desorientación dentro del movimiento, y los trabajadores se desilusionaron tanto con la CROM como con la CGT. No obstante, los trabajadores ganaron algunos derechos pero de forma paulatina y sin amenazar ni al gobierno revolucionario ni al crecimiento del capitalismo.
En 1921, en un preludio de la Guerra Cristera, la Iglesia católica mexicana declaró pecado mortal la pertenencia a la CROM. Esa proclamación no logró disuadir a los mexicanos de unirse a la federación o participar en sus manifestaciones callejeras.
Bajo Calles, el gobierno ganó un control aún mayor sobre la CROM por su control sobre el Grupo Acción. La CROM esencialmente monopolizó la afiliación sindical, reclamando más de un millón de trabajadores y quinientos campesinos organizados entre sus miembros. En realidad, solo había unos veinte mil miembros que pagaban cuotas. Calles ejerció influencia sobre la CROM a través de Morones, a quien nombró Ministro de Comercio e Industria.
Sin embargo, para 1928, Calles se había vuelto desconfiado de Morones, quien tenía ambiciones presidenciales. También desconfiaba de la interpretación socialista de los trabajadores de la revolución. Rompió el poder de la CROM al ordenar a las burocracias arbitrales federales que declararan ilegales todas las huelgas de la CROM. La dirección de la CROM se había vuelto tan corrupta que había perdido su influencia entre las bases y, por lo tanto, no podía organizar acciones a su favor.
El sucesor de Calles, Emilio Portes Gil, comenzó a destituir a los funcionarios de la CROM de los cargos gubernamentales. Vicente Lombardo Toledano, un disidente de la CROM, organizó una facción llamada "CROM Purificada" que abandonó la federación en 1932, dejando a la CROM para representar solo a unos pocos sindicatos en la industria textil. La CROM Purificada se convirtió en la Confederación de Trabajadores de México (CTM) en 1936, aliándose con el presidente populista Lázaro Cárdenas y el gobernante Partido de la Revolución Mexicana. En los años siguientes, la CTM eclipsó a la CROM.
La CROM continúa existiendo y es la tercera central sindical más grande de México, apoyando al PRD.
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