Conducto venoso
En el feto, el ductus venoso (conducto de Arancio en honor a Julio César Aranzi) desvía una parte del flujo sanguíneo de la vena umbilical. directamente a la vena cava inferior. Por lo tanto, permite que la sangre oxigenada de la placenta pase por alto el hígado. En comparación con el 50% de derivación de la sangre umbilical a través del ductus venosus encontrado en experimentos con animales, el grado de derivación en el feto humano en condiciones fisiológicas es considerablemente menor, un 30% a las 20 semanas, que disminuye a 18 % a las 32 semanas, lo que sugiere una mayor prioridad del hígado fetal de lo que se pensaba anteriormente. Junto con las otras derivaciones fetales, el foramen oval y el ductus arterioso, desempeña un papel fundamental en la derivación preferencial de sangre oxigenada al cerebro fetal. Es parte de la circulación fetal.
Curso anatómico
La vía del flujo venoso umbilical fetal es de la vena umbilical a la vena porta izquierda, al ductus venoso a la vena cava inferior y, finalmente, a la aurícula derecha. Este curso anatómico es importante en la evaluación del cateterismo venoso umbilical neonatal, ya que si no se canula a través del ductus venosus se produce un cateterismo hepático mal posicionado a través de las venas portas izquierda o derecha. Las complicaciones de dicha posición pueden incluir hematoma o absceso hepático.
Cierre posnatal
El ductus venoso está abierto en el momento del nacimiento y esa es la razón por la que funciona el cateterismo de la vena umbilical. El ductus venoso se cierra naturalmente durante la primera semana de vida en la mayoría de los recién nacidos a término; sin embargo, puede tardar mucho más en cerrarse en recién nacidos prematuros. El cierre funcional se produce a los pocos minutos del nacimiento. El cierre estructural en los bebés a término ocurre dentro de los 3 a 7 días.
Después de que se cierra, el remanente se conoce como ligamento venoso.
Si el ductus venosus no se ocluye después del nacimiento, permanece permeable (abierto) y se dice que el individuo tienen un ductus venoso persistente y, por lo tanto, una derivación portosistémica intrahepática (PSS). Esta condición es hereditaria en algunas razas de perros (por ejemplo, el lobero irlandés). El ductus venoso muestra un cierre retardado en bebés prematuros, sin correlación significativa con el cierre del ductus arterioso o la condición del bebé. Posiblemente, los niveles elevados de prostaglandinas dilatadoras conduzcan a una oclusión retardada del vaso.
