Comportamiento de lordosis

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Comportamiento de la lordosis visto en diferentes mamíferos. Reloj a la izquierda: gatos, hámsteres, elefantes y ardillas grises orientales.

Comportamiento de lordosis (), también conocido como lordosis de mamíferos (del griego lordōsis, de lordos "doblado hacia atrás") o presentación, es la postura corporal natural para la receptividad sexual a la cópula presente en las hembras de la mayoría de los mamíferos, incluidos roedores, elefantes y gatos. Las características principales del comportamiento son bajar las extremidades anteriores pero con las traseras extendidas y las caderas levantadas, arquear ventralmente la columna y elevar o desplazar hacia los lados la cola. Durante la lordosis, la columna se curva dorsoventralmente de modo que su vértice apunta hacia el abdomen.

Descripción

La lordosis es una acción refleja que hace que muchas hembras de mamíferos no primates adopten una posición corporal que a menudo es crucial para el comportamiento reproductivo. La postura mueve la inclinación pélvica en dirección anterior, con la pelvis posterior elevándose, la parte inferior inclinada hacia atrás y la frontal inclinada hacia abajo. La lordosis ayuda en la cópula ya que eleva las caderas, facilitando así la penetración del pene. Se observa comúnmente en hembras de mamíferos durante el celo (estar “en celo”). La lordosis ocurre durante la cópula misma y en algunas especies, como el gato, durante el comportamiento precopulador.

Neurobiología

El arco reflejo de la lordosis está cableado en la médula espinal, al nivel de las vértebras lumbares y sacras (L1, L2, L5, L6 y S1). En el cerebro, varias regiones modulan el reflejo de lordosis. Los núcleos vestibulares y el cerebelo, a través del tracto vestibular, envían información que permite coordinar el reflejo de lordosis con el equilibrio postural. Más importante aún, el hipotálamo ventromedial envía proyecciones que inhiben el reflejo a nivel espinal, por lo que no se activa en todo momento. Las hormonas sexuales controlan la reproducción y coordinan la actividad sexual con el estado fisiológico. Esquemáticamente, en la época reproductiva, y cuando hay un óvulo disponible, las hormonas (especialmente el estrógeno) inducen simultáneamente la ovulación y el estro (celo). Bajo la acción de los estrógenos en el hipotálamo, el reflejo de lordosis se desinhibe. La hembra está lista para la cópula y la fertilización.

Cuando un mamífero macho monta a la hembra, los estímulos táctiles en los flancos, el perineo y la grupa de la hembra se transmiten a través de los nervios sensoriales de la médula espinal. En la médula espinal y en la parte inferior del tronco encefálico se integran con la información procedente del cerebro y luego, en general, se transmite un impulso nervioso a los músculos a través de los nervios motores. La contracción de los músculos longísimo y transverso-espinal provoca el arqueamiento ventral de la columna vertebral.

Regulación hormonal y cerebral

El comportamiento sexual está optimizado para la reproducción, y el hipotálamo es el área clave del cerebro que regula y coordina los aspectos fisiológicos y conductuales de la reproducción. La mayoría de las veces, el núcleo ventromedial del hipotálamo (VMN) inhibe la lordosis. Pero cuando las condiciones ambientales son favorables y la hembra está en celo, la hormona estrógeno, estradiol, induce la receptividad sexual de las neuronas del núcleo ventromedial, la sustancia gris periacueductal y otras áreas del cerebro. El hipotálamo ventromedial envía impulsos por los axones que hacen sinapsis con las neuronas de la sustancia gris periacueductal. Estos transmiten un impulso a las neuronas de la formación reticular medular que se proyectan hacia el tracto reticuloespinal y hacen sinapsis con los circuitos neurobiológicos del reflejo de lordosis en la médula espinal (L1-L6). Estos procesos neurobiológicos inducidos por el estradiol permiten que los estímulos táctiles desencadenen la lordosis.

Los mecanismos de regulación de este reflejo de lordosis dependiente de estrógenos se han identificado mediante diferentes tipos de experimentos. Cuando se lesiona la VMN, se suprime la lordosis; esto sugiere la importancia de esta estructura cerebral en la regulación de la lordosis. En cuanto a las hormonas, las manifestaciones de lordosis pueden verse afectadas por la ovariectomía, las inyecciones de benzoato de estradiol y progesterona o la exposición al estrés durante la pubertad. Específicamente, el estrés puede suprimir el eje hipotalámico-pituitario-gonadal (HPG) y, por tanto, disminuir las concentraciones de hormonas gonadales. En consecuencia, estas reducciones en la exposición a las hormonas gonadales alrededor de la pubertad pueden resultar en una disminución del comportamiento sexual en la edad adulta, incluidas manifestaciones de lordosis.

En humanos

El comportamiento de lordosis no es funcional en los humanos, aunque se pueden observar posiciones similares en aquellos que están montados por detrás.

En un estudio de 2017, utilizando modelos 3D y tecnología de seguimiento ocular, se muestra que el ligero movimiento de las caderas de una mujer influye en lo atractiva que los demás la perciben y capta la mirada tanto de hombres como de mujeres. Los autores argumentan que "si bien las mujeres humanas no exhiben una postura de lordosis reflexiva y la receptividad no es pasiva ni obligatoria para ellas, una manifestación de curvatura lumbar podría servir como un remanente vestigial de una señal comunicativa de proceptividad/receptividad entre hombres y mujeres". #34;. Anteriormente, la antropóloga Helen Fisher también especuló que cuando una mujer humana usa calzado de tacón alto, las nalgas sobresalen y la espalda se arquea en una postura que simula el comportamiento de lordosis, razón por la cual los tacones altos se consideran "sexys". No obstante, la evidencia reciente ha extendido el efecto de la postura de lordosis más allá de una postura de pie y tacones altos, ya que indica una señal de receptividad sexual en posturas distintas a las de pie de cuadrúpedo y supino en las mujeres. En un estudio de 2022, los investigadores descubrieron que las mujeres perciben a otras mujeres que exhiben esta postura como una amenaza potencial para su relación romántica.

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