Circunceliones

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Los Circumcellions o Agonistici (como los llamaban los donatistas) eran bandas de radicales cristianos romanos en el norte de África entre principios y mediados del siglo IV. Fueron considerados heréticos por la Iglesia Católica. Inicialmente estaban preocupados por remediar los agravios sociales, pero se vincularon con la secta donatista. Condenaron la pobreza y la esclavitud y abogaron por la cancelación de la deuda y la liberación de los esclavos.

El término "Circuncellones" pueden haber sido acuñadas o burladas por los críticos que se referían a ellas como "circum cellas euntes", vagan por las despensas, porque "vagaban entre los campesinos, viviendo de aquellos a quienes buscaban adoctrinar."

Fondo

Los Circumcellions aparecieron por primera vez alrededor del año 317 y estuvieron activos principalmente en Numidia y Mauretania Sitifensis. Promovieron ideas de reforma social junto con esperanzas escatológicas. Optato, obispo de Milevis, dice que hacia el año 340 comenzaron un levantamiento dirigido contra los acreedores y propietarios de esclavos. Consideraban mártires a aquellos que murieron cuando se sofocó el disturbio. Agustín de Hipona los comparó con una turba rústica que fomentaba la violencia contra los terratenientes.

Consideraban el martirio como la verdadera virtud cristiana y, por lo tanto, no estaban de acuerdo con la sede episcopal de Cartago sobre la primacía de la castidad, la sobriedad, la humildad y la caridad. En cambio, se centraron en provocar su propio martirio.

En ocasiones, miembros de este grupo atacaban a legionarios romanos o viajeros armados con simples garrotes de madera para provocarlos a atacarlos y martirizarlos. Otros interrumpieron los tribunales y provocaron verbalmente al juez para que ordenara su ejecución inmediata (un castigo normal en la época por desacato al tribunal).

Vistas

Debido a que está escrito en el Evangelio de Juan que Jesús le había dicho a Pedro que dejara su espada en el Jardín de Getsemaní (Juan 18:11), los Circumcellions evitaban las armas blancas y usaban garrotes, a los que llamaban " Israelitas". Utilizando a sus "israelitas", los Circumcellions atacaban a los viajeros aleatorios en el camino, mientras gritaban "Laudate Deum!" ("¡Alabado sea Dios!& #34; en latín). El motivo detrás de estas golpizas aleatorias era provocar a las víctimas para que las mataran, para que murieran como mártires.

Preferían ser conocidos como agonistici ("luchadores" por Cristo). "Agonistici" No deben confundirse con los agnósticos: el primer término se basa en el "agón", el segundo en la "gnosis".

En la cultura popular

En Baudolino (2000) de Umberto Eco, la ley del diácono de Pndapetzim es aplicada por los guardias nubios del Circumcellion.

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