Cayo Rabirio (senador)
Cayo Rabirio fue un senador romano que estuvo involucrado en la muerte de Lucio Apuleyo Saturnino en el año 100 a.C. Tito Labieno, un tribuno de la plebe cuyo tío había perdido la vida entre los seguidores de Saturnino en esa ocasión, fue instado por su compañero senador y mecenas Julio César a acusar a Rabirio de participar en el asesinato. El verdadero objetivo de César era advertir al Senado contra la intromisión por la fuerza en los movimientos populares, para defender la soberanía del pueblo y la inviolabilidad de la persona de los tribunos, en la época de la conspiración de Lucio Sergio Catilina. La obsoleta acusación de perduellio fue revivida y el caso fue visto ante César y su primo Lucio Julio César como comisionados especialmente designados (duumviri perduellionis).
Rabirio fue condenado, y el pueblo, ante el cual el acusado había ejercido el derecho de apelación, estaba a punto de ratificar la decisión, cuando Quinto Cecilio Metelo Celer arrió del Janículo la bandera militar, que equivalía a la disolución de la asamblea. Una vez logrado el objetivo de César, se dejó caer el asunto. La defensa estuvo a cargo de Marco Tulio Cicerón, cónsul en ese momento; se conserva el discurso: Pro Rabirio reo perduellionis.
Un sobrino, Cayo Rabirio Póstumo, también fue defendido por Cicerón.
En la ficción
- Robert Harris incluyó el juicio de Rabirius en su libro Lustrum.
- Colleen McCullough incluyó el juicio de Rabirius en Mujeres de César.