Cartas de una monja portuguesa
Las Cartas de una monja portuguesa (francés: Les Lettres Portugaises, literalmente Las cartas portuguesas), Publicado por primera vez de forma anónima por Claude Barbin en París en 1669, es una obra que la mayoría de los estudiosos consideran ficción epistolar en forma de cinco cartas escritas por Gabriel-Joseph de La Vergne, conde de Guilleragues (1628-1684), un par menor, diplomático, secretario del Príncipe de Conti y amigo de Madame de Sévigné, del poeta Boileau y del dramaturgo Jean Racine.
Publicación
Desde el principio, las cartas apasionadas, en forma de libro, fueron una sensación editorial europea (en parte debido a su presunta autenticidad), con cinco ediciones en el primer año de la colección, seguidas de más de cuarenta ediciones a lo largo de todo el año. el siglo XVII. Una edición de Colonia de 1669 afirmaba que el marqués de Chamilly era su destinatario, lo que fue confirmado por Saint-Simon y Duclos, pero, aparte del hecho de que era mujer, el nombre y la identidad del autor permanecieron en secreto.
Las cartas originales fueron traducidas a varios idiomas, incluido el alemán – Portugiesische Briefe (Rainer Maria Rilke) – y el holandés – Minnebrieven van een Portugeesche non (Arthur van Schendel). Las cartas, en forma de libro, sentaron un precedente para el sentimentalismo en la cultura europea en general, y para los géneros literarios de la novela sentimental y la novela epistolar, hasta el siglo XVIII, como las Lettres persanes de Montesquieu (1721), Lettres péruviennes de Françoise de Graffigny (1747) y Julie, ou la nouvelle Héloïse de Jean-Jacques Rousseau (1761).
También en 1669, el editor original, Claude Barbin, publicó una secuela, nuevamente se dice que fue escrita por una "dama de la sociedad portuguesa", con la adición de siete nuevas cartas a las cinco originales. Más tarde, varios escritores hackers escribieron historias por entregas sobre el mismo tema. Para explotar las letras' popularidad, secuelas, respuestas y nuevas respuestas se publicaron en rápida sucesión y se distribuyeron, traducidas, por toda Europa.
Las cartas de una monja portuguesa fueron escritas en el mismo estilo que las Heroides, una colección de quince poemas epistolares compuesta por Ovidio y "Lettres d'Héloise à Abélard", una historia medieval de pasión y renuncia cristiana. Forman un monólogo que comienza con una pasión amorosa y evoluciona lentamente, a través de sucesivas etapas de fe, duda y desesperación, hasta un final trágico.
Autoría

Museu da Rainha D. Leonor; Beja, Portugal
Hasta el siglo XX, las cartas a menudo se atribuían a una monja franciscana del siglo XVII en un convento de Beja, Portugal, nombrada en 1810 como Mariana Alcoforado (1640-1723). Se decía que las cartas fueron escritas a su amante francés, Noël Bouton, marqués de Chamilly (1635-1715), quien vino a Portugal para luchar en nombre de los portugueses en la Guerra de Restauración portuguesa de 1663-1668. Se dice que la joven monja vio por primera vez al joven oficial desde su ventana, la ahora famosa "janela de Mértola", o "ventana de Mértola".
La atribución a Gabriel-Joseph de la Vergne, conde de Guilleragues, fue propuesta por primera vez por F. C. Green en 1926 y, posteriormente, en 1953, 1961 y 1962, por Leo Spitzer, Jacques Rougeot y Frédéric Deloffre, respectivamente. Ahora se reconoce generalmente que las cartas no eran una traducción literal del portugués, sino que en realidad eran una obra de ficción del propio conde de Guilleragues.
Sin embargo, el libro de 2006 Cartas de una monja portuguesa: Uncovering the Mystery Behind a 17th-Century Forbidden Love de Myriam Cyr sostiene que Mariana Alcoforado, de hecho, existió y que, como monja educada de la época, podría haber escrito las cartas; que las cartas presentan características que sugieren un original portugués, y que Mariana fue, de hecho, su autora. Ninguno de los argumentos presentados por Myriam Cyr, sin embargo, difiere significativamente del debate del siglo XIX sobre la autenticidad de la obra, y la mayor parte de la evidencia crítica sigue favoreciendo la tesis de la autoría de Guilleragues.
En el siglo XVII, el interés por las Cartas era tan fuerte que la palabra "portugaise" se convirtió en sinónimo de "una apasionada carta de amor".
Referencias a las cartas en otras obras
- La novela de Madeleine L'Engle 1966 Las cartas de amor (1966 Farrar, Straus y Giroux, ISBN 978-0-87788-528-3) se basa en la leyenda de Mariana Alcoforado y el Marqués de Chamilly, cambiando entre un conjunto de personajes contemporáneos y el mundo de Marianna de los 1660.
- Mariana, por Katherine Vaz, 2004 Aliform; ISBN 978-0-9707652-9-1.
- Las Tres Marías: Nuevas Cartas Portuguesas, por María Isabel Barreno, María Teresa Horta, y María Velho da Costa, traducida por Helen R. Lane, 1973 Doubleday; Nuevas Cartas Portuguesas Título original; ISBN 978-0-385-01853-1.
- Incluso en los últimos años estas cartas se han transformado en dos cortometrajes (1965 y 1980) y una obra de teatro, Cartas. Se realizó en Nueva York en el Proyecto Cultura del Teatro Bleecker en 2001.
- Las letras juegan un papel pequeño pero significativo en la película 2005 La vida secreta de las palabras ("La Vida Secreta de las Palabras").
- The Portuguese Nun, es una película de 2009 evocando la historia sobre el conjunto de una sesión de cine en Lisboa.
- Albert Camus hace referencia al tema de las cartas en La caída, diciendo "Yo no era la monja portuguesa." (Justin O'Brien edición, página 57).
- José Saramago menciona anuncios para Cartas de una monja portuguesa en su novela El Año de la Muerte de Ricardo Reis como su protagonista (Ricardo Reis) lee los periódicos en el año 1936.