Calandrado (textiles)
El calandrado de textiles es un proceso de acabado utilizado para suavizar, recubrir o diluir un material. Con los textiles, la tela pasa entre los rodillos de la calandria a altas temperaturas y presiones. El calandrado se usa en telas como el muaré para producir su efecto aguado y también en la batista y algunos tipos de satenes.
En preparación para el calandrado, la tela se dobla a lo largo con el lado frontal hacia adentro y se cose a lo largo de los bordes. La tela se puede plegar a todo lo ancho, sin embargo, esto no se hace con tanta frecuencia ya que es más difícil. Luego, la tela pasa por rodillos a altas temperaturas y presión que pulen la superficie y hacen que la tela sea más suave y brillante. Las telas que pasan por el proceso de calandrado se sienten delgadas, brillantes y parecidas al papel.
La durabilidad al lavado de un acabado calandrado sobre fibras termoplásticas como el poliéster es mayor que sobre fibras de celulosa como el algodón, aunque cada una depende de la cantidad y el tipo de aditivos de acabado utilizados y de la maquinaria y las condiciones del proceso empleadas. La durabilidad de las telas mezcladas refleja lo anterior y la proporción del componente de fibra sintética.
Variaciones
Se pueden lograr varios acabados a través del proceso de calandrado variando diferentes aspectos del proceso. Los tipos principales son escarabajo, regado, repujado y Schreiner.
Escarabajo
El escarabajo es un acabado que se le da a la tela de algodón y lino, y le da un aspecto satinado. En el proceso de escaramujo, la tela pasa sobre rodillos de madera y se golpea con martillos de madera.
Regado
El acabado aguado, también conocido como muaré, se produce mediante el uso de rodillos acanalados. Estos rodillos comprimen la tela y las nervaduras producen el característico efecto de marca de agua al mover y comprimir los hilos de manera diferencial. En el proceso, algunos hilos quedan redondos mientras que otros se aplanan.
En relieve
El proceso de estampado utiliza rodillos con patrones grabados, que se estampan en la tela, lo que le da a la tela un aspecto elevado y hundido. Esto funciona mejor con telas suaves.
Schreiner
Similar al proceso con agua, el proceso Schreiner usaba rodillos acanalados, aunque muy finos, con hasta seiscientas nervaduras por pulgada. Planchados bajo una presión extremadamente alta, los hilos reciben pequeñas líneas, lo que hace que la tela refleje la luz mejor que una superficie plana. El alto brillo de la tela acabada con el método Schreiner se puede hacer más duradero calentando los rodillos.
Historia
Históricamente, el calandrado se hacía a mano con una enorme piedra prensada. Por ejemplo, en China se trajeron enormes rocas desde el norte del río Yangtze. La piedra de presión se cortó en forma de cuenco y la superficie del fondo curvo se hizo perfectamente lisa. Después de colocar un trozo de tela debajo de la piedra, el trabajador se paraba sobre la piedra y la mecía con los pies para presionar la tela.
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