Barco de tontos
El barco de los necios es una alegoría, con origen en el Libro VI de la República de Platón, sobre un barco con una tripulación disfuncional. La alegoría pretende representar los problemas de gobernabilidad que prevalecen en un sistema político que no se basa en el conocimiento experto.
La traducción de 1871 de Benjamin Jowett cuenta la historia de la siguiente manera:
Imagínese entonces una flota o un barco en el que hay un capitán que es más alto y más fuerte que cualquiera de la tripulación, pero él es un poco sordo y tiene una enfermedad similar a la vista, y su conocimiento de la navegación no es mucho mejor. Los marineros se pelean entre sí sobre la dirección -todo es de opinión que tiene derecho a dirigir, aunque nunca ha aprendido el arte de la navegación y no puede decir quién le enseñó o cuando aprendió, y afirmará que no puede ser enseñado, y están listos para cortar en pedazos a cualquiera que diga lo contrario. Tocaron sobre el capitán, rogando y orando para que cometa el himno a ellos; y si en cualquier momento no prevalecen, pero otros son preferidos a ellos, ellos matan a los otros o los tiran a bordo, y habiendo encadenado primero los sentidos del noble capitán con bebida o alguna droga narcótica, ellos murmuran y toman posesión de la nave y se libren con las tiendas; así, comiendo y bebiendo, ellos proceden en su viaje como ellos. El que es su partidista y hábilmente los ayuda en su trama para sacar el barco de las manos del capitán en sus propias, ya sea por la fuerza o la persuasión, complementan con el nombre de marinero, piloto, marinero capaz, y abusan del otro tipo de hombre, a quien llaman un buen por-nada; pero que el verdadero piloto debe prestar atención al año y las estaciones y cielo y estrellas y vientos, y todo lo que pertenece Ahora en los vasos que están en estado de motín y por los marineros que son mutineros, ¿cómo será considerado el verdadero piloto? ¿No le llamarán una broma, una estrella, una buena para nada?
El concepto constituye el marco del libro del siglo XV Barco de los locos (1494) de Sebastian Brant, que sirvió de inspiración para la pintura de Hieronymus Bosch, Barco of Fools: un barco, una flota entera al principio, parte de Basilea, con destino al Paraíso de los locos. En él, Brant concibe a San Grobian, a quien imagina como el santo patrón de la gente vulgar y tosca. En las composiciones literarias y artísticas de los siglos XV y XVI, el motivo cultural del barco de los locos también sirvió para parodiar el "arca de salvación", como se llamaba a la Iglesia católica.
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