Apelar a las consecuencias

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Apelación a las consecuencias, también conocido como argumentum ad consequentiam (del latín "argumento a la consecuencia"), es un argumento que concluye que una hipótesis (típicamente una creencia) es verdadera o falsa en función de si la premisa conduce a consecuencias deseables o indeseables. Esto se basa en una apelación a la emoción y es un tipo de falacia informal, ya que la deseabilidad de la consecuencia de una premisa no hace que la premisa sea verdadera. Además, al categorizar las consecuencias como deseables o indeseables, tales argumentos contienen inherentemente puntos de vista subjetivos.

En lógica, apelar a las consecuencias se refiere solo a los argumentos que afirman el valor de verdad de una conclusión (verdadero o falso) sin tener en cuenta la preservación formal de la verdad de las premisas; apelar a las consecuencias no se refiere a los argumentos que abordan la deseabilidad consecuente de una premisa (buena o mala, o correcta o incorrecta) en lugar de su valor de verdad. Por lo tanto, un argumento basado en la apelación a las consecuencias es válido en la toma de decisiones a largo plazo (que discute posibilidades que aún no existen en el presente) y en la ética abstracta, y de hecho tales argumentos son la piedra angular de muchas teorías morales, particularmente relacionadas con consecuencialismo. Apelar a las consecuencias tampoco debe confundirse con argumentum ad baculum, que es sacar a la luz 'artificial' consecuencias (es decir, castigos) para argumentar que una acción está mal.

Forma general

Un argumento basado en apelar a las consecuencias generalmente tiene una de dos formas:

Forma positiva

Si P, entonces Q ocurrirá.
Q es deseable.
Por lo tanto, P es cierto.

Está muy relacionado con las ilusiones en su construcción.

Ejemplos
  • "Los mercados inmobiliarios continuarán aumentando este año: los propietarios de viviendas disfrutan de las ganancias de capital".
  • "Los humanos viajarán más rápido que la luz: un viaje más rápido que la luz sería beneficioso para el viaje espacial".

Forma negativa

Si P, entonces Q ocurrirá.
Q es indeseable.
Por lo tanto, P es falso.

La apelación a la fuerza (argumentum ad baculum) es una instancia especial de esta forma.

Esta forma se parece un poco al modus tollens pero es diferente y falaz, ya que "Q es indeseable" no es equivalente a 'Q es falso'.

Ejemplo

"Si los seis hombres ganan, significará que la policía es culpable de perjurio, que es culpable de violencia y amenazas, que las confesiones fueron inventadas y admitidas indebidamente como prueba y que las condenas fueron erróneas. Este es un panorama tan espantoso que toda persona sensata del país diría que no puede ser correcto que estas acciones vayan más lejos." Lord Denning en su juicio sobre los Seis de Birmingham.

En la ley

En derecho, un argumento de inconveniencia o argumentum ab inconvenienti, es un tipo válido de apelación a las consecuencias. Tal argumento buscaría mostrar que una acción propuesta tendría consecuencias irrazonablemente inconvenientes, como por ejemplo, una ley que requeriría que una persona que desee prestar dinero contra un valor primero determine el título del prestatario sobre la propiedad averiguando en todos los juzgados del país.

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