Aion (deidad)

Aion (griego: Αἰών) es una deidad helenística asociada con el tiempo, el orbe o círculo que abarca el universo y el zodíaco. El "tiempo" que representa Aion es perpetuo, ilimitado, ritual y cíclico: el futuro es una versión que regresa del pasado, más tarde llamada aevum (ver sánscrito védico Ṛtú). Este tipo de tiempo contrasta con el tiempo empírico, lineal, progresivo e histórico que representaba Cronos, que se divide en pasado, presente y futuro.
Aion es, por tanto, un dios de las edades cíclicas, y del ciclo del año y del zodíaco. En la última parte de la era clásica se asoció con religiones de misterio relacionadas con la otra vida, como los misterios de Cibeles, los misterios dionisíacos, la religión órfica y los misterios mitraicos. En latín, el concepto de deidad puede aparecer como Aeternitas, Anna Perenna o Saeculum. Por lo general, está en compañía de una diosa madre o terrestre, como Tellus o Cibeles, como en la placa de Parabiago.
Iconografía y simbolismo
Aion suele identificarse como el joven desnudo o mayormente desnudo dentro de un círculo que representa el zodíaco, símbolo del tiempo eterno y cíclico. Los ejemplos incluyen dos mosaicos romanos de Sentinum (actual Sassoferrato) e Hippo Regius en el África romana, y la placa de Parabiago. Pero como representa el tiempo como un ciclo, también se le puede presentar como un anciano. En Dionysiaca, Nonnus asocia Aion con las Horae y dice que él:
- cambia la carga de la vejez como una serpiente que quita las bobinas de las viejas escamas inútiles, rejuveneciendo mientras se lava en los olores de las leyes [del tiempo].
La imagen de la serpiente entrelazada está conectada al aro o rueda a través del ouroboros, un anillo formado por una serpiente que sostiene la punta de su cola en su boca. Servio, comentarista latino del siglo IV d. C., señala que la imagen de una serpiente mordiéndose la cola representa la naturaleza cíclica del año.

En su trabajo sobre jeroglíficos del siglo V, Horapolo hace una distinción adicional entre una serpiente que esconde su cola debajo del resto de su cuerpo, que representa a Aion, y el ouroboros que representa el kosmos, que es la serpiente devorándose la cola.
Identificaciones
Marciano Capella (siglo V d.C.) identificó a Aion con Cronos (en latín Saturno), cuyo nombre hizo que se lo fusionara teológicamente con Cronos ("Tiempo"), de la misma manera que el gobernante griego del inframundo. Plouton (Plutón) se combinó con Ploutos (Plutus, "Riqueza"). Marciano presenta a Cronos-Aion como la consorte de Rea (latín Ops) identificada con Physis.
En su reconstrucción altamente especulativa de la cosmogonía mitraica, Franz Cumont posicionó a Aion como Tiempo Ilimitado (a veces representado como Saeculum, Cronos o Saturno) como el dios que surgió del Caos primordial y que a su vez generó el Cielo y la Tierra. Los eruditos modernos llaman a esta deidad la 'leonto‑cephaline' figura: un hombre desnudo, con alas y cabeza de león, cuyo torso está entrelazado por una serpiente. Por lo general, sostiene un cetro, llaves y/o un rayo. Nadie sabe con certeza quién era o qué representaba, pero aparte de la cabeza de león, las representaciones de él tienen los íconos de Aion; en casos raros, su estatua aparece en mithrea con la cabeza humana, y sin la cabeza de león, es indistinguible de Aion.
- La figura del Tiempo "jugaba un papel considerable, aunque para nosotros completamente oscuro, en el ritual y la teología mitraicas.
Aion se identifica con Dioniso en los escritores cristianos y neoplatónicos, pero no hay referencias a Dioniso como Aion antes de la era cristiana. Eurípides, sin embargo, llama a Aion "hijo de Zeus".
La Suda identifica a Aion con Osiris y Adonis (probablemente porque originalmente Adonis había sido un dios que luego fue degradado al estado de "mortal" ya que se creía que había muerto). En la Alejandría ptolemaica, en el lugar de un oráculo onírico, el dios sincrético helenístico Serapis fue identificado como Aion Plutonius. El epíteto Plutonio marca aspectos funcionales compartidos con Plutón, consorte de Perséfone y gobernante del inframundo en la tradición eleusina. Epifanio dice que en Alejandría el nacimiento de Aion de Kore se celebró el 6 de enero: "En este día y a esta hora la Virgen dio a luz a Aion". La fecha, que coincide con la Epifanía, puso fin a las celebraciones de año nuevo, completando el ciclo temporal que encarna Aion.
El Aion alejandrino puede ser una forma de Osiris-Dioniso, que renace anualmente; su imagen estaba marcada con cruces en las manos, las rodillas y la frente. Quispel (2008) conjeturó que la figura resultó de la integración del Fanes Órfico, que al igual que Aion está asociado con una serpiente enroscada, en la religión mitraica en Alejandría, y que "asegura la eternidad de la ciudad".
En el arte de la época romana, Aion a menudo se combinaba con el dios primordial del cielo Urano/Caelus.
Imperio Romano
Este Aion sincrético se convirtió en un símbolo y garante de la perpetuidad del dominio romano, y emperadores como Antonino Pío emitieron monedas con la leyenda Aion, cuya contraparte romana (femenina) era Aeternitas. Las monedas romanas asocian tanto a Aion como a Aeternitas con el fénix como símbolo de renacimiento y renovación cíclica.
Aion estaba entre las virtudes y personificaciones divinas que formaban parte del discurso helénico tardío, en el que figuraban como "agentes creativos en grandes esquemas cosmológicos". La importancia de Aion radica en su maleabilidad: es una "concepción fluida" a través del cual convergen diversas ideas sobre el tiempo y la divinidad en la época helenística, en el contexto de tendencias sincréticas y monoteístas.