Acto perlocucionario

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Un acto perlocucionario (o efecto perlocucionario) es el efecto de un enunciado sobre un interlocutor. Ejemplos de actos perlocucionarios incluyen persuadir, convencer, asustar, esclarecer, inspirar o afectar de otro modo al interlocutor. El efecto perlocutivo de un enunciado se contrasta con el acto locucionario, que es el acto de producir el enunciado, y con la fuerza ilocucionaria, que no depende del efecto del enunciado en el interlocutor.

Como ejemplo, considere el siguiente enunciado: "Por cierto, tengo un CD de Debussy; ¿Te gustaría tomarlo prestado?" Su función ilocutiva es una oferta, mientras que su efecto perlocutivo previsto podría ser impresionar al interlocutor, mostrar una actitud amistosa o fomentar el interés por un tipo particular de música. El efecto perlocucionario real puede ser diferente del efecto perlocucionario pretendido. En este ejemplo, es posible que el orador haya tenido la intención de mostrar una actitud amistosa, pero el oyente podría irritarse si pensaba que la intención del orador era impresionarlo.

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