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La Autoridad según Max Weber

By: Anavitarte, E. J.*

La autoridad, en el marco de una sociedad, representa la percepción subjetiva que los individuos ─gobernados─ tienen sobre el poder que ejercen las estructuras sociales en ellos, y sobre si este poder debe o no ser obedecido.

Según Max Weber, esta autoridad implica aceptar el poder que se ejerce, como legítimo, es decir la autoridad es una dominación legítima, que las personas aceptan, no coaccionados por la fuerza, sino por cierta convicción, o factor legitimante, como la tradición, o el carisma de un líder.

Por tanto, la autoridad requiere siempre de la participación activa de los sujetos subordinados, que en mayor o menor grado, consienten en obedecer al poder, y en acatar los mandatos que se les de.

Delimitación del Concepto de Autoridad

Weber, aborda más que el tema de la autoridad, el tema de la dominación, que constituye las formas en las que el poder puede ser ejercido, para encontrar obediencia entre los sujetos dominados.

Autoridad: ejercicio consentido del poder sobre una comunidad.

Pero esta dominación, puede estar revestida de factores de legitimación, que la convierten, no solo en una manera de ejercer el poder, sino a una expectativa de obediencia legítima, o sumisión al poder, a la cual llamamos autoridad.

  • Expectativa de obediencia
  • Legitimación de los medios

Así, las relaciones de subordinación y poder, que surgen al interior de cualquier sociedad, para lograr conseguir fines comunes, son una manifestación de autoridad.

Autoridad que puede tener fuentes diversas, y que debe como mínimo: (a) generar una expectativa legítima de obediencia a nivel social, y (b) debe convertir las actuaciones del poder dominante, en susceptibles de obediencia por sí mismas.

Clasificación de la Autoridad

Siendo así concebida la autoridad, Max Weber delimitó el número de formas en que la autoridad generaba legitimidad entre los gobernados, es decir, los mecanismos de acción que mediaban para que la autoridad fuera obedecida.

Explícitamente dice:

Existen tres tipos puros de dominación legítima. El fundamento primario de su legitimidad puede ser: 1. De carácter racional [...] 2. De carácter tradicional [...] 3. De carácter carismático […]

Economía y Sociedad[1]
Y la versión original? Yo la hice? fue en español?

Estos tipos de autoridad, sirven para abordar de forma retrospectiva el comportamiento de las sociedades en relación a la legitimidad de sus gobernantes. Pues autoridad y legitimidad son dos conceptos necesariamente ligados.

Y entre sí, cada una de ellas, puede ser el desarrollo gradual y consecutivo de la anterior, así: un líder carismático puede obtener el poder, luego su descendencia consolidarse por tradición, y al final, mantenerse por el orden jurídico.

Siendo el orden jurídico un factor racional de legitimación de la autoridad, pues se confía en las normas que lo gobiernan, no tanto en la calidad personal del gobernante.

CarismáticaTradicionalRacional
LíderFigura mesiánicaCastas políticasBurocracia
MandoDiscípulosTradicionesReglas

[1]: Weber, M. | Economía y Sociedad: Pág. 172.

Autoridad Racional

La autoridad racional es aquella que se ejerce en virtud de un sistema jurídico, que presumimos racional, y cuyo factor legitimante es el consentimiento subyacente que este mismo sistema requiere para mantenerse, o contrato social.

Así, decimos que el individuo no obedece, ni porque considere a la autoridad en sí misma digna del poder que tiene, ni porque considere que esta autoridad representa los valores con los que él se identifica, sino porque conscientemente ─racionalmente─ el individuo apoya las reglas sobre las que funda este sistema legal, y por tanto, a quienes tienen el poder en virtud de él.

De aquí que la manifestación administrativa necesaria, de una autoridad racional, sea un cuadro administrativo burocrático, en el que los funcionarios son designados para el ejercicio de su cargo, y pueden ser removidos de él sin ningún problema; y mientras lo ejercen actúan en virtud de las normas que los consagran, nombran y habilitan en él.

Las burocracias cuyo servidores no tienen esta característica de dispositividad legal, como en el caso de las burocracias que emplean esclavos ─como en Roma─, o de las burocracias que emplean ministros de un soberano personal ─el imperio chino y el otomano─, no son un ejemplo puro de este tipo de administración, y se llaman burocracias patrimoniales.

Esta forma de autoridades, sin duda es la más avanzada que concibe Weber, y propia de las relaciones de poder de los estados liberales surgidos luego del siglo XVIII.

En resumen, que este tipo de autoridad se basa en la legitimidad del sistema jurídico; la creencia que sustenta a la autoridad racional es que, al ser el sistema legítimo, lo es la autoridad de quien actúa en su nombre, teniendo un carácter impersonal la relación entre quien ejerce la autoridad y quien la obedece.

Autoridad Tradicional

La autoridad tradicional, es aquella cuya legitimidad deriva de una sensación subjetiva de identidad moral con las instituciones de gobierno, a lo que Weber denominaría 'santidad', denotando tanto el componente subjetivo, como el axiológico que esta forma de dominación implica.

Es decir, que el consentimiento de los gobernados no se obtiene por la figura del gobernante ─carismática─, o por un acto consciente de dotar a otro de autoridad ─racional─, sino por la connotación simbólica que poseen las instituciones sociales que legitiman el gobierno, como la iglesia, la monarquía, un linaje, o la milicia.

En estos casos, el individuo no cede la autoridad expresamente, sino que lo hace tácitamente con su comportamiento, obedeciendo las disposiciones que la autoridad decreta. Y por tanto, la autoridad no está obligada a limitarse por una norma, sino a mantener esta sensación colectiva de que representa los valores que fundamentan la aprobación de las personas.

De aquí que siempre se ligue este modelo a una continuidad histórica, pues no es posible el surgimiento de este tipo de legitimación, sin apelar que los valores que la sustentan trascienden el momento presente y son imperecederos ─fueron y serán─.

Así, la autoridad se fundamenta en valores con los cuales la persona puede identificarse ellos mismos, como bienes morales que poseen, como la piedad, el honor, la lealtad, el servicio, etc.

En fin, que la autoridad tradicional se basa en la costumbre, cuyo fundamento es, que al ser imperecederas las tradiciones que han mantenido, al brindarles estabilidad y seguridad, y al conocerlas en su propia experiencia personal y cotidiana, son entonces legítimas.

Autoridad Carismática

La autoridad carismática es aquella que se legitima por aparentes cualidades excepcionales de una persona, cualidades que son exclusivas y únicas, a las que Weber llama carismas; lo que posiciona a esta persona como excepcional e irremplazable, y por tanto, digna de la obediencia de su grupo.

Es decir, que la premisa sobre la que se fundamenta la dominación carismática, es que la persona que posee estos atributos excepcionales puede proporcionarles ─como no lo puede nadie más─ bienestar a quienes los sigan, y por tanto seguirlo constituye el ordena natural de las cosas. Teniendo como ejemplos caudillos, líderes ideológicos, mesías, profetas, ungidos, y un largo etcétera.

La legitimación de estos personajes es la corroboración de los hechos excepcionales derivados de su carisma, como por ejemplo los milagros de algún líder religioso, la invencibilidad en batalla de algún líder militar, el bienestar social casi utópico atribuído a un caudillo político; todo lo cual renueva constantemente la idea de que sin él o ella no puede existir el grupo social que lo sigue.

Así, la cualidad que ofrece el personaje carismático debe ser muy preciada, digna de culto, y el caudillo deja de ser una persona ─para sus seguidores─, para convertirse en una emanación misma de esta cualidad.

Y a nivel administrativo, la relación con sus seguidores y con sus colaboradores es diferente a las otras dos formas de autoridad; pues sus seguidores no se ven obligados de ninguna manera por este, y se concibe que son ellos los interesados en seguirle, no el personaje carismático el beneficiado por esta relación de poder.

A diferencia del rey, que se entiende que se beneficia de su posición y cualquiera anhelaría tenerla, o del funcionario que se beneficia de su salario y del poder que tiene, el personaje carismático parece no beneficiarse, pues él no es reemplazable, y ocupa solo un rol natural que le corresponde como poseedor del carisma.

Incluso a veces al precio de parecer un destino abnegado y no deseado ni por él mismo, como el mesías de los cristianos, que fue torturado por sus cualidades carismáticas, o algunos líderes comunistas que lideraron sin muchos placeres, revoluciones difíciles.

Y sus seguidores no poseen tampoco una organización burocrática, ni un nivel jerárquico, sino que dependen todos de la misma naturaleza del carisma que posee el persona carismático, por ejemplo, los religiosos poseen discípulos, los militares compañeros, los políticos camaradas. Los une su deseo de acercarse y experimentar también este carisma: el conocimiento trascendente, el valor, o la fe ideológica.

En resumen, que esta es la menos institucional de las formas de autoridad legítima, pues se fundamenta en la creencia de que, la persona que está ejerciendo la autoridad, posee en sí misma: ejemplaridad, heroísmo, o santidad, por lo que su juicio y los actos que profiere son una extensión de estas características asociadas a la persona.

Ciencia Política

Tabla de Contenido

  1. Delimitación
  2. Clasificación
    1. Racional
    2. Tradicional
    3. Carismática

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Anavitarte, E. J. (2012, July). La Autoridad según Max Weber. Academia Lab. https://academia-lab.com/2012/07/12/la-autoridad-segun-max-weber/